Demasiadas calorías.

Capitulo 1.

Genial, otro día.
Me levanto de la cama, y voy directo al clóset a buscar algo que ponerme, para este fantástico día, urra.
Bajo con toda la emoción de ir otro día más al instituto, wi.
Iba directo hacia la puerta de salida, pero mi madre me habla.
- ¿Acaso tú ni piensas comer algo?. - protesta, señalándome la mesa.
Camino hacia la mesa y agarro lo que seria un pan con mantequilla. Le doy una mordida y me despido de mi madre con el pan en mano.
Tengo demasiado hambre, pero mi voz interior me niega que coma ese pan.
Camino al instituto se me acerca un perro, si yo no iba a comer ese pan, al menos que ese perro si. Le di el pan al perro y le hice cariño antes de irme, y como esperarse se deboro el pan y me siguió todo el camino hasta mi destino.
Llegué tan puntual como siempre y me dirigí a mi salón, con los audífonos puesto, en mi mundo, me dirigí lentamente hacia el salón.
La vida me sonríe, como de esperarse estaban mis amigas, y como de esperarse tuve que fingir una gran sonrisa.
- ¡Eh, Alaska!- grita Eleanor, y les hace una señal a mis demás amigas que estoy hay.
- Hola chicas.- y me dirijo hacia ella y las abrazo a cada una.
- Nunca voy a entender como siempre llegas a esta hora.- dice Claudia riendose.
- Pues no lo sé, solo lo hago y ya.- y me río, a lo que las demás también imitan el gesto.
Nos dirigimos al lugar de Eleanor y hacemos estupideces. Hablamos de temas random hasta sierto punto que no podíamos parar de reír. Hasta que la puerta se abre bruscamente.
Sabía quienes eran, lo sabía muy bien.
Entra Jared y su grupo riéndose, hasta que Jared nota mi presencia y protesta.
- Con que la gorda, sigue igual de gorda y fea que siempre.- dice y sus amigos se ríen. Yo simplemente me quedo callada y trato de ignorarlos.
- Al parecer también es sorda.- dice Rick uno de sus amigos.- todos vuelven a reír y se van a sus respectivos puestos. Cierro los ojos y vuelvo a ignorarlos y seguir pendiente de la conversación con mis amigas.
Toca el timbre y empiezan las clases.
Estaba anotando los apuntes que daba la profesora cuando me llega un papel, que decia:
"Oye gorda, deja de verte tan fea,
qué me duelen los ojos de verte."
Aruge el papel y lo coloque en mi mochila.
Respira hondo Alaska, no les tomes atención.
Seguí anotando, hasta que en toda la clases dejaron de enviarme papeles.
Ya en receso, me dirigí donde mis amigas a platicarles.
- Mañana nos toca gimnasia, y no quiero que el profesor nos haga correr tantas vueltas como la otra vez.- dice Kate algo molesta, a lo que nosotras la animamos. El receso fue algo largo, y desearía que así siempre fuera.
Al dirigirme a mi lugar, en lo que seria mi chaleco, hay una mancha rara, y muy fea, trato de ignorarlo simplemente y me siento.
Mientras escribo lo que va diciendo la profesora, me llega otro estúpido papel.
"Te gustó el regalo que te dejamos?".
Vuelvo a repetir los mismos pasos que hice con el papel anterior.
Sigo ignorándolos hasta esperar que esto terminé.
Ya pasadas las clases, me dirijo para irme a mi casa, pero luego siento como una piedra cae muy cerca de mi.
Miro hacia atrás, a lo veo a Jared y a sus amigos.
Empiezan a tirarme piedras y a gritarme.
- ¡Eh gorda, por bajarnos la nota del examen!- grita uno y empiezan a llegarme piedras más grandes, empiezo a correr lo más que podía.
- ¡Eso gorda, corre, para ver si así al menos ya dejas de estar tan gorda!- vuelven a gritar a lo que yo sigo corriendo, llegó hasta un punto que no puedo más y ya no los veo.
Me siento muy cansada, me duelen las piernas demásido.
Trato de respirar y aguantar el llanto, pero se me es imposible.
Me arrodillo y lloró todo lo que no pude llorar todo este momento.
Después de un largo de llorar me levanto y me dirijo hacia mi casa.
Al llegar a mi casa me habla mi padre.
- ¿Qué tal tu día hija?- dice agarrando mi mochila y colocándola en la silla.
- Bien, estoy algo cansada, así que iré a tomar una siesta.- le digo y me dirijo hacia mi cuarto.
Me acuesto y miro hacia el techo, hasta quedarme dormida.

Esto es lo que vivo cada hermoso día de mi vida hasta ahora, fingir algo que no soy.
Una gorda, fea, mentirosa.
Les dije que nada era perfecto.