Amor Robótico || MLB || Yo Soy Franky || I Am Frankie

Cap. 19: "¿Dónde estás Marinette?"

POV Adrien
Marinette no llegó hoy a clases, no me habló, no contestó mis mensajes, tampoco mis llamadas.
¿En serio le hice tanto daño?
A la salida de la escuela, decidí  ir a visitarla a su casa. No puedo evitarlo, necesito saber de ella.

Me fui caminando hasta la panadería de los Dupain-Cheng, entré y estaba el papá de Marinette atendiendo un señor. Me acerqué y empecé a conversar con el.
—Buen día Sr. Dupain
—Buen día, ¿qué necesitas?—Me dijo amablemente.
—Ah-eh es que yoo, em... Soy Adrien, compañero de clase de Marinette y quería saber si puedo verla, es que como ella no llegó a clases le quería dar la tarea de hoy y... Em... hablar con ella.—Dije algo nervioso. Al decir eso, vi como el señor Dupain se ponía nervioso y algo como sorprendido.
—Oh Adrien, mira, Marinette está... Enferma...si eso...muy enferma y no debe recibir muchas visitas últimamente hasta que mejore.—Cuando me dijo eso sentí como que el señor Dupain mentía ya que tartamudeaba, pero...¿y si es cierto?
—Em.. Entonces vendré luego. Gracias.
—No es nada Adrien.—Me fui.

Cuando salí me dirigía de nuevo a la escuela para esperar a que me recogieran, pero luego vi que la mamá de Marinette estaba yendo a su auto. ¡Era mi oportunidad para saber más de Marinette!
Me fui donde ella corriendo.
—Buen día Sra. Cheng.
—Oh...buen día, Adrien ¿cierto?
—Si
—Marinette me ha hablado mucho de ti.
—Oh...bueno...hablando de Marinette, ¿me puede decir dónde está? Es que necesito hablar con ella y no responde mis llamadas ni mis textos.
—Am...es que ella está muy enferma y está en el laboratorio.
—¿En el laboratorio?¿dónde usted trabaja?
—Si, es que... la tengo que llevar a hacerse unos exámenes pero tuve que regresar y la dejé a ella en...mi oficina.—Me dijo.
—Oh, no sabía, su esposo me dijo que estaba enferma y...
—Em...si..pero cualquier cosa que pase te cuento, ¿ok?
—Si, claro.—Entonces ella entró en su auto y se fue. Luego, me fui yo también.

Llegué de nuevo a la escuela y me encontré a todos mis amigos: Alya, Nino, Sabrina, Kim y Chloé.
—¿Dónde estabas viejo?—Me preguntó Nino.
—Fui a ver a Marinette.
—¿y dónde está?—Me dijo Alya.
—En el laboratorio donde trabaja su mamá, me dijo que la llevaría a Marinette a hacerle unos exámenes médicos.—Dije, luego me puse cabizbajo.—Solo me hubiera gustado verla, necesito hablar con ella.
—¿Y para qué quieres ver a la nueva, Adribuu? Si me tienes a mí para hablar todo lo que quieras.—Dijo Chloé engreída acercándose a mi.
—¡¡¡AY CHLOÉ, POR FAVOR!!!—Dijimos todos a unísono.
—Ay, bueno, pero no me traten como a Sabrina—Dijo Chloé.

En ese preciso momento llegó el papá de Alya en su auto de paila a recogerla.
—¡Vámonos hija!—Dijo el señor.
—¡Ya voy papá!—Le respondió Alya. —Hoy va a ser un gran día.
—¿Por qué?—Le pregunté
—Vamos a salir a comer después al Cyber 9 (nine) que queda cerca de RP Enterprises. Si quieren pueden venir.—Dijo
—Claro, como no, gracias.—Todos respondíamos, lo curioso es que Chloé aceptó.
—Iba a invitar a Marinette pero esta enferma, entonces...—Dijo Alya. En eso me dio una gran idea.
—¿Sabes qué Alya?
—...
—La puedes invitar, solo podemos pasar por la empresa, Marinette está ahí con su madre, si está mejor puede venir.
—¡Eres un genio Adrien!—Dijo Sabrina. —Y así después de comer me llevó a Marinette a un día de spa para conocernos mejor, Ahhhhh y tal vez de compras y..y..—Se entusiasmó Sabrina.
—¡¡¡AY SABRINA, POR FAVOR!!!
—Entonces...¿nos vamos?
—¡Vámonos!—Dijimos al unísono. Para luego, montarnos todos al auto del papá de Alya e irnos. Le envié un texto a mi padre de que estaría en casa de un compañero para hacer la tarea. Solo así me podría escapar.

A medio camino, iba sentado en la paila viendo el ambiente, pensando: ¿Marinette estará bien? ¿Estará pensando en mí como yo lo hago en ella? ¿Querrá hablar conmigo? ¿Tendrá resentimientos conmigo aun cuando le explique todo? No sé lo que pasará, lo que me dirá pero, siento que...quiero más a Marinette de lo que pensé.
—No importa donde estés Marinette, pero te encontraré.—Dije en voz alta sin querer, por suerte nadie me escuchó, creo.