Capítulo IV
Tras un larguísimo recorrido de dos días, nosotros estábamos agotados hasta que, un tesoro reluciente apareció ante nuestros ojos, nunca habíamos visto tanto oro. De pronto, caímos por una grieta provocada por un terremoto en el suelo a un estanque de... ¿petróleo? Los padres de Yarin eran jeques petroleros, por lo que él estaba acostumbrado, pero yo al verlo grité "Soy rico, soy rico".
Mi gozo en un pozo, rápidamente el petróleo se filtró y solo nos quedamos él y yo manchados.
Me encantaban las sorpresas, y a Yarin también, por lo que nos encontramos una especie de huevos kinder por el camino que seguíamos para volver a por el tesoro. Eran huevos de Pascua, la cueva nos estaba dando una pista de la fecha que era en su interior, porque nuestros relojes se habian parado, y no supimos ni cómo, ni cuando, una carta apareció de la nada. En ella aparecía escrito este texto:
"Querido leyente,
Si encuentras esto, yo ya habré reunido el valor necesario para dejarme aer por el precipicio infinito, o por lo menos así lo llamamos los hazles, o en hebreo, תן להם.
Has oido bien, me he suicidado porque, con mi tribu, me he perdido buscando el tesoro, y a vosotros os pasará lo mismo. Si tenéis la oportunidad de volver sobre vuestros pasos, adelante, pero si no lo intentáis jamás lo conseguiréis.
Un saludo
חיעכבץ"
Nos dejó de piedra y nos acabamos planteando si seguir o no.
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El templo secreto
AventuraMi amigo, Yarin Buchbutt se va a casar con su novia, Lital Neiman y nos invita a mi y a mi hermana a su boda, en Israel. Allí nos pasa de todo pero yo me concentré en encontrar el Tesoro Templario. ¿Lo encontraré?