Sea lo que sea, por mucho que le haya dolido no dejaría que sus palabras me afectaran, no me iba a preocupar más por ella, suficiente, ella debería saber defenderse sola y si no, pues, la verdad no me interesa porque no pienso arriesgarme más.
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Me encontraba en mi habitación acostada boca abajo derramando algunas lágrimas que caían sin permiso de mis ojos recorriendo un largo camino desde mis mejillas hasta mi pecho. La ira me carcomía, ¿Cómo se atrevía a tratarme así? ¿Quién se creía?
Ese individuo que vive ahora conmigo era un completo desconocido, un ogro y un patán, el dulce chico que me enamoró hace 2 años desapareció muy a mi pesar.
El limite estaba rebasado, no toleraría una sola patada más de su parte, un solo insulto y menos un solo grito, yo no soy ni su cachorrita domada ni su servidora o súbdita y eso se lo dejaría claro.
Estaba perdida en medio de mi llanto y mi pensar cuando mi celular vibró haciéndome volver al planeta del cual con mi imaginación había abandonado hace unos segundos.
"Te quiero en mi casa ahora, no acepto un no, no acepto excusas, esto es grave -Caitlin" ¿Y ahora qué rayos pasó? -Pensé para luego ponerme de pie y caminar hasta el baño-
Me deshice de mis prendas de vestir y entre en la ducha, pero, esta vez, a diferencia de las anteriores, la tensión, la incomodidad, la ira y el dolor seguían intactos, el agua no solucionó en lo absoluto nada, no me relajó, seguía igual de tensa gracias al perro resentido de Justin.
Al salir tomé mis llaves y bajé las escaleras apresurada para evitar cualquier contacto visual con Justin, me monté en el auto y lo encendí para emprender mi camino hacia la casa de Cait, la cual quedaba a pocas cuadras.
Al llegar toqué el timbre y aguardé pacientemente a que alguien abriera. Pasaron tan solo segundos cuando Caitlin abrió la puerta y me haló del brazo hasta su habitación.
-Que te sucede? -Pregunté desconcertada sentándome en el extremo de su cama-
-Tienes que ver algo -Dijo para luego tomar su celular entre sus manos-
-Que cosa? -Le interrogué mientras frotaba ansiosa mis manos-
En seguida Cait colocó la pantalla de su celular a mi vista, en ella se encontraba una foto mía durmiendo, unos shorts y una franelilla, ambas de colores azules, abajo en letras grandes decía "La perra cansada luego de su sesión diaria de diversión con sus clientes"
Coloqué ambas manos sobre mi boca y las lágrimas comenzaron a caer, Cait solo se limitó a abrazarme y tratar de calmarme con un "encontraremos al responsable"
-En donde viste esa foto? -Pregunté mientras limpiaba mis lágrimas-
-La difundieron a casi todos en la escuela -Hizo una mueca-
-Justin.. -Susurré dolida para luego abrir mis ojos como platos-
-Qué? -Preguntó curiosa-
-Caitlin -Pronuncié con desesperación- Quien pudo haber sido el único que tomó esa foto?
-Por qué crees que fue él?
-Pues es obvio, él vive conmigo, él me ve cuando duermo -exclamé-
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-Debo admitirlo -pronunció Will al otro lado de la sala- estoy impresionado -sonrió divertido-
-No puedo creer que le hayas tomado esa foto Chaz, no sé como lo hiciste -Acaricié lentamente su cabello-
