Como seres sensibles, solemos cada día de nuestra vida, vivir nuevas experiencias, momentos que nos hagas agitar el cuerpo, acelerar el corazón, pacificar nuestra alma y alterar nuestros sentidos. Las diferencias entre nosotros, permiten que estas experiencias puedan ser sentidas y recordadas incluso –si la hay- en otra vida.
Despertar podría volverse una rutina, o no, depende de cómo queramos vivir el día, depende de los hechos que ocurran en el trascurso de este.
Todos los días, Evan suele tomar el bus para dirigirse a su preparatoria; entre la pereza y el olor a café, coloca sus auriculares en su cabeza y sube a el, observando la vista que su ciudad le brinda desde la colina más alta que esta tiene antes de descender y llegar a la parada de autobuses de su destino.
Ese día, él despertó más temprano, tenía un brillo fuera de lo común en su rostro y se sentía enormemente vigorizado, por lo cual, prefirió irse caminando hasta la preparatoria. Su ánimo no cambió, aunque el cielo tornaba a vestirse grisáceo. Al llegar a un semáforo, se encontró rodeado de mucha gente esperando con paraguas en sus manos a que la lluvia bajara a limpiar el mundo pero no los limpiara a ellos.
Una anciana que llevaba un gran carro de frutas sufrió un accidente con unas de sus llantas cuando el semáforo para peatones tornó a verde; al ver el apuro de la mujer, Evan se detuvo a ayudarla a recoger las frutas que se extendieron por el andén de la carretera. Una naranja rodó hasta el centro de la carretera. Evan corrió a ella. El semáforo cambió a rojo.
Un auto venía a toda velocidad como si su meta fuera arrollarlo. Su cuerpo quedó inmóvil, capaz de emitir algún sonido o mover un solo dedo; y luego, como si fuera una escena a cámara lenta, alguien abrazó su cuerpo y lo arrastró hasta el andén, fuera de cualquier peligro. Mientras estaba allí tirado entre esos brazos, sintió la tranquilidad que el casi atropello había convertido en angustia.
-Deberías ser más cuidadoso- escuchó la voz de la chica que le había salvado la vida- enfermarse, accidentarse o incluso morirse hoy en día es demasiado caro. No hay que ser tan idiota por una naranja.
Al alzar su mirada sintió como si su alma hubiera encontrado el secreto de la felicidad eterna, la imagen que veía era para él digna de un sinfín de reverencias, la silueta de una chica cuya piel color canela combinaba perfectamente con el vestido color amarillo y la chaqueta militar que usaba y cuyos cabellos como espirales enredados definían su fino rostro.
-yo... yo...-decía él en voz baja e incapaz de hacer fluir las palabras- gracias...
-¿Qué?- replicó ella.
-¡Muchas gracias!- dijo finalmente esbozando una sonrisa y hablando rápido por el nerviosismo- te estoy inmensamente agradecido. No podía mover mi cuerpo, siento mucha vergüenza porque tuvieras que arriesgar tu vida.
-¿Vergüenza? Hoy las personas que pensaron que morirías también vieron mi ropa interior... Yo soy la que siente más vergüenza ahora- respondió ella mientras reía y hacia acelerar el corazón de Evan- Vale, ya debo irme, ten un buen día y evita recoger naranjas en la mitad de la calle.
-¡Aguarda!...-gritó él mientras tomaba su brazo y en un movimiento la hizo girar para encontrarse con sus ojos confundidos e inmediatamente soltándola mientras inclinaba su rostro- No me has dicho tu nombre... te quiero comprar algo de comer como agradecimiento.
-No te preocupes, no es necesario.
-Claro que lo es... eres mi heroína.
La chica se acercó a él y mientras ruborizaba a Evan buscando entre sus bolsillos, sacó su celular y escribió su número de contacto.
-Allí está- dijo ella devolviéndole el celular al bolsillo- me gusta los postres.
La chica se giró sonriendo y alejándose agitó su mano para despedirse. Evan no había tenido una sensación más placentera que esa, observaba la espalda de ella mientras se alejaba y giraba la calle. Su corazón no paró de latir tan rápido hasta llegar al salón donde tenía clases, en el que tomó un asiento y se dejó caer como si todo el día hubiera trabajado bajo el sol.
-luces como si llegaras de un funeral- dijo Walter, un chico de aspecto regordete y uno de los mejores amigos de Evan- ¿la moda es llevar mugre encima del uniforme?
-Hoy casi muero- respondió él.
-¿Qué?
-Iba a ser arrollado por un auto a 5 cuadras de aquí.
-Evannn!!!! –Gritó el chico mientras se abalanzaba sobre su amigo y lloraba de manera exagerada- ¿Por qué? Eres tan joven y guapo... Tú idiota... ¡No! Yo soy el idiota... debí estar contigo... soy un mal amigo.
-Ya... Ya Walter- dijo Evan riendo y separándose de los pegadizos brazos de Walter-No es como si fuera muerto...
-¿y por qué no moriste?-intervino un chico alto y apuesto con una insignia de oro en forma de corona en su pecho.
-Gracias por tu preocupación Jin.
-No, enserio, ¿Cómo es que estás aquí y no en el hospital? Realmente estoy curioso.
-Una chica me salvó la vida.
-Uhhhhhh- dijeron sus amigos al unísono- cuéntanos más.
-¿Es bonita?
-¿Cuál es su nombre?
Dudando por varios segundos intentó colocar su celular en el escritorio, pero sintiéndose inseguro inmediatamente lo guardó.
-Me siento ansioso, incluso tengo su número.
-Vas volando viejo amigo- dijo Jin riéndose.
-La damisela salva al caballero, eso no pasa todos los días, muéstranos su contacto no seas estúpido- dijo Walter, y en un movimiento rápido lo atrapó para que Jin pudiera sacarle su celular y revelar el nombre de la salvadora.
-Hadassa...- susurró Jin- Creo haber escuchado ese nombre antes...
-Así que se llama Hadassa... el nombre de una reina ¿eh?- dijo Walter.
-Su nombre encaja perfectamente con ella-dijo Evan dejándose caer sobre el escritorio.
-Puaj... apestas a idiota enamorado.
-Él siempre ha apestado así, solo que esta vez el aura es diferente, mira su cara realmente parece un idiota.
-Tienes razón Jin, ¿crees que al fin dejará de ir a ese hospital?
-Esperemos que sí, no soporto verlo culpándose todo el tiempo.
-Yo tampoco... ¿Deberíamos enviar un mensaje a la chica?
-Deberíamos...
YOU ARE READING
PROCURA AMAR
Historia CortaCuando amamos y no nos aman, cuando no amamos y nos aman. Cuando el amor llega después y también puede llegar en el mismo momento. Aunque sea difícil y sufras en el camino, siempre, para la vida de tu alma... Procura amar.