Matt, coge con suavidad el pequeño lápiz cerca de su mano, y abre con facilidad su querido diario, comenzando a escribir un nuevo capítulo en este.
10 setiembre, 2014.
Querido y nuevo diario.
Hoy fue un día bastante loco, mi madre quemó el microondas, mi padre cayó de las escaleras y mi hermana... bueno ella, simplemente fue ella. Una molestia de bastarda.
Como siempre, el primer día de clases es el peor, odio socializar con personas, además, no soy muy bueno en eso.
A otra gente se le hace tan fácil expresarse y decir un simple “hola” pero yo... creo que soy un caso especial.
Bueno. El asunto es que ha llegado una nueva chica, oh, querido diario si la hubieses visto, es hermosa. Su cabellera es larga y dorada con reflejos castaños, labios carnosos y rojos, cuerpo perfecto y piernas delgadas. Bellísima.
Lo único que no pude notar fueron sus ojos, esas grandes gafas que traía puesta no me dejaban observarlos.
¡Debo conocerla y conquistarla! Mis dotes de galán la atraparán... pero hay un “pero”, bueno dos “peros”, el primero, no soy un galán de portada, enserio, espero que no suceda de nuevo lo de halloween que creyeron que mi cara era una máscara de zombie. Y segundo, hoy caí sobre ella mientras caminaba con su jugo de naranja y adivina que sucedió... corrió de mí. Como las chicas siempre hacen.
Ya me he acostumbrado a observar como las doncellas escapan de mí, pero ella... ella es diferente, y de una manera u otra la obtendré, lo prometo querido diario.
Bueno, creo que es todo, veremos que sucede mañana.
PD: Escribí “Querido y Nuevo diario” debido a que el otro fue quemado brutalmente por mi hermana. Maldita.
El muchacho de ojos azules cierra su pequeño librito color azul marino, y coloca su lápiz dentro de un cajón. Se remueve incómodo sobre su silla y lanza un leve suspiro. Cierra por un segundo sus preciosos ojos, e imagina de que color podrían ser las orbes de la preciosa muchacha que vió hoy. Era hermosa para él, como un ángel caído.
Los abre nuevamente y esboza una sonrisa de un millón de dólares. Está dispuesto a hacer todo lo posible para tenerla, esta vez no fallará.
Flexiona sus brazos en el borde del escritorio y da un pequeño empujón hasta llegar a la orilla de su querida y tibia cama, que lo estaba esperando desde esta mañana.
