Los pinchazos en sus piernas le avisaban de que se tenía que detener ya, pero su mente le gritaba que corriera sin parar hasta que estuviera en un lugar a salvo. Apretó la bolsa de deportes contra su pecho y usó las pocas energías que le quedaban para correr más rápido en cuanto dobló la esquina de la calle. Ante sus ojos apareció la entrada de una aparentemente vieja librería, no dudó ni un instante en meterse en ella y esconderse detrás de la puerta.
Se agachó cubriendo la bolsa con su cuerpo y se quedó todo lo quieto que pudo mientras escuchaba a sus persecutores pasar de largo al otro lado de la puerta. Tomó una gran bocanada de aire ahora un poco más tranquilo. Dejó que pasaran unos largos minutos hasta que su respiración agitada se calmase y su sudor se secase.
Desde su posición echó un rápido vistazo a la estancia donde se encontraba, le pareció bastante raro que todavía nadie hubiera acudido a su entrada a la tienda. Efectivamente se trataba de una librería, anchas y altas estanterías se alzaban hasta el techo de madera oscura. Echó un vistazo a ambos lados, pudiendo comprobar que el número de estanterías se extendía más allá de lo que su vista podía alcanzar, tanto por lo ancho como por lo largo, no alcanzando a ver tampoco la profundidad exacta de la habitación, en pocas palabras, esa librería era infinita. ¿Cuándo habían construido una tienda tan grande en un barrio tan pequeño sin que él se diera cuenta?
Ignoró ese hecho y se levantó del suelo, donde todavía estaba agazapado. Se quitó la gorra y la mascarilla negra que vestía y las metió en la bolsa de deporte, junto a los numerosos fajos de billetes que acababa de robar.
Caminó entre las estanterías sin poner atención en los libros que se encontraban en sus estantes, simplemente estaba haciendo algo de tiempo para así poder salir de allí sin que la policía le viera de nuevo. Tenía que conseguir salir de allí y llegar a casa a salvo. Pero había algo en aquél lugar que le inquietaba, no se había cruzado con nadie en todo el tiempo que había estado, y según sus cálculos, como mínimo había pasado una media hora desde que entró. A parte, tampoco se escuchaba un solo ruido, solamente la suela de sus deportivas chirriar contra la madera recién encerada del suelo.
Siguió caminando entre las imponentes estanterías, ahora buscando la salida. Ese sitio era demasiado inquietante y quería salir de él cuanto antes mejor, pero por más que rehiciera el camino no la encontraba. Después de un rato llegó a la conclusión de que se había perdido entre tanto libro y tanta madera, todo a su alrededor le parecía igual.
-¿Hola? ¿Hay alguien aquí?
El silencio le respondió con más silencio. Empezó a sudar frío, agobiado por sentirse encerrado dentro de esa misteriosa librería, pero no se iba a quedar quieto. Siguió caminando por un buen rato, hasta que a lo lejos, a mitad de uno de los pasillos, pudo divisar una estructura que no había visto antes por ahí y que destacaba bastante entre las estanterías. Se trataba de un atril de robusta madera, sobre él había un libro azul claro de tapa dura. En dorado tenía grabadas una serie de letras y números, se acercó más hasta poder leer en él:
Kim Jong In
1994-2017
-¿Qué es esto? ¿Por qué está mi nombre escrito en este libro? -Murmuró para sí.
Dejó la bolsa a un lado en el suelo y abrió ese extraño libro por la primera página y empezó a leer bastante intrigado.
"Kim Jongin, nacido el 14 de Enero de 1994, en Suncheon..."
Comenzó a pasar páginas con un nudo notable en su garganta, leyó por encima lo que había escrito, no pudiéndose creer que prácticamente toda su vida estaba ahí relatada tal cual la recordaba. ¿Cómo era eso posible? ¿Qué clase de lugar era ese?
ESTÁS LEYENDO
El devorador de libros | Kaisoo | Concurso 1000 estrellas
Fanfiction-¿Qué eres? -Un ángel de la muerte. Soy el guardián de estos libros, de estas vidas. -¿Entonces tú no los escribes? -No, quien los escribe es el destino. Yo solo hago pequeños cambios, para redimir los pecados de las personas. 📖 Pareja: KaiSoo (Jon...