los días en los cuales empacamos todas nuestras cosas y organizamos la mudanza pasaron demasiado rápido.
de un día para otro ya estábamos delante del avión esperando embarcar.estaba quizás exageradamente emocionada por la nueva ciudad donde viviríamos. por más cliché que suene, tenía una gran oportunidad de poder empezar de vuelta. podría tener una vida social. conocer gente. podría hasta salir de la depresión, aunque era mucho pedir.
primero viajamos en avión durante 2 horas. después hicimos un viaje en auto de un poco más de dos días.
cuando llegamos al lugar y pasamos el cartel que decía "bienvenidos a riverdale" sentí una extraña pero cálida presión en el pecho.
a medida que el auto se adentraba en el pueblo, mi emoción se incrementaba.
el paisaje era tan bello que me hacia momentáneamente feliz.cuando me di cuenta el auto había parado y mamá estaba hablando.
—bueno... llegamos. ¿que te parece, tindra?—
miré para adelante y me sorprendí por el tamaño del lugar donde ahora viviría. era una casa de dos pisos, gigantesca. parecía una mansión. tenía un gran patio delantero y detrás de ella había bosque.
—creo que me enamoré— dije con una sonrisa sincera ubicada en mi rostro.
—hoy es viernes. el lunes empezaras las clases en la nueva escuela— habló ahora mi papá.
—agh, que bueno.— intenté suprimir mi emoción frunciendo el ceño, pero mis padres al parecer se dieron cuenta y se miraron entre si.
el camión de la mudanza había llegado dos días atrás y la gente que mi padre contrató para que cuando lleguemos ya estén acomodados los muebles ya había hecho su trabajo.
subí y me adentré a lo que sería mi habitación.
gigante.
un balcón que daba para el patio trasero y otro para el patio delantero.
era hermosa.
definitivamente estaba emocionada.
y aunque sonara falso o incluso actuado, estaba feliz.después de desempacar mi ropa decidí salir a caminar.
quería que aquella efímera felicidad durara para siempre, que me sacara de aquel pozo donde me encontraba.cada paso que daba hacía que mi corazón latiera con más rapidez. me sentía viva, alegre. parecía que me estaba adentrando en una película de aventura donde el rol de protagonista me pertenecía.
la estética del lugar se sentía fresca, elegante.
caminé hasta que mi cuerpo estaba tan cansado que rogaba descansar. aunque quería seguir caminando, le cumplí su antojo a mis piernas, que pedían a gritos parar.visualicé algo que parecía ser una cafetería y al instante sentí hambre. bien jugado, estomago.
creí no tener dinero pero, como si hubiese sido un milagro, cuando metí la mano en el bolsillo de mi jean me topé con 20 dólares.entré al lugar y por un momento, culpa de su estética, me sentí dentro de grease. oh, ojalá yo fuera sandy. y ojalá encontrara a mi danny aquí.
caminé lentamente hacia la barra, observando a la gente que se encontraba allí en ese momento.
una pareja de unos treinta y algo de años en una de las mesas más cercanas y un grupo de adolescentes de mi edad en la mesa del fondo que me llamó la atención.—¿que va a pedir, señorita?— la voz de un hombre de unos sesenta años me saco de mis pensamientos.
—supongo que... un batido de chocolate— respondí.
después de ordenar el batido me senté en una de las mesas del medio. no quería estar muy cerca de aquel grupo de amigos.
saqué el celular del bolsillo y me puse los auriculares.
mi semblante se relajó al mismo tiempo que comenzó a reproducirse una canción de lana del rey.
justo a la mitad de la canción el dispositivo se quedó sin batería. muy conveniente.me dejé los auriculares puestos e intenté concentrarme en la conversación de aquellos adolescentes.
—¿alguien conoce a esa chica?¿será nueva aquí?— dijo una chica de pelo rubio.
—deberíamos averiguarlo, ¿no lo crees? — le contestó otra chica, ésta tenía el pelo oscuro y vestía quizás demasiado elegante como para estar ahí.
noté que el grupo, que ahora sabia que consistía en cuatro personas, se estaba levantando de su mesa.
ay no, por favor, que no se acerquen.
que no me hablen.sentí que me comenzaban a sudar las manos y una taquicardia celebraba su comienzo.
se acercaron y se pararon justo al lado de mi mesa, como esperando la aprobación para sentarse.
—hey!— dijo la chica del cabello oscuro.
a pesar de haberla escuchado me saque los auriculares y le pregunté que había dicho.
—simplemente te salude. soy veronica. podemos.... ¿sentarnos? —me contestó con una sonrisa en su rostro.
no, no quería que se sienten conmigo.
bueno, quizás si quería. quería hacer amigos y esas cosas, pero la ansiedad me estaba matando.—oh, hola verónica. yo soy tindra. sí... pueden sentarse.—
—genial. ellos son betty— señaló a la rubia que se sentó al frente mio— archie— señaló al pelirrojo— y jughead—
betty, se ve tierna. es linda.
archie, espero que tu aura también sea roja.
jughead, creo que te robaste una parte de mi corazón.—un gusto en conocerte, tindra. ¿te mudaste a nuestro pequeño oscuro pueblo? — preguntó el morocho con un tono un poco sarcástico.
—sí. llegué hoy. — contesté feliz intentado que los nervios no me arruinen el momento.
—que bueno, me alegro de que haya alguien nuevo. siempre la misma gente me tiene cansada.— habló verónica y procedió a reír.
me trajeron el batido de chocolate y ellos pidieron otros.
conversamos por un rato mientras tomábamos los batidos y me di cuenta de que la estaba pasando bien.
estaba feliz.me contaron que unos meses atrás había desaparecido un chico (bastante popular) y que al tiempo apareció el cuerpo...con un disparo en la cabeza.
todavía no sabían quien lo había asesinado.
aquella historia me dio escalofríos pero a la vez me emocionó. adoro los misterios.además de la anécdota del chico muerto, me enteré de que iría al mismo colegio que ellos.
—bueno, creo que debería irme. se está haciendo de noche y ni siquiera les avisé a mis padres que saldría a caminar. — les dije y posteriormente me levante del banco.— fue un placer conocerlos a todos.
—el placer fue nuestro, en serio. — dijo la rubia con su voz cubierta de un tinte suave. tierno.
—si, betty tiene razón. el placer fue nuestro. espero que compartamos algunas clases— habló ahora el pelirrojo mientras jughead lo miraba con un gesto ¿pícaro?.
nos despedimos y procedí a irme a mi nueva casa.
cuando llegué mis padres me miraron con reproche y me preguntaron donde había estado.
—socializando.— me limité a decir y subí a mi habitación.
me imagino sus caras de asombro.
puse a cargar mi celular y le envié un mensaje a étienne.
—el lugar es hermoso. conocí a unos adolescentes de mi edad y charlamos un rato. la pasé bien. creo que estoy feliz.
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maze | riverdale
Fanfiction"no se si podré salir de aquí, pero intentaré. ¿me ayudaras?"