V & Kook

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Él chico de pelo marrón claro y sonrisa cuadrada estaba debajo de un cerezo apartado de todas las familias de Gangnam y algunos turistas, vestía una conjunto elegante y casual de su tienda favorita: Gucci. En la mano agarraba un ramo con una variedad increíble de cada clase de flores que le gustaban a su amado. Esperaba con ansias que le gustaran.

Nervioso, él sacó el celular de su bolsillo delantero, mirando la hora con un pulso sumamente acelerado; Eran las 10:56 p:m. Vio el reloj de su muñeca esperando a que no estuviera mal ninguno de los relojes. En pocos momentos el chico con un parecido a un conejito dulce y tierno aparecería delante de él e irían a cenar en el restaurante favorito y caro de Kook, Tae había planeado el momento perfecto.

Y como lo predijo, en 2 minutos Jungkook apareció enfrente de él, vistiendo un conjunto casual y dulce, como siempre él solía vestir.

-Lamento llegar tarde- sonaba preocupado  y lamentado. Hizo una reverencia de disculpa y el castaño le imito.

Era tan formal... incluso que pasara mucho tiempo con su hyung.

-Llegaste en el momento justo- el muchacho hizo más grande su sonrisa cuadrada e imperfecta.

El pulso acelerado de V era más fuerte, haciendo que Jungkook lo notara. Se sintió torpe por ello maldiciendo por lo bajo.

-¿Esta todo bien, hyung?

-De hecho...- Tae sin temor le ofreció el ramo de sus flores favoritas, por lo cual el chico se sorprendió.- Jeon Jungkook... Me... Gustas. Siempre me gustaste desde hace mucho. Te necesito en mi vida, tu mirada es culpable de ello, sabes... es algo lindo conocer a alguien que te ponga nervioso, que te haga sentir extraño, que te haga hacer tonterías, que haga que te quedes sin palabras y que no puedas dejar de mirar... Así me pasa contigo, y quiero que esa sensación me acompañe por siempre. Quiero que tu me acompañes por siempre- su sonrisa era sincera y nerviosa.

-Tae, también te quiero... Pero  yo... Sólo te veo como un amigo...- esas palabras hicieron que V quedara devastado, y demasiado- Lo siento.

El chico se fue alejando poco a poco empezando por escasos pasos del cerezo, dejando a Tae plantado debajo del cerezo. Sus piernas temblaban, su corazón le dolía, y en pocos segundos había caído al suelo, con el ramo enfrente de él descansando en el pasto. Tae miró su reloj con el rabillo del ojo, paso de la 11:00 a las 11:01 en unos pocos segundos.

-Once pm...- musitó- La hora en la que hizo que mi corazón cambiara...

Tae sabía que nunca se lo perdonaría, nunca.






Un entrenamiento pesado había terminado, un alivio para Kook, su cuerpo apenas formado le dolía, todos sus músculos estaban tensos y doloridos. Esperaba con ansias llegar a la casa la cual compartía con sus hyungs. Y un pequeño y rápido flashback vino de aquella noche en donde estaba con V, que borró de inmediato. La relación con su hyung V había cambiado un poco desde ese entonces, se mantenía distanciado y cortante ante él. A veces extrañaba hablar con él.

Él se fue al gran departamento caminando mientras adaptaba un pose poco atractiva por cada paso que daba, cada paso le era difícil. Pensó en lo malos que fue la banda al dejarlo solo en el gym improvisado de Bit Hit entertainment mientras todos se fueron a casa en una gran camioneta negra escoltados por uno de sus managers.

Cerró la puerta tras de él de un portazo, las luces estaban apagadas, era común que estuvieran despiertos hasta tarde con un día libre al día siguiente. Jeon suspiró, habían ido a cenar, pensó, era lo más seguro ya que no había nadie, ni una mosca cuando entró, un silencio bastante inusual en la casa.

11 o'clock (Vkook lemon oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora