Menuda utopía.
Creció la luna, la noche aún no termina
Qué mirada tan frívola
Se reposa en el diván.
La luz de un faro ilumina en vano
La voluntad limita al expresar.
Imperios eternos rebanados del Corán.
Con desdén e integrando sin titubear
Las lagrimas
Ahogan a Neptuno en un mar de sal
Y mi consciencia.
Que merodeaban las siluetas
De un mar negro empuñando mi libreta.
¡Qué desvarío! ¡Llorar al son en una barca del olvido!
¡Y qué impotencia me dirás!
Estar tan cerca
¡Y la potencia de las nubes meditando mi final!
Me dije "esperen, no se muevan de su sitio"
No quiero que se quiebre
Nunca más, las sudestadas de eucaliptos.
Si consigo, las estrellas volverán a brillar.
Y me encamino.
Entre ritos de un letargo y oscuro desvío
Oigo sus llantos en mi hastío
Me enloquecen las rutinas, y las vidas sin desafíos
Y así perdí de vista a la inocencia.
Mis ojos ven la antipatía
Y el sollozo sol rojo que irradia mi amnistía.