Primer Impulso (CAMREN) Adaptación

capitulo 19

 Camila metió otra caja en el maletero del coche y lo cerró. Llevaba dos semanas mudándose poco a poco a Bolinas. Como Lauren y Harry estaban en el otro extremo del país, Louis y Camila empezaron a verse con frecuencia. Louis le dijo que le había prometido a Harry que cuidaría de ella. La visitaba o la llamaba casi todas las noches, y Camila tenía el número de Louis en la opción de marcado rápido de su teléfono mágico. Cuando estaba atareada, le comunicaba a donde iba y cuándo volvería a casa. Las noches que no lo veía, iba hasta Bolinas con el maletero lleno de cosas. Odiaba estar sola en su apartamento, pero sabía que pronto podría marcharse. El trabajo era tranquilo y aburrido. Se esforzó al máximo por no causar problemas, pero le daba la impresión de que todo transcurría muy lento y muy rápido a la vez.

Los fines de semana que pasaba con Lisette, solía alojarse en la casa principal. Visitaban a las amigas de Lisette, aunque le gustaba más estar sola con ella, pues se sentía más próxima a Lauren. Camila asistía a las clases del señor Odo. Entre el ejercicio que hacía después del trabajo en el Bay Club y las artes marciales que practicaba durante los fines de semana, por fin logró caminar sin que todos los músculos de su cuerpo protestasen. Y eso a pesar de que creía que antes estaba en muy buena forma. Así se mantenía ocupada. Sin embargo, por mucho que se esforzase, le dolía más de lo que estaba dispuesta a admitir saber de Lauren sólo cuando estaba con Lisette. Aunque Lauren le había prometido llamarla todas las noches antes de dormir, casi siempre era Camila la que tenía que dejar un mensaje en su buzón de voz. Aquella noche Lisette invitó a Camila y a Louis a cenar en casa. Louis llenó el maletero de su coche con cosas de Camila y se dirigieron a Bolinas uno detrás del otro. Camila comprobó, como siempre, si alguien los seguía, pero no vio a nadie.

Alexa se agitó en la silla, pero Zayn optó por ignorarla. No estaba contento. Algo iba mal. Zayn tenía una intuición muy desarrollada. Estaban a punto de lanzar la oferta pública de acciones y no quería errores. Miró con mala cara a la mujer que tenía enfrente. Hacía años que Alexa era su lugarteniente, una persona eficaz e implacable. El hecho de que fuesen amantes carecía de importancia para Zayn. Sabía que en algún momento tendría que deshacerse de ella. Un pequeño sacrificio en su trayectoria laboral Sin duda, Alexa creía que acostarse con él le garantizaba seguridad. Todas lo creían. Centró la atención en ella.

—¿Alguna novedad sobre la señorita Cabello?_ Alexa lo miró de reojo.

—¿Aparte de descubrir su inclinación por las mujeres? Seguimos su coche con un transpondedor y averiguamos que va a algún lugar de Bolinas tres veces a la semana. Podemos localizarla si hace falta. Va al Bay Club después de trabajar y asiste a los partidos de rugby un par de veces por semana. Un tipo la acompaña a casa después. Debe de ser sólo un amigo, porque el micro no registra más ruidos que los de ella en el apartamento, pero ¿quién sabe?_ Zayn se dio cuenta de que a Alexa le aburría el asunto y lo consideraba una pérdida de tiempo. Por eso daba él las órdenes.—En el trabajo no hace nada raro. En cuanto a la mujer con la que salió y a la que besó, ha desaparecido. Tal vez fuese un breve flirteo.

—¿Quién era esa mujer? ¿Por qué no puedes explicarme quién es?_ Alexa se acaloró.

—La matrícula de su coche pertenece a una mujer de Noe Valley. Lo comprobamos. Una casa en la que no vive nadie. Y no la hemos vuelto a ver. Seguramente vive en San Francisco. Mantenemos la guardia, Zayn._ Zayn no estaba satisfecho.

—Cuando vuelva a aparecer, quiero una foto de ella. Estamos a punto de lanzar el asunto. No quiero equivocaciones, Alexa. Otra cosa; encuentra la dirección exacta de la casa de Bolinas y averigua a quién pertenece.

Cuando Camila y Louis entraron en el zaguán cargados con cajas y el vino que Louis había comprado para la cena, lo primero que percibió Camila fue el delicioso aroma procedente de la cocina y un ritmo latino que envolvía toda la casa. Camila estaba encantada. Tal vez apareciese Lauren. Louis y ella descargaron las cajas, y Louis se encargó del vino. Al entrar en la cocina oyeron canturrear a Lisette.