5 años antes.
-¡Puja!- me exigió la sirvienta.
Apreté las manos alrededor de las sabanas y puje una vez más. Sentí como el bebé salía por completo de mí y minutos después su potente llanto. Estaba exhausta y presentía que en cualquier momento perdería el conocimiento.
-Es niña.- me informo la sirvienta al ponerse frente a mi mientras sostenía en sus brazos a mi pequeña.
Quería abrazarla, tenerla entre mis brazos y llenarla de besos.
-Ella no necesita saberlo.- la regañó mi padre, quien no había hablado desde hace un buen rato-. Llévate a la mocosa de aquí.- le ordenó.
-No... Por favor.- le suplique.
Pero fue en vano. La sirvienta se retiró con mi bebé en brazos sin escuchar mi suplicas.
-No le hagas nada.- le pedí a mi padre mientras las lágrimas se me escapaban -. Es... tu nieta.- le recordé.
-Es una bastarda.- dijo mi padre con desprecio -. Y nunca voy a dejar que lleve mi apellido.- me aseguro.
Oí el sonido de un disparo y el corazón se me paro. Era imposible... mi padre no...
-Mucho menos que exista.- sentenció con una sonrisa siniestra.
-¡NO!- grite desesperada -. Por favor... por favor.
Intente levantarme pero solo logre caerme, necesitaba ver que mi bebé estaba bien, no podía dejar que ella también pagara por mis errores, no me lo perdonaría.
-Ni lo intentes.- me advirtió -. Tú tampoco te librarás de esta.
Dos de sus hombres me levantaron del piso y me sacaron de mi habitación, me llevaban a la parte trasera de la mansión; eso no era buena señal. Forcejee un poco, pero por más que lo intente no pude zafarme, estaba gastando energía en vano.
Me montaron en una camioneta que nos estaba esperando afuera de la mansión y me llevaron a la cárcel. Sabía perfectamente que mi padre tenía influencias, pero que las usará para dañarme de esta manera, extinguió el afecto y el respeto que le tenía.
No me encerraron directamente en una celda, sino en la enfermería del lugar que era mucho peor, las mujeres que estaban cerca de mí, o se estaban muriendo o tenían una herida de pelea.
Jamás me hubiera imaginado que terminaría en un lugar como este. Mi propia familia me había arrebato todo lo que quería por dinero, no les importó herirme para conseguirlo, y a mí no me iba importar hacer lo mismo. No sé exactamente como pero conseguiré vengarme en el momento en que ponga un pie afuera de este lugar.