XIII

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Al salir del cine Adrian me acompañó hasta la casa y de allí se fue para la suya, dejándome una hora completa para hacer nada mientras daban las 7.

Faltando unos pocos minutos para que el reloj marcara la hora de mi encuentro con Chat Noir me asomé y confirmé que aún no estuviera el carro de Jackie o Isaac y me asomé a la ventana.

- ¿Lista kat? - le pregunté a la creaturita que estaba flotando a mi lado.

- Solo pídelo, Pepper - le sonreí.

- Dame alas, Kat - y la pequeña águila me dio plumas, me tiré de la ventana y volé directo a la torre Eifel, en dónde me encontré a Chat Noir sentado, mirando al infinito y, seguramente, esperando mi llegada.

Aterricé a su lado y él se giro para mirarme mientras me sentaba a su lado.

- Hola - sonrió mientras me saludaba y no pude evitar devolverle la sonrisa.

- Hola - nos quedamos mirando el horizonte, de color azul y púrpura, con una radiante luna llena y con un montón de estrellas brillantes.

- ¿Cómo conseguiste tu miracuolous? - me recosté contra la barra de metal que tenía detrás y me relajé antes de relatarle toda la historia del señor que me había regalado la tobillera - Ya veo... - acomodé mejor mis alas y accidentalmente le golpeé la cara a mi acompañante al moverlas.

- Lo lamento mucho - exclamé mientras luchaba por ocultar mi sonrisa.

- ¿Qué te da tanta gracia? - con eso bastó para que soltara una risotada que asustó a las palomas que estaban buscando refugio en la parte más alta de la torre.

- Nada - para mi sorpresa él rió conmigo y luego de que logramos calmarnos se quedó mirándome profundamente, como si tratara de analizar los rincones de mi alma a través de los ojos.

- Sé que estás aquí por respuestas y planeo darte las que tenga - asentí mientras recogía mis piernas y abría un poco mis alas de modo que me protegieran de la brisa que soplaba.

- Yo... no sé ni por donde comenzar, hay tantas cosas que no he logrado entender del todo - se acercó a mí y trató de infundirme confianza con una media sonrisa.

- Trata de recordar la primera pregunta que te hiciste desde que recibiste tu miraculous y luego veremos que sale de allí - traté de recordar cual fue la primera pregunta que me cruzó por la mente cuando todo esto se presentó de repente en mi vida - trata de recordar - seguí esforzándome por recordar mientras, inconscientemente, jugaba con los mangos de las dagas en mi pierna y de pronto la pregunta pareció materializarse en mi mente, me di cuenta que; aunque nunca me lo planteé de esa forma, mi primera pregunta fue <<¿Por qué a mí?>> y <<¿Para qué?>> y por más de que no estaba del todo segura si Chat Noir tuviera respuesta para eso me aclaré la garganta y la planteé.

- Mis primeras dos preguntas fueron ¿Por qué a mí? y ¿Para qué? - me dedicó de nuevo una mirada profunda y luego habló, un poco más grave de lo que normalmente solía hacerlo.

- Esas dos preguntas me las he hecho un montón de veces aunque creo que nunca les he encontrado una verdadera respuesta - oír eso me desanimó bastante, pero no pensaba dejar de responder el resto de preguntas que rondaban en mi mente solo porque las primeras dos que formulé en voz alta no tenían una respuesta clara.

- ¿Puedo hacerlas en desorden? - el asintió pero no abrió la boca para absolutamente nada - esta tarde, cuando solucionamos el asunto del ogro y nos fuimos, la ciudad se transformó y se restauró, al final quedó como si nada hubiera pasado ¿Por qué sucede eso? - su mirada cambió y pasó de ser una mirada feroz y comprensiva a una nostálgica.

- No lo sé, pero no siempre fue así - me quedé observándolo, sus facciones parecían haberse tencionado, pero sus ojos se veían llenos de tristeza, lo que le daba a su semblante un aspecto sombrío y apagado - antes de que hagas alguna otra pregunta déjame contarte una historia.

- Claro - se quedó un rato mirando el cielo, que se había tornado de un tono azul oscuro, que permitía que las estrellas y la luna brillaran en todo su esplendor.

