Pensé que llegaría mas tarde, ya sé mas o menos lo que me tardo en llegar desde mi casa hasta este lugar, pero aún así dudé.
No sé como describir mis sentimientos de ese entonces, lo único de lo que estoy claro, es el frío que tenía ese día, y los nervios, sí, de eso estoy seguro, no podía dejar de temblar.
Me quité un audífono, había cancelado varías salidas anteriormente contigo, pero esta no, sería agradable tomar un café juntos, pero aún así tenía mis inseguridades, de verdad sería divertido salir conmigo?
Realmente no tengo un destino exacto, un hermoso lugar donde pasar las horas juntos, o qué hacer mas allá, tampoco soy bueno escogiendo temas de conversación menos con alguien como tú, que fácilmente ha logrado obtener mi interés.
Así que sí, estaba nervioso.
Miré hacía todos lados, y sobre todo al café que tenía delante mío, había olvidado ya el sabor que tenía el primer y último que había probado, me empecé a preguntar cuál sería el que te gustara a ti, o cuando fue que viniste a probar siquiera este lugar, y de ahí me perdí, ya no estaba prestando atención a la música que tenía puesta, ni mi alrededor, el sonido de los autos, la bullicia de las personas, comencé a imaginar y a adivinar como vendrías vestida, si llegarías con ese jersey gris peludo que me gusta bastante junto con una camisa, con ese delineado que le hace una bella y delicada forma a tus ojos, cuál sería tu expresión al verme (la mía es obvia, sonreiría apenas te viera) quizá no importaba mucho el como llegarías vestida, lo importante es que llegaras, tan solo tu presencia me hacía sonreír, y mira, no soy el mejor partido, y eso no quiere decir que no me quiera, pero no le intereso a todo el mundo, pero estoy seguro de lo reales que son mis sentimientos, y que podría imaginarte a cada momento, y que sigo soñando con esto.
Si tú tan solo hubieses llegado.