El restaurante era muy visitado por los amigos que se juntaban para las reuniones eventuales, un lugar donde eran permitidas las bromas de todo tipo y comentarios insurgentes de cualquier tema.
Judy miraba a su compañero de trabajo con especial recelo al no saber qué era lo que hablaría, aunque en un principio ella estaba de acuerdo, no por el hecho de que estuviera convencida, sino porque había sido obligada de cierta forma, en esos momentos un sentimiento de arrepentimiento la estaba embargando. Quería salir de ese sitio sin importar nada, pero para ella, su reputación lo era todo, y conociendo a Nick, era muy probable que estuviera listo para el siguiente movimiento si ella no daba su aporte a la causa. Mientras, el zorro esperaba con increíble paciencia las órdenes que habían pedido no hacía mucho tiempo, pero la increíble serenidad impacientaba más a Judy, de verdad ella creía que Nick estaba planeando algo, tal vez algún tipo de venganza que ideó con el fin de desquitase por lo sucedido en el restaurante y en la reunión matutina.
No había silencio, de hecho el lugar, aunque no estaba lleno, si estaba un poco concurrido. El mesero trajo el pedido para ambos, a lo que agradecieron el amable gesto del trabajador.
El silencio se volvió más incómodo cuando Nick le clavó los ojos a Judy, ella sentía como él la recorría con las vista, como si deseara algo más de ella. En su pensamiento las cosas no iban bien. «¿Qué diablos querrá este zorro?» Se preguntaba cada vez que, en un movimiento de cabeza, se cruzaba con los ojos de él.
—¿Sucede algo? —preguntó el zorro sin ningún pujo, sabiendo que eso pondría más nerviosa a Judy.
—¿Yo? ¿Por qué tendría que estar nerviosa?
De nuevo el silencio entre ambos se suscitó. Nick dio un bocado a su comida, Judy hizo lo mismo.
Ella puso con delicadeza su tenedor en el plato, dio un agudo suspiro y, para sorpresa de Nick, golpeó con gran fuerza la mesa. Un ¡Pum! estruendoso que hizo eco en el restaurante.
—¡Ya fue suficiente! ¡¿Qué quieres?! —Lo miró con ira e indignación—. Sabes, yo me iré. —Ella se levantó de la mesa mientras todos los presentes en el restaurante la miraban; fruncía el ceño, mientras miles de maldiciones se le venían a la mente, cosas que no decía a los cuatro vientos por propios principios. La voz de Nick la la detuvo. Por un momento se olvidó de lo que él tenía en sus patas.
—Zanahorias, yo que tú no seguiría caminando. —Se levantó de su asiento y tecleó unas cuantas cosas en su celular. —Al parecer quieres que los demás sepan de lo nuestro.
Judy se volteó y estuvo a punto de decir una retahíla de palabras desmintiendo lo que Nick acababa de decir, pero el dedo en el hocico del zorro, haciéndole seña de que no hablara la retuvo. Nick supo que Judy había captado la seña, le mostró su celular, las fotos de ella con el abajo estaban todas a punto de ser enviadas a sus amigos en la estación, incluyendo a Bogo, que no tendría un buen punto a favor de ese supuesto noviazgo secreto, que bien no era prohibido, pero las fotos fueron tomadas en horario laboral, suponía una dura sanción a los dos.
Los repetidos golpeteos de la pata derecha de Judy era un claro desacuerdo con lo que Nick decía. Volvió a su mesa sintiéndose observada por los demás mamíferos que estaban expectantes con interés ignorante de la situación que se estaba llevando a cabo en ese momento.
Cuando Judy estuvo muy cerca de su amigo, Nick aprovechó el momento de su desprotección para cogerla y darle un fuerte abrazo, colocó su hocico en una las largas orejas de la coneja e inspiró, sonrió como si había logrado una gran hazaña, ella tenía su cara contra el pecho de su amigo, vio como todos las miraban y como hacían como si nada ocurriera. Estaba a punto de explotar cuando un susurro de Nick la detuvo, de nuevo estaba a merced del zorro que tenía como compañero y mejor amigo.
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Zootopia: Primavera
Fiksi PenggemarNick y Judy se jugarán el todo por el todo por una apuesta que los hará llegar a extremos que pensaron nunca cruzarían, empeorando todo debido a la estación de primavera.