ksj

580 66 25
                                    

El llanto se volvió más violento, había confesado sus sentimientos al único muchacho que le había gustado por tanto tiempo. Min Yoongi sólo le rechazó. Acarició su cabello y mencionó no estar interesado en empezar ningún tipo de relación amorosa por el momento, estaba concentrado en sus propios planes y metas. Era un simple chico de ingeniería en sistemas que en sus ratos libres se dedicaba a componer música, y Jimin le quería tanto.

«Apreció tu interés. No voy a negar que eres lindo, pero no podría; Jimin, vas a aburrirte de esperarme»

―Tranquilo, no llores más.

La suave voz de Seokjin le hizo girar y se encontró con el chico, dos años mayor, confortándole en un cálido abrazo mientras siseaba como si estuviese tratando con un pequeño niño que había raspado su rodilla al correr. Jimin intentó controlar su respiración y evitar el llanto, pero su corazón le dolía como si alguien lo estuviese estrujando sin piedad. Nunca antes había sentido tanto por alguien, nunca antes se había enamorado.

―Ni siquiera me dio una oportunidad ―balbuceó, escondiendo su rostro en el pecho de Seokjin.

―A veces las cosas no salen como uno quiere ―dijo, recargando su barbilla en la cabeza de Jimin ―. Pero, tenemos que aprender a aceptarlo; no puedes simplemente obligarlo.

El llanto desapareció y Jimin pronto notó el frío tono que había usado para consolarle. Kim Seokjin era su superior por cuatro semestres, un estudiante destacado por su formalidad y la manera tan impecable en la que trataba con los demás. Sin embargo, nada de eso engañaba a Jimin.

Apartó su cuerpo del chico y deshizo el abrazo, ganándose una mirada por parte de Seokjin, que se encontraba extrañado por el repentino cambio.

―Lo siento, hyung ―murmuró con la cabeza baja ―. Soy un idiota, ni siquiera debería estar desperdiciando su tiempo.

― ¡Oh! ¡Pero qué cosas dices! ―exclamó, sonriendo. Colocó una mano sobre el dorso de la mano izquierda de Jimin que descansaba en el sofá de dos plazas y murmuró ―. No dejaría que pasarás esto solo.

Jimin le miró por debajo de las pestañas, asqueado para sus adentros.

― ¿Te quedarías conmigo? Yo... ―sacudió su cabeza, sonriendo con pocas ganas, manteniendo un semblante triste ―. Olvídelo. Su familia debe estar preocupada.

―No hay nadie esperando, Jimin ―le informó ―. Viajes de negocios y eso, mis padres seguramente creen que aún no ha acabado el curso.

―En ese caso, ¿pasaría la noche conmigo?

Seokjin sonrió.

―Por supuesto ―apartó con gentileza su mano y se puso de pie ―. ¡Preparé té y algo que te levantará el ánimo como por arte de magia!

Sin esperar una respuesta de Jimin el mayor se adentró a la cocina de la casa ajena. Poco había pasado desde que las vacaciones habían comenzado y Jimin había vuelto a casa, después de su fallido intento de convencer a Yoongi de comenzar una relación antes de que tomará el metro camino a Daegu.

Seokjin mágicamente habló en el momento preciso y estuvo en la casa de los abuelos de Jimin en menos de lo que esperó.

Jimin sabía qué clase de persona era Seokjin, un jodido y maldito rencoroso. Le odiaba, le odiaba porque se había quedado con la completa y total atención de Jeongguk, el chico nuevo que conoció en una de las tantas fiestas de bienvenida que se dieron por el campus. Durante todo el año, Jimin hizo oídos sordos a todo los rumores que se murmuraban por los pasillos. Seokjin hablaba mierda a sus espaldas, era un hipócrita.

La única razón por la que se encontraba aquí ahora, era sólo por el simple placer de ver a Jimin en la misma situación que él cuando Jeon le rechazó frente a un público considerable, mientras Jimin esperaba a un par de metros para que le ayudará a cargar una maleta pesada.

―Hyung, por favor, ponga tres cucharadas de azúcar en mi té ―habló, yendo hacia la puerta a colocar el cerrojo y doble llave.

Sus abuelos había partido a un pequeño viaje de seis días a visitar a una tía, que recién había dado a luz a su primer hijo. Era la hermana menor de su madre, y Jimin nunca la conoció.

― ¿Algo más? ―dijo Seokjin desde la cocina.

―No, hyung.

Guardó las llaves en el bolsillo trasero de su jean y volvió a la sala en total silencio. Al menos no estaría solo en un día tan triste como lo era hoy.

n/a: actualizando rápido cause mañana me visitan, cjau.

170711;;

FILL MY SOUL WITH VOMITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora