Había una vez un pastorsito que tenia un gran rebaño de ovejas todas color blanco. Una mañana una niña se le acerca y le pregunta si tenia alguna oveja color rojo como las que se encontraban en una granja al otro lado del país, que su padre podría ofrecerle una vehículo a cambio de dicha oveja, el pastorsito asombrado y en tono burlón negaba dicha existencia de tal oveja debido a que solo existen ovejas blancas, ya que esas eran las únicas que tenia y conocía...
Al siguiente día una mujer de larga edad llego a la granja del pastorsito, le propuso un cambio de dos rebaño de oveja color blanco a cambio de unas de color rojo. El pastorsito tomando esa propuesta como un juego e indiferencia le aclaro que dichas ovejas no existían, que era imposible lo que está mujer deseaba...
Otro día como cualquier otro se acerca un hombre de buena posición ofreciéndole una buena oferta a cambio de una gran oveja color rojo, el pastorsito ya ofuscado y enfadado debido a esa petición le comento de mala manera que no existían ovejas rojas, alterado le dijo en voz alta que era insólito lo que pedía.
Una mañana una terrible enfermedad ataco a su rebaño dejándolo sin una sola oveja, sin trabajo y sin nada en sus manos. El partosito muy triste y solo se fue en busca de otras ovejas.
Caminando por un largo camino pensaba que haría en caso de no encontrar a las ovejas, ya que no tenía de que trabajar ni de que vivir. Minutos después a lo lejos del camino encontró una pequeña y hermosa oveja color rojo, muy asombrado quedo minutos admirándola sin poder creerlo, cuando en ese momento le vinieron a la mente las buenas propuestas dadas a cambio de dicha oveja pero dedido a su incredulidad no acepto.
@Moraleja
A veces solo creemos en lo que se encuentra en nuestro alrededor inmediato limitandonos a una cantidad inmensa de cosas y posibilidades, nos encerramos en una caja y no abrimos los ojos para darnos cuentas de lo que existe mas allá de la montaña, no es bueno limitar nuestro conocimiento, siempre es mejor ir en busca de más. No abramos paso al conformismo, mejor dejemos entrar a la curiosidad.
