Niall Horan era un chico de 15 años que, desafortunadamente, vivía en completa pobreza. Sus desgastados pantalones azules con agujeros; lo respaldaban, sus zapatos en iguales o peores condiciones, francamente, no desmentían eso. Aun así, él no podía negar que ese chico tenía un toque llamativo en su apariencia.
Sus ojos, azul zafiro con motas doradas, logrando un magnifico contraste. Su piel, blanca como la fría nieve que, precisamente, yacía en la banqueta húmeda y gris, por donde Zayn estaba caminando en ese día de diciembre, época de navidad. Su cabello rubio, más brillante que el sol; deslumbrante, para Zayn. Sus labios; más de lo que él podía resistir, en cualquier momento su autocontrol fallaría e iría a besarlo con desesperación, lo cual sería incomodo, porque ni siquiera habían hablado. El frágil y pequeño cuerpo del rubio; perfecto, sólo lograba aumentar las ganas de Zayn por lanzarse a sus brazos y estrujarlo, quizá, hasta que los huesos del niño rubio se rompieran por completo.
Pero Zayn lo arreglaría, después de lastimarlo de esa manera -Con un abrazo asfixiante-, le daría besos por toda su barbilla, frente y mejillas, dormiría con él en una posición bochornosa -A Zayn no le importaría, realmente- y le daría pequeños masajes, acariciando dulcemente la espalda de Niall, él lo haría. Si pudiera acercarse a él, claro.
Por lo que Zayn había escuchado, Niall parecía no tener un hogar, no tenía la mejor situación económica, social o amorosa, bueno, por lo menos eso reflejaba. Sin embargo, para conocerlo mejor era necesario hablar con él, acción que, por supuesto, no se atrevería a realizar.
Zayn Malik era un chico de 19 años de tez canela, sus ojos color avellana cubiertos por sus largas y espesas pestañas. Su cuerpo; adornado por esas obras de arte hechas de tinta negra, sus tatuajes. Tenía un rostro muy fino y delicado, con maravillosos pómulos. Su cabello, era oscuro, más que la propia noche. El vestía con ropa negra, chaquetas de cuero, jeans apretados y camisas que abrazaban su abdomen, para deleite de las chicas que lo observaban caminar. Un cigarrillo colgaba de su boca, la desagradable ansiedad de consumirlo aguardando en su pecho, esperando ser libre pronto.
En teoría, su aspecto era un poco intimidante. Pero él era demasiado tranquilo, ocupaba la mayor parte del tiempo pensando en Niall. Y aquí va de nuevo...
Pensando seriamente en los ojos de Niall, a veces Zayn podría decir que cuando lo veía más de cerca -Y con eso se refiere a unos pasos de distancia, los suficientes- se podía percibir.... Nada.
Ningún sentimiento, alguna vez logro reconocer un atisbo de tristeza, pero ese sentimiento se iba a la misma velocidad en que llegaba, no sabía que sentía Niall, no podía. A pesar de que él no tenía Familia o amigos, no parecía ni un poco decaído, aunque él estaba solo.
Y no había absolutamente nadie para contradecir eso, era irrevocablemente una verdad. Quisiera o no.
Al otro lado de la calle, la señora Jones paseaba tranquilamente con sus dos hijos, los pequeños gritaban y hacían ruido preguntando cuales serían los regalos que iban a recibir.
-Señora Jones, tal vez debería patearlos en el trasero para que se callen, sería un buen regalo para todo el vecindario-susurro Zayn, con notoria burla en su voz, no lo suficiente alto como para que lo escucharan, probablemente esa señora le gritaría demasiadas cosas no amables y él prefería evitar problemas.
Zayn escucho una risa; ruidosa, grave y extrañamente pegajosa, lo incitaba y por dios que reiría toda su vida si el propietario de esa voz se quedaba con él para siempre.
Se giró con lentitud, encontrándose con la persona que desde hace poco tiempo ocupaba su mente -Por poco se refería a 4 meses, no se arrepentía-, Niall Horan en persona, con sus mejillas sonrojadas y su inútil intento por cerrar sus labios para dejar de reír, nulo.
Su corazón pálpito más fuerte que antes y su respiración pareció detenerse por una eternidad, el simple hecho de haber logrado hacer reír a Niall, despertaba algo en él, tal vez una idiota ilusión de adolescente enamorada. Quizá.
-Lo lamento-se disculpó el pequeño rubio, controlando su ataque de risa y mordiéndose el labio inocentemente. Zayn suspiro.
-No hay problema-sonrió tímidamente, esta conversación no duraría mucho si no daba otro paso, pero de sólo pensarlo sus rodillas temblaban. -Iré a mi casa, hace frio, no nos conocemos demasiado, pero ¿te gustaría ir conmigo?, tu sabes podríamos tomar té o algo así-pregunto con nerviosismo.
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Por fin logro conocer un sentimiento en esos ojos azules, no estaba muy claro para él, pero Zayn suponía que si Niall pudo sonreír de felicidad tantas veces esa noche, seguramente él podría averiguarlo después.
No dejaría ir a Niall, él solo quería que sonría. Y por todo lo que está en el mundo que lo haría.
Quizás el pequeño rubio se quedaría junto a él, podrían tener una relación, donde Zayn lo cuidaría hasta la muerte y se amarían, hasta que en este mundo dejara de existir el sol y la luna; la noche y el día, o hasta que la misma muerte llegara por ellos y se los llevara, pero por dios que seria juntos.
Tal vez.
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Hola, esta es mi primera historia en Wattpad, y es el primer One Shot que hago. Perdón si te aburro. Hazme saber tu opinión en un comentario.
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Te quiero aqui, junto a mi {Ziall}, OS.
Teen FictionSu corazón palpitó más fuerte que antes y su respiración pareció detenerse por una eternidad, el simple hecho de haber logrado hacer reír a Niall, despertaba algo en él, tal vez una idiota ilusión de adolescente enamorado. Probablemente.