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—¡Despierta ya! —grite por octava vez al cuerpo al parecer vivo de mi prima, Lucía y tirado en el piso. La cual parecía estar fuera de su cuerpo por que por más que le ponía el despertador en el oído, la movía y la cual tiré de mi cama, ella parecía reusarse —si no te levantas te voy a tirar un vaso de agua.

Nada, ni siquiera movió su cuerpo, bueno no queda más opción que el agua. Baje a la cocina lo más rápido que pude y llene el baso de agua con la que estaba en la nevera. Muy bien primita veamos si así revives. Corrí en dirección al cuarto y abrí la puerta tras llegar.

En el piso aún estaba Lucía durmiendo como si no hubiera dormido en días, como es posible que alguien pueda dormir así.

Suspire y me dirige a ella, contando mentalmente hasta tres.


Uno....

Dos.... Despierta.

Tres.... Lo siento pero no podemos llegar tarde otra vez a la universidad.


Los ojos de Lucía se abrieron inmediatamente y se sentó tan rápido como pudo, aún estaba medio confundía sin saber que pasaba, hasta que su mirada se dirijo a él vaso que tian en la mano.

—Tu. —Me apunto con su dedo.

—Yo.

 —¿Por qué hiciste eso?. —pregunto, yo solo puse una cara de inocencia y me dirigía al armario.

—En mi defensa no te querías levantar y ya tenía diez minutos tratando de que por lo menos abrieras un ojo.

Lucía se levanta y empieza a buscar sus cosas.

—Es que anoche salí de fiesta —mi boca se formó en una gran O y antes de que pudiera decir algo salió corriendo con su toalla y escapó fuera del baño —Ya salgo.

Esta cuando va a aprender. Guarde los libros que faltaban en mi bolso y puse la ropa de Lucía en la cama, yo ya estaba lista por lo que sólo faltaba ella. A los cinco minutos salió y empezó a cambiarse.

—Apura que falta... Dos minutos para que mi papá se valla al trabajo.

Lucía al escuchar las palabras se cambio más rápido que todas las veces que lo halla echó. Bajamos a la cocina y agarramos una manzana, nos dirigimos a la puerta y hay estaba mi papá listo para irse.

—Ya estomos lista tíos, no nos dejé.

Mi papá quien ya estaba por irse se detuvo y nos espero, cerré la puerta con seguro y llegué al auto con Lucía, nos montamos y el auto inmediamente arrancó.

—Crei que no saldrían y que tomarían el bus —mi papá quien conducía empezó a hablar.

—No, sabes que el bus se demora. Luci se demoró en el baño.

—Asi es —respondió.

Mi prima estaba con nosotros desde hace una semana con mi familia, mis padres y hermanos menores las cuales deben estar durmiendo. Hoy es miércoles tercer día de Universidad, apenas entramos a primer semestre de organización de eventos, pero la Universidad nos queda demasiado lejos por lo que hay que buscar una solución para economizar gastos, los gastos de transporte ya que no siempre nos puede llevar mi papá y salimos en diferentes horarios, su trabajo es hasta la noche en un colegio de jornada única y, más que mi hermana también estudia y mi mamá también trabaja son muchos transportes que pagar.

—Pa y lo del apartamento.

—En esta semana las llevaré  a uno, me lo recomendó un amigo y está a un buen precio. Si les gusta se quedan. —Lucia y yo acentimos.


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—Vamos baja, se hace tarde —abri los ojos al escuchar la voz de Lucía y salgo del auto junto con ella.

—Gracias papa, que te valla bien en el trabajo.

—Chao tío nos vemos en la casa.

—cuidense —nos entrega un poco de dinero por si necitamos, enciende el auto y conduce hasta que dobla por una esquina y lo perdemos de vista.

Nos dirigimos a la universidad y corremos a nuestra primera clase.

—Es un poco tarde no creen señoritas Winter —el profesor nos empezó a regañar desde el momento que cruzamos la puerta.

—Lo sentimos profesor no volverá a pasar. —respondi.

—Es la segunda vez y espero que sea la última.

—Asi será —nos adentramos y tomamos asiento en la parte de atrás —Li. Ese profesor si que se aprendió rapido nuestros apellidos.

—Ni que lo digas, pero si algo algo se es que no traera nada bueno.

—Señorita Lina hay algo que quiera compartir —me quede tiesa al instante, todos voltearon a verme.

—Si, es que... vera —empece hablando a ver que se me ocurría, mire a Lucía en busca de ayuda diciéndole con los ojos di algo, ella lo capto enseguida. Gracias Lucía.

—Teniamos los bolsos equivocados, nada más. —aparte la mirada de hay y hice como si buscara algo. Tenía un problema que al decir o escuchar alguna mentira siempre me reía, por lo que es mejor evitar. 

—Muy bien, ahora prestenen atención. —todos nos acomodamos y el Profesor siguió hablando.

—Gracias —susurre. 

—No hay de que —lucia sonrió y se acercó para decirme algo. —hoy después de la salida vamos a ir a un nuevo lugar, no queda muy lejos.

—No se...

—Vamos —me interrumpió y junto sus manos —no nos meteremos en problemas, si. —yo me reí y asentí —gracias. Te quiero.

—Cuando te conviene —le digo, por lo que me saca la lengua y sonríe —ojo, dijiste sin problemas.

—Si. En todo caso tu eres la que atraes al desastre.

Abrí la boca dramáticamente  fingiendo estar ofendida y ella se rió aunque en el fondo yo sabía que tenía la razón.

Seguimos prestando atención a la clase y esperar a la hora de la salida. Sólo espero que todo termine bien y no como las otras veces.



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⏰ Última actualización: Jul 07, 2017 ⏰

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