The dagger {l.s} O.S

La daga

– Llegaste sin avisar, como lluvia en verano. Cambiaste mis maneras de pensar. Influiste en mis decisiones. Te convertiste en mi droga, mi adicción, mi oxígeno. Me hiciste feliz con sólo decir unas pocas palabras. Pegaste y soldaste cada uno de mis pedazos rotos, sólo para tirarme de un rascacielos y romperme en pedazos aún más pequeños, que esta vez no se podrían pegar – su mirada cada vez se oscurecía más –Oh cariño, juraste que no podías vivir sin mi porque si no morirías, pero entones...¿por qué sigues vivo si tú fuiste el que me llevó al borde de la muerte?. Supongo que todo fue en vano, porque siempre supe que era sólo un experimento y no te imaginas como desearía que no me hubieses encerrado en esas cuatro paredes que cada vez me asfixiaban con nuestros recuerdos. Que en serio me amaste aún así haya cometido todos esos crímenes. Pero al final , me devolviste la vida sólo para arrancármela más duro– examinaba como las lágrimas se acumulaban en los ojos del cuerpo frente a él – Al final de todo, lo único que siempre quise, fuiste tú, por ser la única persona a la que llegue a amar aún sabiendo que el sentimiento no era mutuo. Y supongo que te divertirse viendo lo ingenuo que era, pero... ¿cómo no serlo si fue la primera vez en mi vida que sentí que alguien me amaba por lo que era? Desearía haberme dado cuenta antes en vez de terminar hecho mierda como lo estoy ahora porque llegue a pensar que tendríamos un futuro juntos, pero como todas las personas que se han acercado a mí, te fuiste y con ello te llevaste mi oxígeno– rio con sorna mientras veía temblar al cuerpo frente a él – Pero tranquilo cariño, que ahora podremos estar juntos porque tú te vienes conmigo, ¿o quieres que te deje ser feliz aún así cuando tú me quitaste la felicidad? Lo haría porque si tú eres feliz, yo también lo soy pero lastimosamente, tú sólo puedes estar conmigo y vivir a mí lado, solo existo yo para ti; además, no quiero que otra persona sufra como yo al ser un imbécil enamorado, porque seguramente antes de mi hubieron varios, ¿No es así, cariño? – con el cuchillo que tenía en su mano cortó la soga que estaba en la boca de la otra persona, ahora permitiéndole hablar.

– N-No, t–tú siempre serás el único y yo  siempre te amaré... – pero antes de que pudiese seguir hablando, fue interrumpido por la cachetada que le propinó, haciendo que su cabeza automáticamente se voltease a la izquierda

– ¡Cállate! Los dos sabemos que estas mintiendo y tú me prometiste nunca hacerlo, pero parece que todo lo que pudo ser bonito entre nosotros siempre será sólo una mentira y promesas llevadas por la hipocresía, ¿cierto?– la sonrisa en su rostro cada vez se volvía más sombría– Yo te di todo lo que quisiste pero sólo lo tomaste y te largaste. Ahora déjame preguntarte algo, ¿te divertiste jugando y patinando sobre el hielo que tenía como corazón?– por muy fuerte que intento ser , el nudo que tenia en la garganta hizo que su voz se rompiera en las últimas palabras.

– N–Nunca jugué con tus sentimientos, yo en serio te amo y sé que necesitas ayuda, déjame ayudarte...por favor...

–¡Yo no necesito ayuda! y aún si la necesitase, no aceptaría la tuya porque me destruiste aún sabiendo que para mi significaste la brújula que guiaría al barco para no perderse – sus manos acariciaban suavemente el filo del cuchillo– La soga que sostiene al ancla para no hundirse – pasaba el cuchillo por el brazo pero no con la suficiente presión como para cortar – Mi oxigeno– el cuchillo iba rajando poco a poco cada una de las lineas de los tatuajes en su brazo – Mi vida, que al largarte me arrancaste... así que, si tu me la quitaste, ¿por qué yo no te la quito a ti y así estamos a mano? – disfrutaba ver como las gotas de sangre iban resbalándose poco a poco hasta llegar al piso manchando todo a su paso.

– N–No me hagas esto... A-ah... P–podemos seguir juntos, pero por favor para...– poco a poco sus lagrimas fueron fundiéndose junto con las gotas de sangre. Ya no tenia fuerza en sus brazos y las sogas que ataban sus muñecas a la silla fueron tiñéndose de rojo.

– Quiero que sientas el dolor que yo sentí al ver que para ti, yo era otro paciente más y ten en cuenta que no es nada comparado con lo que yo sentí. Lo peor es que soy masoquista, porque sabiendo todo lo que me has hecho, sigo amándote aún así el sentimiento no sea correspondido, y por mucho que me duela, tengo que decirte adiós... aunque no te preocupes que te volveré a encontrar y seremos felices juntos, sólo nosotros dos.

–Hazz, no lo hagas...por favor... yo también te amo, cariño –sus brazos estaban teñidos de su sangre, su cara cada vez estaba más pálida.

–¡Mientes!– y antes de que pudiese decirle algo, le clavó el cuchillo justo en el corazón, atravesando y desgarrando todo a su paso – Siempre me mentiste, me hiciste perderme en ti y tus mentiras... confundiéndome al intentar adivinar que era verdad y que era una ilusión creada por mi mente... pero al final, parece que todo fue verdad, cruel verdad – las lagrimas se acumulaban en sus ojos haciéndolo perder visión, cayendo de rodillas frente al cuerpo sin vida – Fuiste la daga que abrió un gran hoyo en mi corazón... – justo antes de que sonasen las alarmas y llegasen los enfermeros, se clavo el cuchillo cubierto con la sangre del que creyó ser su salvación , justo en el corazón.

Tristemente, la alarma sono después de que los dos hayan quedado sin vida. Los enfermeros no pudieron salvar la vida de ninguno, aunque de todos modos, ninguno hubiese sobrevivido mucho tiempo. Uno de ellos hubiese sido condenado a cadena perpetua por matar a 20 personas, pero de eso se trata ser psicópata, ¿no? . Y el otro seguramente se hubiese suicidado al no poder soportar el dolor emocional de ver morir frente a sus ojos al amor de su vida, aunque siempre supo que eso ocurriría, sabía que no podía meterse con uno de sus pacientes pero aún así  lo hizo, corriendo los riesgos y ahí estaba su consecuencia

Al final,  los dos fueron la perdición del otro. Fueron una daga y una rosa, dos objetos que pueden  cortar, siempre y cuando no se controlen de la manera apropiada. Son sumamente bellos pero peligrosos, muy peligrosos...

  Fin