Luego de tres años juntos, cuando su relación llegó a un punto crítico, BaekHyun imaginó muchas cosas, tales como a ChanYeol sacando las pocas cosas que el mayor había dejado en su departamento al pasillo y cambiando la chapa de la puerta, o al meno...
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Luego de tres años juntos, cuando su relación llegó a un punto crítico, BaekHyun imaginó muchas cosas, tales como a ChanYeol sacando las pocas cosas que el mayor había dejado en su departamento al pasillo y cambiando la chapa de la puerta, o al menor bloqueándolo de todas sus redes sociales y cambiando su número, así como diciéndole a sus amigos que le dijeran que por favor ya no lo buscara, pues había decido ponerle punto final a la angustia terminando finalmente con tan desastrosa y siempre frustrante relación.
Tal vez sonara pesimista, pero BaekHyun realmente creía que no podía esperar menos después de cómo se portó.
Nunca fue el mejor novio, digámoslo así, y fue perfectamente consciente de ello desde el principio pese a que sus amigos insistieran en llevarse el crédito por hacerlo entrar en razón. Byun Baek tiene problemas de autoestima y lo sabe, aunque sepa muy bien guardar las apariencias. Es locamente inseguro; a un punto en que sus celos pueden llegar a catalogarse como enfermizos, necesita que le recuerden constantemente que lo quieren, pero por sobre todas cosas, que se lo demuestren. Y tiene el síndrome de la princesa, aunque su madre pocas veces lo llamó príncipe en su infancia, en realidad.
Sí, cree en los cuentos de hadas como si fuera un niño todavía, y nunca piensa estar lo suficientemente guapo o elegante, pero es ChanYeol quien todas las mañanas se encarga de recordárselo con un bonito mensaje de texto o un susurro al oído cuando tiene la oportunidad.
BaekHyun nunca creyó en el amor verdadero hasta que lo conoció, y eso es algo que puede afirmar. Pues aunque en el fondo sabe que los cuentos de hadas no son reales y ha estado tratando de asimilarlo, Park ChanYeol es lo más parecido a un príncipe azul que hay en el planeta tierra donde viven, y Baek es afortunado, tan afortunado que no puede creer que siga dudando de él, orillándolo a perder la paciencia, logrando que suelte su taza favorita para tomar café una mañana de agosto e inhale profundamente sin apresurarse a limpiar el desastre que acaba de ocasionar porque necesito un minuto, y BaekHyun lo sabe, sabe que ha llevado las cosas al extremo, que es ridículo que insista en que Oh SeHun es algo más que el mejor amigo de toda la vida de Park, y que debió saber cuándo detenerse, pero que aun cuando siente todas las ganas del mundo de abrazar a su novio y pedirle perdón por exagerar, es probable que sea demasiado tarde.
Así que se prepara para enfrentar el adiós, porque es todo lo que alguna vez ha conocido, y los ojos se le llenan de lágrimas pero se rehúsa a llorar porque conoce muy bien a ChanYeol y no es justo que lo haga llorar, ya no más.
Pero el alto lo toma por sorpresa, sus manos colocándose sobre los hombros de Baek antes de respirar profundamente para poder a hablar.
ㅡ¿Podemos comenzar el día de nuevo?
Al bajito le toma exactamente dos segundos asentir y ChanYeol cabecea tras él, sujetándolo por la cintura y levantándolo del suelo con un tanto de dificultad para sentarlo sobre la barra de la cocina.
