II - De Vuelta al Juego

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25/07/2016 - 5:56pm

-Permiso...-asentí concediendole la petición a mi asistente para entrar a mi oficina -he terminado, los reportes de la semana ya están en sus respectivos archivadores -dijo con una actitud tímida como era de costumbre en ella, o quizá en la mayoría de los trabajadores cuando de mí se trataba.
-Perfecto, ya no te necesitaré por hoy, puedes irte a casa Gabriella.
-Hasta el lunes -se despidió tras abandonar el lugar.
Salí 20 minutos más tarde y ya el establecimiento estaba vacío a excepción del guardia de seguridad que trabajaba en la tanda nocturna. Tras dirigirme a mi auto emprendí mi viaje a casa.
En esto se había convertido mi vida, los recuerdos de aquella alma joven y libre que me prometí conservar el resto de mi vida invaden mi mente y es ahí cuando la realidad me golpea, pues me hace ver la monotonía que mis días arrastran. Nunca pensé que el éxito me traería estas consecuencias, el ser la dueña de una importante empresa me ha convertido en esclava de esto, apenas tengo tiempo para mis hijos y sobre todo, ha enfríado mi matrimonio con David, suelo echarle la culpa a la edad para no torturarme a mí misma, pero se que en el fondo es la excesiva dedicación a mi trabajo lo que nos ha traído a este hoyo.
Con casi una hora de tráfico reflexionando acerca de mi situación llegué a casa.
-Hola mamá, los padres de Ana ya están afuera así que ya me estoy yendo - mi cara tomó un aspecto desconcertado por la recibida de mi hija Darla, hasta que recordé que esa noche dormiría en casa de su amiga. A punto de responder, nuevamente habló interrumpiendome -Jhon, quien no debe pedir permiso para salir -dijo quejandose de la libertad de su hermano mayor -te dejó el recado de que iría a una fiesta esta noche en casa de un tal Dereck - me acerqué a ella y tras besar su pequeña frente me limité a responder.
-Está bien cariño, llamame antes de dormir, te quiero - y luego de brindarme una tierna sonrisa se dio la vuelta y subió al auto mientras yo saludaba de lejos a los padres de Ana.
Entré a casa y me eché en el sofá, segundos después volví a recordar que esta noche mis hijos no estarían en casa, así que solo pude pensar en que quizá sea mi oportunidad, mi esposo no llegaría hasta después de las 8 así que me daría tiempo de preparar una pequeña sorpresa, algo que devolviera a la vida mi matrimonio. Y que mejor manera de empezar esto, que con una sesión de buen sexo.

25/07/2016 - 8:56pm

Me ajustaba el sujetador del babydoll con las medias cuando la puerta de la habitación se abrió, bajé mi pierna izquierda de la cama y me di la vuelta con una mirada provocadora.
-¿Qué es esto? -preguntó con una involuntaria sonrisa que delataba su emoción por lo que se acababa de encontrar. Había hecho lo que el tiempo me permitió, ambienté la habitación con velas y música relajante, preparé el jacuzzi de nuestra habitación con espuma, coloqué una champagne junto con una pequeña bandeja de aperitivos en la mesita de noche y por último el plato fuerte, yo, decorada con mi largo pelo suelto, como él solía decir que le gustaba y con una lencería perfectamente hecha para la ocasión, roja con encajes negros.
-Algo de diversión para ambos -dije acercandome a él para luego rodear su cuello con mis brazos.
Él no dijo más nada y como si el momento se le fuera a ir de las manos, me besó desesperadamente. Yo seguía su beso y con mis manos acariciaba su pelo mientras las suyas me tomaban de la cintura. Con rápidez y fuerza me dio la vuelta acorralandome contra la puerta, sus brazos a mis lados impedían movimiento alguno y así, sintiendo su lengua explorar desde mi boca, mi cuello hasta mi pecho, no me movería aunque pudiera. Con ganas de pasar al siguiente nivel empecé a caminar empujandolo lentamente hacia la cama mientras desabrochaba su camisa, en ese momento nos mirabamos fijamente, tal como los jovenes enamorados que solíamos ser y ahí tenía él esa mirada que hacía tiempo no veía en su rostro. Llegamos a la cama y luego de recostarse procedí a desabrochar su pantalón para quitarlo al igual que sus calzones y zapatos dejando al descubierto su gran miembro erecto frente a mi -esto es injusto, tu no estás desnuda -dijo y con una pícara sonrísa comencé a quitarme el brasier mientras mis caderas se movían al ritmo de la música, di una media vuelta quedando de espaldas frente a él y para quitarme las bragas ya empapadas, bajé lentamente dejando toda mi parte íntima a su vista.
Iba a levantar mi espalda cuando su mano derecha me detuvo y de repente sentí como su pene entró en mi vagina con fuerza, lancé un grito que terminó convirtiendose en muchos gemidos cargados de placer. Su mano derecha seguía manteniendo mi espalda hacía abajo hasta que después de unos minutos con la izquierda me dio una nalgada separandose de mí. Entendí el mandato, cambio de posición, y tras incorporarme volví a tirarlo en la cama, tomé su pene en mis manos y lo lamí desde abajo hasta arriba, lo saboreé lentamente hasta de a poco ir introduciendolo en mi boca por completo, así me mantuve un tiempo y luego bajé a sus testículos que al mismo tiempo de chuparlos, con mi mano masturbaba su pene. Separé mi boca y ya terminando la pequeña interrupción me subí encima de él y comencé a moverme lo más ágil que podía mientras él entre jadeos metía mis pechos en su boca. Yo gemía sin pudor, estaba disfrutando al igual que él, aquello de lo que me había olvidado hacía un buen tiempo.
Con la respiración acelerada y el sudor corriendo por nuestros cuerpos a pesar del aire acondicionado, mi excitación estaba llegando a su punto máximo. -Quiero que me des más duro -dije detuviendome para que él, sin perder tiempo me tomara de las nalgas y empezara a penetrarme en la posición que nos encontrabamos, aumentando la velocidad al igual que mis gemidos y sus jadeos comencé a gritar desesperadamente -¡correte conmigo bebé! ¡voy a venirme! -y tras pocos segundos sentí como ese cosquilleo satisfactorio recorría mi cuerpo llevandome al tope. Y justo ahí, complaciendo mi petición su semen se esparció por todo el interior de mi vagina, viniendose dentro de mi. Esto me hizo comprender la conexión que nuestros cuerpos todavía llevaban.
Sacando su pene de adentro de mí, sin quitarme de encima de él, me tomó de las piernas y cargada me llevó al jacuzzi quedando mi cabeza recostada en su pecho.
-Extrañaba esto -dijo cuando nuestras respiraciones se habían normalizado.
-A partir de hoy, nuevamente soy toda tuya- respondí levantando mi cabeza para mirar aquellos bellos ojos iluminados por la tenue luz de las velas. Nos besamos lento y apasionadamente tras aquella reconciliación que probablemente, seguiríamos disfrutando el resto de la noche.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2017 ⏰

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