Eric
Maldito día en el que decidimos Mía y yo acudir a esa fiesta. Ethan me caía mal, y Mía aún sabiéndolo, le daba igual. Me había estado evitando el resto de la semana desde el día que fuimos a Crispy Burger. No me preguntéis por qué porque yo ni siquiera lo sabía. Realmente al principio el distante fui yo, no me gustó para nada como sus ojos hacían crecer nuevas emociones en mis entrañas. Nunca sentí eso antes y me asusté, alejándome de ella. Esa misma noche recapacité y me negué a todo lo nuevo, volvería a estar bien porque Mía era mi amiga y la quería. Pero todo empeoró a la mañana siguiente, al otro día y así hasta hoy sábado. La maldita fiesta de la cucaracha de Ethan. No pude esconder mi sonrisa cuando vi a Mía bajar las escaleras con ese maldito vestido puesto, pero ella aún así, a penas me miraba. Aunque cuando lo hacía, se ruborizaba, eso era bueno, ¿no?
Su madre, que estaba en casa debido a su baja, sonrió y sus ojos destellaban un brillo especial, por un momento vi reflejada a Mía en ella. Y no pude evitar sentirme raro al pensar que ella algún día encontraría al amor de su vida, tendría hijos y me alejaría de su lado por su felicidad. Carraspeé no para llamar su atención, si no para intentar que el nudo de mi garganta desapareciera. Aún así, intenté disimular y le sonreí.
—Estás preciosa, Mía Collins.— Desde luego que lo estaba, llevaba un vestido pegado azul que le dejaba la espalda descubierta por completo. Su altura era un poco más arriba de las rodillas, a pesar de que las chicas de su edad, lo llevaban por encima del muslo— no sé si me entendéis—a ella le quedaba tan sumamente bien y sexy que no hacía falta enseñar nada para verse hermosa. Mía se sonrojó de nuevo y me di una palmadita en la espalda en mi interior.
Sin decir nada, se retiró y fue a la cocina, donde la vi comiéndose unas galletas recién preparadas por su madre. Reí y se asustó. No esperaba verme ahí.
—Mía, quiero que sepas que no sé qué es lo que ha pasado esta última semana pero quiero volver a como estábamos antes. — me iba a interrumpir, y según su cara se iba a hacer la inocente.— No, no te hagas la tonta. Sabes de lo que estoy hablando. No sé que he hecho pero déjame arreglarlo.
Su silencio era eterno, y lo rompió el timbre de la puerta.
—Yo abro.— exclamó dándome una mirada de disculpa. Claro, como si no lo hubiese tenido planeado.— Ya hablamos de esto. — Salió de la cocina despacio, dejándome un poco atontado al ver como se pegaba el vestido a sus caderas. Ella era hermosa, y lo peor es que no era consciente de ello. Seguramente estuvo seis horas en su dormitorio preguntándose qué ponerse para verse bien. Y os digo yo, no había nada que provocara verse fea.
Cuando salí también, me dio una mirada y asintió hacia la puerta, una señal para irnos. La seguí mientras hablaba con Brid sobre Ethan. No pude evitar sentirme un poco molesto. Hay cosas que no me contaba, ¿por qué? ¿No tenía la suficiente confianza en mí como para comentar que Ethan era guapo? Por favor, claro que no lo era, al menos para mí, era solo un cretino que pensaba con su pene. Sólo eso. Músculos y cabeza hueca. Me fijé esta vez en Luke, se tensaba mientras oía a las chicas y no participaba en la conversación.
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Mi amigo imaginario
TeenfikceDespués de la tormenta viene la calma, dicen. Y después de la calma, viene la tormenta, digo. Desde que Eric se fue, todo en mi vida se puso patas arriba. Mi vida era normal, desde que llegó, se fue y volvió. Para mí, es alguien más y único en mi v...