Parte única

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Le veía dormir con la boca ligeramente entre abierta y los sedosos cabellos desparramados por la almohada. Una parte de él quería matarlo y luego bailar mambo sobre su tumba, pero la otra no podía negar que se veía adorable aún bajo las circunstancias, las mismas que le hacían preguntarse en momentos como ese « ¿Por qué soy amigo de este idiota?». La respuesta era obvia sin embargo: porque lo quería y mucho.

Un momento después los párpados del otro comenzaron a moverse en un indicio de que estaba en estado de sueño profundo o bien de qué estaba a punto de despertar y ya que un suave gruñido de le escapó de los carnosos labios que poseía, pudo concluir que se trataba de la segunda opción, lo conocían tan bien que no lo ponía en duda.

Cuando los ojos del menor (ahora más hinchados y pequeños), se abrieron por fin, lo primero que vieron fue unos enormes ojos bajo unas pobladas cenas negras que le devolvían la mirada y por el ceño fruncido que lucía, era evidente que no estaba de muy buen humor.

Lentamente el muchacho de piel canela, castaños y lacios cabellos, más alto que el otro y también menor por un año, se sentó sobre la cama con la mirada un tanto perdida y sintiendo como si la cabeza le pudiera estallar; además del dolor punzante que tenía en el labio inferior. Sintió cierto temor siquiera de articular palabra (por la forma en la que su mayor le veía), pero simplemente no podía evitarlo y menos aun cuando notó que la mejilla derecha de quien le miraba de manera tan intensa, tenía un leve moretón. Aquel último detalle prendió las alarmas en su mente y espantó cualquier rastro de sueño que pudiera quedarle; sin embargo el malestar persistía.

—Hyung, ¿qué pasó?

El otro muchacho, de piel blanca, ojos muy oscuros y cabellos negros juntos a unos labios muy rosas que hacían contraste con la palidez de su piel, chasqueó la lengua en señal de su evidente molestia, tomó una pastilla y se la ofreció junto a un vaso de agua.

—Como si no lo supieras, Jongin.

El antedicho supo de inmediato que el otro estaba más que molesto porque normalmente no lo llamaba por su nombre sino que más bien solía referirse a él como "Nini". Estaba en problemas, sobre todo porque Kyungsoo (así se llamaba el más bajo), se equivocaba porque en realidad no tenía muchos recuerdos de la noche anterior. ¿Acaso se habrían ido a los golpes?

—Ahora cierra la boca y tómala antes de que pateé ese plano trasero que tienes.

Un puchero se formó sobre los labios de Jongin (quien además tenía el cabello hecho un desastre), como cada vez que alguien hacía mofas de la falta de sus atributos traseros.

—Soy hombre y se supone que los hombres no tenemos grandes nalgas por naturaleza —refunfuñó luego de tomar la pastilla y poner el vaso, ahora medio vacío, en donde estaba—. Al menos yo no recibiría quejas por parte de alguna chica que salga conmigo y piense que yo tengo más trasero que ella.

— ¿Por qué están hablando de traseros? —preguntó una voz aguda. El otro par viró de prisa la cabeza, una mala idea por parte de Jongin pues enseguida su cabeza punzó de dolor.

— ¿Te despertamos? —preguntó Kyungsoo a Sunyoung, su compañera de departamento; quien se apresuró en negar al tiempo en que saludaba a Jongin con una sonrisa.

—Descuida, hoy tengo que salir temprano —la joven aún estaba en pijama (una blusa de tirantes y un short bastante corto) y es que ella solía andar por el lugar bastante ligera de ropas; no se hacía problemas con eso, en especial con Kyungsoo como compañero.

Éste último esbozó una pequeña sonrisa que se borró tan pronto como se volvió para dirigirse nuevamente a Jongin.

—Insinúas algo sobre mi trasero ¿o qué? —Inquirió al tiempo en que enarcaba una de sus gruesas cejas—. Además bien sabes que yo no salgo con chicas.

Hyung, ¿qué pasó? (KaiSoo One Shot) //Concurso 1000 estrellasWhere stories live. Discover now