El cálido sol del otoño en New York nos encontró las siguientes madrugadas en aquella cama victoriana, en la cual durante las horas de cada noche exploramos nuestros cuerpos y sentidos, descubriéndonos en cada caricia, aprendiéndonos en cada roce.
Los días pasaban llenos de nuevas emociones, cada risa, cada beso, cada abrazo era un pequeño tesoro para ambos, y poco a poco compartíamos los secretos de nuestras almas, comenzando a imaginar un futuro juntos.
El primer día que Tamara llegó hasta mi apartamento con un alto de papeles que yo debía revisar para la pre-producción de la película en una mano y una planta como regalo en la otra, vio que Till estaba en el sofá, inmerso en una videoconferencia, entonces lo saludó con un leve movimiento de cabeza, y mirándome, me indicó en silencio que fuésemos hacia la cocina.
Dejando todo de manera desordenada sobre la encimera, tomó mi rostro con sus regordetas y suaves manos, al tiempo que un gran y silencioso WOOOOOWWWW salió de sus labios, y me abrazó con fuerza.
- Gracias... - musité, emocionada.
- Ya estaba cansada de verte triste, sola y ojerosa... pero.. oh my God... estas... RADIANTE!!! ¿Qué tiene ese hombre que te pone así??? Quiero que le de clases a mi Charly!!!
Y ahora dilo... vamos... quiero escucharlo... - agregó, riéndose.
- ¿Qué quieres que te diga, Tamara?? –
- Vamos Java... tú lo sabes... dilooooo.... –
- Ok... "TENÍAS RAZON TAMARA" –
- Oh si... ya puedo saborear cada letra... qué deliciosas palabras!... Una botella de Dom Perignon es algo bueno, un gran orgasmo que te deje las piernas temblando es mejor, pero sigo sin encontrar algo que supere un "Tenías razón, Tamara"...-
- Jajaja, eso es porque no tuviste a alguien como Till en la cama... - dije, y casi sin pensarlo giré, para ver como él estaba apoyado contra el marco de la puerta, escuchando lo que había dicho, con una sonrisa en los labios.
Sentí mis mejillas arder, y las carcajadas de mi amiga no se hicieron esperar. Tamara cruzó entonces el espacio, y plantando un beso en cada mejilla de Till, comenzó a hablarle en un fluido alemán que desconocía que supiese.
Till se reía ante aquello que ella decía, y con sorpresa vi como él se sonrojaba súbitamente.
Es que acaso todos sabían hablar alemán y yo no?? Pequeña putada. Tenía que aprenderlo de manera urgente.
Tamara dio una suave palmada en la mejilla de él, y girándose hacia mí, dijo:
- Es buen chico, cuídalo o me lo quedo yo –
- Eres bruja... así que confío en lo que digas... - agregué, mientras me acercaba hasta él, y sentía como sus brazos me rodeaban.
- Excelente... y como ahora estas feliz, quiero que nos pongamos urgente a ver los pendientes. No vamos a pagar la renta con puros corazoncitos saliendo de tus ojos! –
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Aquella tarde, cuando finalmente leí y firme hasta el último de los papales que Tammy había llevado para mi tortura personal, Till y yo salimos a caminar. Mi apartamento estaba cerca de Central Park, y pasear entre ese collage de árboles era como estar dentro de una pintura de Monet.
En una de las curvas del parque un pequeño grupo de fans nos miraron, y ahogando sus gritos nos dieron alcance enseguida.
-Oh Dioses... - dijo él, suspirando, y antes de que llegasen hasta donde nos encontrábamos, tomó aire.
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Otoño en New York -SAGA R+ LIBRO 2- [COMPLETA]
Historia CortaTras seis meses separados, Java y Till vuelven a reencontrarse, esta vez en el otoño de New York. Podrán, la ingenua escritora y la mega estrella del rock alemán, lograr vencer las barreras que los separan, y al fin vivir el amor que sus pieles tant...