Confusión

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-¿Qué hacéis aquí? -la voz de Brooklyn me despierta. Abro los ojos y me encuentro con los suyos, enormes y verdes, mirándome muy de cerca. Demasiado cerca.

-Joder, Brook. -le pongo la mano en la cara y lo aparto.

Seguimos en el baño. Rye está echo un ovillo en el suelo, con una botella de whisky, medio vacía, al lado. Le doy una patada y él me gruñe en respuesta.

-¿Qué tal la siesta, bello durmiente? -pregunta divertido Jack, mirando como Rye empieza a despertarse.

-Cierra la boca, duende irlandés... ¿Qué hora es?

-Las dos y media. -responde Brooklyn, sentándose a mi lado. Me mira un momento, parece nervioso. -¿Puedo? -apunta con la cabeza al porro medio deshecho que Rye está intentando arreglar.

-¿Has fumado María alguna vez? -Brooklyn abre la boca para decir algo, pero la cierra y niega con la cabeza. -¿Has fumado algo alguna vez? -él niega de nuevo agachando la cabeza.

Rye suelta una carcajada, y le da una palmada en el hombro a Jack.

-¿Y tú, Jackie? -Jack se sonroja y empieza a tartamudear, lo que hace que la risa de Rye aumente.

-Déjale en paz, Ryan. -le doy un empujón y vuelvo a centrarme en Brook. -¿Estás seguro?

Brooklyn asiente y Rye le tiende el porro cuando termina de liarlo.

Le da una calada y empieza a toser. Voy a quitárselo, pero él niega con la cabeza y le da otra calada. Le agarro la muñeca cuando va a dar la tercera.

-Dos caladas cada media hora. -le explico y el asiente, apagándolo.

-No parece tan malo. -comenta Jack. -Déjame probar. -coge el porro y el mechero de Rye.

-¡Jack, no! -grito, pero Rye me sujeta por los hombros y me obliga a sentarme. -Suéltame, Ryan.

-Shh. -me pone un dedo en los labios y yo le miro mal. -Esto va a ser divertido.

Jack da la primera calada... y no pasa de ahí. Se dobla por la mitad y empieza a toser.

-V-voy a vomitar. -dice intentando ponerse de pie.

Consigo que Rye me suelte, y ayudo a Jack a levantarse.

-Solo estoy mareado. -se apoya en la pared y se va arrastrando hacia la puerta. -B-buenas noches.

Lo veo alejarse, dando tumbos.
 
-¿De qué coño os reís? -Rye y Brooklyn están tumbados en el suelo, convulsionando en un ataque de risa. Miro a Laia, que ha aparecido de la nada y está en la puerta.

-Brook está colocado y Rye es... bueno, da igual. -la explico poniendo los ojos en blanco. -¿Te encargas tú de Brooklyn? -le pido a la chica, mientras intento levantar a Rye. Ella asiente y se carga el brazo del rubio al hombro.

-Laia, tu pelo huele a unicornio. -escucho decir a Brooklyn mientras avanzamos por el pasillo. Ella estalla en una carcajada.

-¡¿Por qué hacéis tanto ruido?!  ¡Me duele la cabeza! -grita Rye y yo le doy una patada.

-Deja de gritar. -susurro.

-Te pones tan guapa cuando te enfadas. -dice y tengo que contenerme mucho para no darle un tortazo.

.....................

Me despido de Laia, después de haber dejado a los chicos en su habitación.

-Menos mal que has llegado. -Sara corre a abrazarme cuando entro por la puerta. Está temblando. -Hay un hombre en la ventana que pregunta por ti.

-¿Qué? -me acerco a la ventana y me quedo paralizada. Un hombre de unos cincuenta años, con el pelo castaño peinado hacia atrás y gafas redondas me observa a través del cristal. -Marcus...

-Los vídeos. -dice aporreando el cristal. -Dijísteis que me los daríais hoy.

-Mikey ha ido a... -en ese momento mi cerebro explota.

Mikey no estaba en su habitación.

¿Y si le ha pasado algo malo?

Puede que esté herido.

Puede que esté... muerto.

No confíes en mí (Fanfic Road Trip)Where stories live. Discover now