Gotham Kings ||Jerome Valeska||

Capítulo Uno: "El comienzo de todo".

La noche estaba perfecta para cualquier persona que no estuviera fuera de su hogar y de esas tan preciadas y abrigadas sábanas, lamentablemente Lily Gordon no era parte de esas personas.
Sus padres se habían dejado de hablar en el momento en el que Lily cumplió cinco años, James Gordon la había dejado bajo la tutela de su ex-novia y que,lamentablemente, era su madre. Una puta borracha que disfrutaba ver como su pequeña hija sufría solo por recordarle a su ex-novio. No culpaba a su padre,nadie merecía la condena de estar con una borracha loca y su hija no deseada. Aún recordaba sus últimas palabras "Volveré por tí, cariño",nunca lo hizo.
Claro,en el mundo de Jaqueline la droga era esencial, por lo que se acostaba con tipos para conseguirla cuando no tenía dinero. La pobre niña debía soportar noches enteras afuera con tal de no escucharlos. Lo peor venia después, cuando su madre salia con su nueva presa y dejaba a la niña sola con la típica frase "fíjate que comerás,no hay nada" y eso obligaba a la infante a robar y si era necesario, a matar.
Con sus catorce años, era una de las ladronas más discretas de todo Gotham, nadie conocía su verdadera identidad.
-¿Qué haces,James?- preguntó su madre,totalmente borracha.
-Mamá, he preparado algo de pollo para ti-miró al acompañante de su madre- y él.
-Que ternura de hija tengo,-sonrió complacida al enorgullecer a su madre,pero algo chocó con su mejilla provocando que arda y su cara girara levemente- ¿crees que comeré eso,sucia rata? Hugo,dale una lección a esta ingrata.
-¡No por favor,mamá!- el hombre, musculoso y de barba, la tomó de los brazos y la arrastró hacia la habitación. Cometiendo el acto que era tradición desde que la pequeña tenía diez años.
Miraba el techo,miles de voces atormentaban su cabeza,tal vez,por los golpes que había recibido desde niña, o las violaciones. Se levantó como pudo y salió del lugar para luego,recostarse en el césped.
-Es una noche preciosa- susurró.
¿Piensas quedarte allí? ¡Esa puta esta allí dentro!¡mátala!
-Pero es mi madre-. Contestó, pronto sintió como su cuerpo se llenaba de adrenalina y la impulsaba a correr hacia una pequeña casa donde guardaban herramientas, tomó un hacha,un arma típica, si le debían de preguntar a ella. Entró por la ventana,la zorra de su madre había puesto seguro a todas las entradas, y allí los encontró, cubiertos por una blanca sabana que pronto se tiñó de rojo. Uno,dos,tres, cuatro,cinco,seis, siete golpes fueron dirigidos a la cabeza de cada uno. Reía alegre por su gran hazaña, se sentía libre y podría acostumbrarse a eso. El siguiente paso fue envolver a los cuerpos y enterrarlos en el jardín trasero, para su suerte, vivían a veinte minutos de la civilización por lo que vecinos no tenían, luego, quemó sus prendas y lavó muy bien el hacha, acabando con todas las pruebas posibles.
Si,esa noche era perfecta.