Capítulo 30:

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El lunes nos levantamos más temprano, ya que, para nuestra suerte iríamos a hablar con el padre de Justin, para a ver si podíamos llegar a algo y que todo esto se aclarara o quizás una pequeña con ayuda bastaría.

- Tenemos que ser cuidadosos, ya está circulando de qué estas desaparecida y todos te andan buscando.

Justin me dijo, yo fruncí el ceño.

- De seguro todo eso fue mi padre.

Dije, suspiré.

- Tranquila mi amor, todo saldrá bien.

Dijo besando la comisura de mis labios.

Mientras, de camino hacia la casa de el padre de Justin, el camino fue en silencio. Cada vez que había un policía cerca, tenía que agacharme o ponerme una manta en la cabeza para ocultarme, esto era una completa y absoluta pesadilla. Primero: no estaba desaparecida, me escapé. Segundo: ¿Es necesario todo ese drama? Tercero: Quiero ser feliz con Justin, ¡los demás quítense de quítense de mi camino!

Cuando llegamos a la urbanización con acceso controlado, nuevamente me tuve que esconder del guardia del gacebo, mientras Justin aparcaba el auto al frente de la gran y preciosa casa.

Justin entrelazó su mano con la mía y nos adentramos a la casa.

- Mi madre y hermanos no están, salieron al parque.

Me dijo, yo asentí, mejor teníamos más libertad de hablar con el señor Bieber.

Una empleada, la ama de llaves, se dirigió a nosotros con una cálida sonrisa.

- ¡Joven Bieber, que gustó!

Ella dijo, el le dio un abrazo y un beso.

Que agradable señora.

- Hola señorita.

Ella me dio una cálida sonrisa.

- ¿Marta, donde está mi padre?

El le preguntó.

- Esta en su despacho, los espera.

Sonrió ella y se fue.

En el despacho, el señor Bieber se encontraba mirando la pantalla de su portátil y tan pronto como vio a su hijo, se levantó con una gran sonrisa para envolverlo en un gran abrazo.

Ojalá mis padres fueran así.

- ¡Hola querida!

El dijo mientras me daba un abrazo a mi también. Justin sonrio.

- Hola señor Bieber.

Lo salude amablemente.

- ¡Dime Jeremy!

El dijo y se echó a reír.

- Papa, sabes a lo que vinimos, ¿verdad?

Justin dijo acercándose nuevamente a mi.

- Si hijo, lo sé y vamos a tratar de solucionar todo esto.

El dijo, sentándose en su silla. Nosotros nos sentamos en el sofá, juntos.

- Bien, ¿han tenido en mente una idea, tipo solución?

Dijo, mirándonos a los dos.

- Hemos pensado de todo pero no sabemos qué más hacer t ya la mayoría de las ideas han sido descartadas.

Yo hablé.

- Estoy pensando.

El dijo mientras se quedaba en silencio por unos largos minutos.

- ¿Qué edad tienes, _____?

El me preguntó.

- Estoy a punto de cumplir los veintiuno.

Le dije, el asintió. Justin me llevaba un mes.

- ¿Han pensado en la idea de casarse?

El dijo, yo fruncí mi ceño y abrí la boca para luego girar mi cabeza a la misma vez que Justin y mirarnos.

- Yo jamás lo he pensado.

Confesé mirando a Justin algo nerviosa.

- Yo tampoco, papá.

Justin habló y sentí que estaba nervioso por el tono de su voz. Bueno, más nervioso que yo no podía estar.

- ¿Qué creen si lo hacen?

Jeremy habló. Justin presiono mi mano, y me atrajo más cerca de su cuerpo.

- Digo, no es una mala idea después de todo.

Jeremy volvió a decir.

- Tu padre dejaría toda esa mierda y maduraría, digo, el debería dejar de ser tan ambicioso. Ya no hay nada que perder, el tiene bastante dinero, incluso más que yo y quiere seguir teniendo más.

Jeremy dijo.

- ¿Qué pasaría cuando nos casemos?

Justin le preguntó a su padre. Yo me quede callada.

- Lo conozco, se que va a recapacitar e irá corriendo detrás de su hija a pedirle perdón y estoy segura qué a mi también.

Jeremy dijo levantándose de su asiento, nosotros hicimos lo mismo.

- Piénsenlo muy bien.

Dijo abrazando a su hijo y luego dándome un pequeño abrazo.

- Lo haremos, Jeremy.

Le dije sonriéndole.

- Cuídense, y siempre tengan en la mente que el amor todo lo puede y si tuviera tiempo les contaría un ejemplo de todo lo que Pattie y yo tuvimos que pasar sólo por estar juntos.

El dijo mientras nos acompañaba hasta la salida. El era un gran hombre y amaba a su familia. Todo lo que yo quería mi padre hiciera y en algún futuro también poder amar a mi familia cuando la tenga.

Acepta que nos enamoramos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora