Todo comenzó hace 2 años, era una chica buena, responsable, dedicada y cerrada pero sobretodo, era una chica bastante ingenua y débil ante muchas de las cosas que solían pasarme.
Yo era feliz, a pesar de las burlas de los demás por ser lo que ustedes llaman "nerd", tenía un novio, uno al cual adoraba, su nombre era Justin, Justin Bieber. El era distinto a lo que yo, era capitán del equipo defutbol, conocía y se llevaba bien con muchas personas, casi toda la escuela podría decir, el no era una mala persona, todo lo contrario, en su lugar cualquier otro chico no se hubiera fijado en alguien como yo, pero él por alguna razón sí, Will, su mejor amigo nunca me dio buena espina pero yo me mantuve siempre callada sin opinar por la gran amistad que había entre él y Justin hasta que un día me di cuenta de que mi mala espina hacia él tenía sus razones de ser.
Si, así es, un día Will me tomo desprevenida y me beso a la fuerza, él era del equipo de lucha por lo tanto ¿Quién ganaba, la chica débil o el chico del equipo de lucha? Es obvia la respuesta, no me dio tiempo de forcejear para alejarlo y Justin nos vio. Fue un verdadero caos, el estaba mal, estaba totalmente destrozado, yo trate de decirle que no había sido mi culpa y él había tratado de escucharme pero los amigos de Will lo empeoraron todo diciendo cosas como "Y no fue tu culpa esa noche que pasamos el sábado?" Claro que Justin al escuchar eso termino detestándome, Will no era más que un imbécil envidioso que solo quería destrozar la vida de Justin y al parecer.. lo logró.
Luego de eso Justin estuvo varios días con chicas distintas, y cuando me refiero a "estuvo" significa besar, abrazar, toquetear o cualquier cosa que me destrozara a mí, hasta que un día se mudó pero dejo el odio esparcido en toda la escuela.
¿Saben por qué digo aquello? Porque el logro que todos y cada uno de sus compañeros, amigos y cercanos me pusieran un apodo nada agradable "perra" y no conforme también me hicieran la vida cuadritos, hasta que un día sentí como la sangre me hervía y me convertí en lo que soy hoy, una persona problemática, rebelde, que no deja que nadie controle su vida y que pone en su lugar a las personas que siempre le hicieron daño, ese cambio no ocurrió solo en mí, sino también en mis amigas Caitlin y Alice.
Hoy por hoy nadie me llama así y la mayoría trata de ser de mi agrado por su bien, pero eso no es nada fácil. Me convertí en una chica "popular" por así decirlo, y para ser sincera mi vida es mejor así. Justin había hecho que mi vida fuera miserable pero eso logre enfrentarlo y ahora no hay quien me detenga.
-Ya llegué Caitlin -grite mientras me sentaba en su sofá y encendía la tv-
-Espérame un segundo -escuche a lo lejos-
-Al fin llegas -dijo Alice sentándose a mi lado-
-Ya termine de arreglarme -dijo Cait bajando las escaleras-
-Bueno vamos -dije apagando la tv para luego ir en busca de mi auto y dirigirnos a una fiesta-
Al llegar le di un cálido abrazo a Christian y Ryan los dueños de la fiesta y mis mejores amigos. En estas fiestas normalmente siempre había más personas desconocidas para mí que conocidas debido a que Ryan y Christian siempre permitían invitados de sus amigos y la fiesta terminaba totalmente llena de personas nuevas.
Comencé a caminar entre las personas hasta que me tropecé con alguien, mis piernas se debilitaron y mi corazón se acelero de una manera totalmente descomunal. Sus ojos se toparon con los míos y la sonrisa en mi rostro se borro al igual que la de él.
Esto no estaría bien, Justin estaba aquí, en el mismo país y hasta en la misma casa justo frente a mí, después de 2 largos años sin verlo volvió, me estaba observando sin demostrar ningún tipo de sentimientos además de odio al igual que yo a él.