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Querido Simon.
He escrito esta carta mil veces, pero nunca encuentro la palabras. Tenemos una hija su nombre es Valentina.
Ella es cómo tu en muchas cosas: Osada, terca.
Tengo miedo de qué te enojes conmigo y no quieras tener nada que ver con ella.
Recionalicé que era lo correcto mantenerla lejos de ti.
Tú estabas empezando tu carrera como músico.
Una niña hubiera sido una gran distracción.

~Ámbar~

Simon

Esas fueron las palabras que tanto me hicieron tener una sensación que nadie puede describir.
Simplemente no imaginaba lo real que podía ser esto. Trataba de recordar como había sucedido.
Comenze a temblar y mis manos sudaban.
Mientras que la pequeña que se encontraba en frente de mi que llego hace un rato con la carta en mano, comenzó a jugar con sus pequeñas uñitas.

-Hola ¿Valentina?- Ella asintio con su cabeza.

-¿Tu eres papá?- Me dijo algo nerviosa con la mirada abajo.

-Al parecer, si- Le dije poniendome a su altura con una rodilla arriba.

-Mamá dijo que eres muy guapo- dijo ya viéndome a los ojos.

¡Wow! Tiene él mismo color de ojos que Ámbar. Ojos que me mataban con la mirada cuando era un simple adolescente.

-Siempre quise conocerte- me abrazo y le correspondi.

-¿Sabés donde se encuentra Ámbar?- Comenze preguntándole.

-Mamá esta trabajando- dijo aún abrazada de mi abdomen.

-Vamos a buscarla- Tome de la mano a Valentina y decidi ir donde se encontraba la gran empresa de Ámbar. Llegamos a un gran edificio de unos diez u once pisos de altura, me dispuse a entrar y cuando entre una gran ráfaga de recuerdos y emociones cubrían mi cuerpo al verla. Comenze a caminar a su dirección aun de la mano de Valentina y saludé a Ámbar.

-Ho-hola- titubie.

-Simon, sé por lo que estás aqui, te puedo explicar todo- me dijo con unos nervios inmensos que lo pude notar.

-Vamos- me dijo haciendo que la siguiera hasta su oficina.

Cuando llegamos a la oficina me ofreció sentarme en un sillón que se veia bastante cómodo me dispuse a sentar, Valentina se separó de mi mano y fue con Ámbar.

-Pequeña, papá y yo tenemos asuntos pendientes ¿quieres jugar ahí?- dijo señalando una esquina de su oficina llena de juguetes y muchos colores, Valentina sólo asintio y se fue dejándonos completamente solos.

-Simon, hay muchas cosas de que hablar- dijo sentándose en un sillón de alado.

-¿Cómo pasó?- dije con un poco de enojo y frustración, ella solo se quedó viendo al suelo- ¿Cómo carajos pasó? Contestame Ámbar, porfavor- dije con un poco subido de tono.

-La fiesta en la playa con los chicos del roller, t-tu bebiste mucho esa noche y paso- dijo con sus ojos cristalizados.

-No recordaba muy bien esa fiesta- dije algo secó y cortante.

-Pues aquí tienes las consecuencias- dijo con una lagrima en su mejilla.

-¿Cuántos años tiene?- le pregunte.

-Cinco, la he visto muy triste ya que sus amigas le hacen burla por no tener Papá y siempre pregunta sobre ti- dijo secándose las lagrimas.

-Ámbar- dije acercándome a ella y poniendo una de mis manos en su mejilla y secando sus lágrimas con mi pulgar- Quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea, ahora me haré cargo de la niña- cuándo dije eso ellla me dedico una sonrisa y se la devolví me encantaba cuando me sonreía, su sonrisa me hacía recordar los momentos felices de mi vida cuando éramos novios.

-Gracias Simon- ella se puso de pie y nos abrazamos, una descarga eléctrica cubrió mi piel y la pegué mas a mi.

-Señorita Ámbar, disculpe- Era su asistente y nos separamos. Me di cuenta que traía a Valentina de la mano y con actitud algo enojada.

-¿Si Alejandra?- dijo Ámbar.

-Alguna personita tomo mi maquillaje y comenzó a pintar a un hombre que se encontraba dormido en los asientos de abajo- Vi que Valentina comenzó a reir levemente para correr a los brazos de Ámbar, ella la tomo y la puso en su brazo.

-¿Por que hiciste eso?- dijo Ámbar un poco enojada.

-Estaba aburrida, tu y papá tardaban mucho- dijo haciendo que mi corazón latiera de ternura.

-Valentina Álvarez Smith, eso no está bien- vi como Ambar decía, me emocione mucho al escuchar mi apellido en el hermoso nombre de mi hija.

-¿Ahora iré a quedarme con papá?- dijo mirándome, yo asenti y ella bajo rápido de los brazos de Ámbar para ir a los míos, la cargue y ella me abrazo me sorprendi pero luego le segui el abrazo-Gracias por llegar a mi vida Papá- me dijo haciendo que me quedara atónito a las palabras mas hermosas que habían salido de la boca de Valentina. Ámbar y yo seguimos platicando sobre Valentina, que días iría con cada quien, a que escuela asistia...etc.

Tome a Valentina de la mano y me despedí de Ámbar y nos fuimos en dirección a mi departamento.
A los 10 minutos llegamos a mi casa, puse la llave en la cerradura y entramos, Valentina se quito su mochila de los hombros y se sentó en el sillon bostezando ya era tarde y mañana en la mañana tenia que ir al Blake.

-Valentina es hora que te muestre tu habitación para que puedas dormir- ella asintio y la guíe hasta una habitación vacía en mi departamento que tenia un cama.

-Pronto la podremos decorar como tu quieras, ya que vivirás aquí- ella me dio una sonrisa de oreja a oreja y sin mas se puso la pijama y cuando ya estaba vestida entre para despedirme de ella y darle las buenas noches.

-Hasta mañana Valentina- dije sentandome en su cama.

-Hasta mañana papi, Gracias- dijo muy feliz.

-¿Gracias? ¿Por que?- dije dudoso

-Por haberme aceptado y por que eres el mejor papá del mundo- dijo eso y me abrazó y le segui, le di un beso en la frente y poco a poco se fue quedando dormida, me fui saliendo silenciosamente y apague la luz.

Fui a sentarme al sofa de mi sala y no pude creer lo que paso ese dia.

Tenia una hija ella era Valetina.

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Hola, espero que les guste, si es así házmelo saber en los comentarios.

Buen dia todos.

Planeo actúalizar Lunes, Jueves y Sábados.



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