- Mucho tiempo antes de que aparecieras por aquí, tuve otra compañera, se hacía llamar Ladybug y era una chica muy poderosa e impresionante - asentí tratando de imaginarla y no pude evitar sentirme cada vez más intrigada - ella tenía un poder que reconstruía todos los daños de la ciudad y dejaba todo como antes - hizo un pausa y yo aproveché para poder hablar.

- ¿Qué pasó con ella? - dudó antes de dar una respuesta.

- Ella... desapareció, un día simplemente no llegó a ayudarme - en sus ojos se mezclaban la tristeza y la preocupación - la busqué por mucho tiempo, pero las cosas parecían indicar que ella no volvería - apartó su mirada del firmamento y la dirigió a mí - un día apareció la botella purificadora de akumas, luego el alcalde eliminó cualquier cosa que pudiera homenajearla en publico, finalmente la ciudad comenzó a reconstruirse por si sola - sus ojos volvieron bruscamente a las estrellas y su voz se volvió un poco queda - luego llegaste tú... - no sabía que hacer, o que responder, pero él volvió a hablar - ¿Alguna otra pregunta? - el verde esmeralda de sus ojos se volvió duro otra vez y yo hablé.

- Has hablado de poderes en varias ocasiones ¿A qué te refieres con eso?

- Son... algo como talentos que tenemos, por ejemplo, yo puedo destruir cosas con mi cataclismo, ladybug podía obtener objetos útiles para vencer y reparaba el daño - traté de recordar si había hecho algo parecido pero no lo tenía presente.

- Dijiste algo como que ya tenías una idea de cual era el mío - el asinitió y se sentó mirándome.

- Así es, aunque nunca había visto o imaginado algo así, creo que es un poder... que siempre está presente - entonces recordé que había dicho algo referente a la vista del águila - ¿Cómo supiste que el akuma estaba dentro de la piedra en la espada? - hice memoria y respondí cuando recordé.

- Simplemente lo supe, fue como si fuera... más brillante que el resto de los colores que haya visto - entonces asintió y sonrió como si hubiera resuelto el mayor enigma del momento.

- Tu poder es el que estaba pensando, puedes ver los akumas - me sentí sorprendida y me decidí a hablar de eso con Kat apenas llegara a casa.

- Impresionante - no pude expresarlo mejor, puesto que no sabía como hacerlo.

- Sí, ya lo creo - luego de decir eso sacó un palo de su pierna y lo estiró, haciendo que creciera. Era el mismo bastón que usaba para luchar y saltar, me lo enseñó - esta es mi arma, se extiende hasta donde yo quiera, se divide en dos y nunca se va a partir  - pensé en las dos dagas que tenía en el muslo y las extraje al tiempo que me acomodaba para quedar de frente a Chat.

- Supongo que estas serán las mías - le mostré las dos dagas, la que había usado para defenderme del ogro era la más larga y ligera, la otra era bastante corta y robusta.

-Interesante - las tomó y para sorpresa de ambos ninguna de las dos tuvo filo cuando él las presionó contra su mano, sin embargo cuando las usó para cortar un hilo que colgaba amarrado a la estructura, la pequeña resultó bastante filosa.

- No lo puedo creer, es como si estuvieran encantadas - él me las devolvió y yo las guardé en donde habían estado.

- Nuestras armas no están diseñadas para dañar a nadie y no debemos tratar de hacerlo - tenía razón así que no respondí - bueno, tengo una vida más allá de este traje y supongo que tu también, así que me debo ir - se puso en pie y me ofreció la mano para que también me parara - cualquier duda te la responderé en otra ocasión - tuve la tentación de abrazarlo y darle las gracias por ayudar y tratar de comprender, pero me contuve para evitar un momento incomodo - algún día volveremos a hacer esto - asentí, ignorando todas esas preguntas que aún no había logrado responder.

- Gracias, no sabes cuanto me has ayudado - me sonrió y interpreté la falta de palabras como una señal de que se había acabado la reunión.

- No hay de que, cuídate - aquello lo dijo luego de que yo hubiera abierto las alas y estuviera volando en el aire, le sonreí y me alejé, sintiendo la brisa fría en mi rostro y disfrutando la sensación de libertad, mientras pensaba que esto no parecía más que una fantasía o un sueño. 

Eagle (Ladybug fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora