Prologo

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Julio, 2014.

Estaba absolutamente sola, en un cuarto con solo un bombillo amarillo, de resto estaba vacío, no había ventanas, ni muebles y eso hacía que la única opción que tenía era sentarme en el piso.

Pero esto resultaba sumamente difícil, vestía un vestido rojo escarlata con encajes que se entrelazaban entre sí, el vestido era largo, mucho más largo que yo, por lo que cada vez que caminaba lo arrastraba, tenia los labios pintados de blanco y los parpados de negro, podía aparecer en una película de terror si así me lo proponía, además del excéntrico maquillaje, tenía un recogido en el cabello que hacía que mi rostro se viera limpio, en el recogido tenía un velo de color negro que tapaba mi cabello y mi rostro, sin mencionar la bala dorada y el cuchillo del mismo color que tenía en la mano izquierda, mientras que en la otra tenía un rosario de oro macizo, iba descalza, debido a que eso simbolizaba de donde había nacido el clan, de la pobreza.

Llevaba encerrada todo el día en esta habitación, no es nada bonito que el día de tu cumpleaños despiertes y en vez de un "felicidades" recibas una ropa y maquillaje extraño, no es nada bonito, pero aun así he estado toda mi vida esperando este momento, viviendo solo de las pequeñas cosas que te dicen tus familiares de este día.

Meses antes, cuando te dan tu escrito para aprendértelo te emocionas, debido a que por primera vez en la vida vas a ser parte de cosas importantes, hasta que te dan la bala, el cuchillo y te visten de manera escalofriante, en ese momento la emoción se viste de miedo y de incertidumbre, nadie habla contigo en todo el día, solo comes una especie de desayuno que es: un pan duro, medio viejo y agua, eso es todo lo que llevo en mi estomago, son las cinco de la tarde y esa comida fue a las siete de la mañana.

Siento las energías por el piso, tengo hambre y una sed horripilante ¿Quién iba a decir que pertenecer a algo iba a empezar de esta manera tan horrible, me arrastre por el suelo hasta la puerta, para hacer lo que he estado haciendo desde el principio, pegue el oído a la puerta esperando algún tipo de sonido, como las otras veces, no obtuve nada, ningún sonido, ni siquiera de pisadas, suspire muy alto.

Mi familia no me puede estar haciendo esto ¿Qué hice yo para merecer esto? En todo este tiempo he revisado en mi memoria algún tipo de falta que haya cometido, pero no encontraba nada, estaba llegando a la desesperación.

- Mi familia no me puede estar haciendo esto... ¿Qué hice yo para esto? ¿Por qué? ­­dije es voz alta, necesitaba escuchar algo, me abrace a mi misma en busca de alguna seguridad- No creo que mi familia me este haciendo esto, nosotros somos sangre de nuestra sangre, nuestro lema es "un Angelini nunca se queda atrás, un ángel nunca se olvida, si una vez fuiste un ángel, siempre lo serás"- apreté mucho más mi agarre a mí.

No pasaron ni veinte minutos cuando tocaron la puerta, me separe de un salto quedando de pie en medio de esa horrible habitación, entraron dos hombres y dos mujeres con máscaras doradas con detalles plateados que le cubrían todo el rostro y en la máscara tenía una especie de velo que les cubría el cabello, las mujeres tenían un mismo vestido largo y con las mandas largas negros y guantes del mismo color, los hombres tenían un traje completamente negro, con guantes del mismo color, lo que resaltaba de todo su atuendo era la máscara.

No hablaron, un hombre y una mujer se quedaron en la puerta, los otros dos se acercaron a mí y me sujetaron de ambos brazos obligándome a caminar con ellos a la puerta, se que estaba en la casa, pero desconocía esta parte de la casa.

Quise identificar estos cuatro sujetos, para saber si eran los mismos que me recogieron hoy en mi cuarto, pero no tenía ni idea, se veían exactamente iguales entre sí, sujete con más fuerza el rosario esperando que me diera fuerzas para enfrentar todo esto.

Roja como la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora