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CONTINUACIÓN DE ''SIEMPRE TENDREMOS PARÍS -
SAGA R+ LIBRO 1''

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- Java, qué opinas? –

- Eh? -

- Me escuchaste algo de lo que dije siquiera??? Hace media hora que estoy con este tema!!! –

Me sonrojé. La verdad, no tenía ni la más puñetera idea de qué me había estado hablando. Sabía que era algo del casting de la película, pero en algún punto de la conversación mi mente simplemente divagó, y no pude registrar nada más de lo que me decía.

- Dame! – dijo, y me quitó el celular de las manos.

- Eyyy!!! Devuélvemelo!! - dije, enojada, pero ella lo alejaba de mi, y miraba la pantalla, moviendo la cabeza de modo reprobatorio.

-Otra vez viendo por Instagram fotos de Till con las fanáticas?? Cariño... lo único que logras con esto es hacerte daño... Porque no nos haces un favor a todos, y lo llamas?? Te estás muriendo por él hace seis meses!-

Seis meses. Me parecía increíble que ya hubiese pasado tanto. Creo que nunca había padecido tanto el tiempo o la distancia de alguien, y por supuesto, de alguien a quien sólo había visto por veinticuatro horas. Y sin embargo, sentía que desde que no estaba con él, me faltaba una parte de mi misma.

Logré finalmente que me diera mi celular, y me fui hasta la ventana de su apartamento, tratando de no pensar en las imágenes que había visto. Anoche la banda había estado en California, a exactos 4688 km, creo que eso fue lo más cerca que habíamos estado en todos estos meses. El sonido de las calles de Manhattan se colaba hasta el apartamento, y pronto vi como ella me acercaba una caja grande de pañuelos.

La última foto que vi había sido una en la cual Till estaba en una pequeña mesa de bar, con una muchacha muy bonita y joven, tomando una copa de vino y conversando. En mi cabeza se comenzó entonces a darle vuelo a la imaginación, y casi que podía verlos yéndose de la mano del bar, y a él pasando el resto de la noche entre las piernas de ella...

- Estoy segura que él también quiere verte... -

- No puedo Tamara!! Bastante complicadas están las cosas ahora como para encima meterle este rollo!!! Tú mejor que nadie lo sabe!!! –

- Lo que sé es que eres una cabeza dura. Siempre hay una solución, sé que vais a encontrarla... Y no lo digo porque sea tu representante, lo digo porque soy tu amiga, y porque no puedes estar así más tiempo. Cariño... estas... marchitándote. –

Y ella tenía razón, era así como me sentía, que poco a poco me moría por dentro. Me encontraba a los treinta y siete años, viviendo en New York el gran sueño americano, mi carrera que seguía subiendo de manera meteórica, con una lluvia de fanáticas y dólares que no tenía fin.... Y yo suspirando por un cantante de rock con el cual había compartido sólo una noche.

Si no era una rematada idiota, estaba sin duda haciendo muchos méritos para serlo.

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Un par de días más tarde, al fin, me dieron las llaves de mi apartamento. Ya hacía tres meses que estaba viviendo con Tamara, y aunque ella se pasaba gran parte del día fuera, de todos modos yo quería un lugar propio. Ya había escogido en Pottery Barn todo lo que necesitaría, así que tras hacer algunos llamados, me encaminé hacia mi nuevo hogar.

El sol se colaba por los grandes ventanales, todo estaba limpio por suerte y los servicios ya estaban funcionando, así que sólo restaba comenzar a llenarlo de mi reinventada vida. Lo único que había por el momento allí era una gran cama de estilo Victoriano que convencí a los anteriores dueños me la vendiesen, sé que había pagado tres veces más su valor, pero el sólo hecho de verla era como estar en un sueño... recorrí mis dedos por el tapizado de capitoné, y mientras aguardaba a los movers, extendí las suaves sábanas sobre mi reciente adquisición. Ese sería el primer día de mi nueva vida.

Un rato más tarde me encontraba cerca de la puerta, mientras llenaba unas planillas que los empleados de Pottery Barn me habían enviado, y les indicaba a los hombres que dejaban mis muebles dónde debían hacerlo.

Cada vez que uno de ellos entraba, les indicaba por el color de la etiqueta del paquete dónde debían ir, o si era un mueble de mayor tamaño en qué habitación estaría.

-Rojo, en la cocina-

- Azul, el dormitorio –

-Verde, la sala –

Decía, mirando brevemente el fardo que traían en sus manos, mientras seguía llenado las interminables casillas de la encuesta... y en eso sentí cómo alguien se paraba frente a mi, y elevando mi vista de los papeles hasta sus manos, vi que en ellas había un gran ramo de rosas blancas.

- Flores?? Tiene que ser una equivocación, yo no pedí flo- comencé a decir, mientras seguía elevando mi vista.

Y casi sin poder creerlo, allí, de pie, estaba él, sonriéndome...

Till.

Solté las cosas que tenía en la mano y lo abracé, y sentí como me estrechó contra su cuerpo, creo que nunca había llegado a darme cuenta en realidad cuánto me había hecho falta.

Tomé su rostro entre mis manos, y casi con desesperación lo acerqué hasta mi boca, y soltando el ramo de flores, me tomó de las caderas, y me subió hasta su cintura, la cual envolví con mis piernas, y un instante después me apoyó con firmeza contra la pared.

Sentía como desataba su pasión en aquel beso, su lengua recorría mi boca, sedienta, mientras yo me aferraba a él como si de eso dependiese mi vida. Y de alguna manera así era, pues mi cuerpo comenzaba a reclamarme con hambre sin igual todos aquellos meses que había permanecido lejos de él.

La tibieza de su torso traspasaba la ropa y llegaba hasta mi, y entre mis piernas comencé a sentir como su miembro empezaba a reaccionar jubiloso ante nuestro reencuentro.

Se alejó unos centímetros, y me miró sonriente, mientras seguía sosteniéndome contra el muro.

- Hola – dije, perdiéndome en sus ojos de cielo.

- Si hubiese sabido que me recibirías así, te habría raptado hace meses sin dudarlo...-

Me acerqué entonces a su oído, y en un susurro le confesé.

-Y si yo hubiese sabido que iba a extrañarte del modo que lo he hecho, ni siquiera hubiese tomado aquel avión...-

Otoño en New York  -SAGA R+ LIBRO 2- [COMPLETA]Where stories live. Discover now