Drogas, alcohol y sexo. A eso apesta el sitio en el que me encuentro, pero para que mentir, adoro todos esos olores. Mi mente esta colapsada y lo único que quiero es otra ronda de chupitos y por qué no, un porro estaría muy bien. La música rompe y la gente empieza a saltar, y yo junto con todas ellas. El ambiente cada vez es más denso y la humareda que hay en el lugar es increíble, de repente siento a alguien tirarme de la muñeca, me giro y me encuentro con Louis, mi mejor amigo.
-Te he estado buscando durante una hora, ¿se puede saber dónde demonios estabas metida?- me pregunta mi amigo con los ojos rojos y el aliento apestando a alcohol.
-Aquí, ¿o es que de tanto fumar te has quedado ciego Tomlinson?
-Ja-ja mira como me rio Melissa. Para tu información no he estado fumando, es este maldito sitio.
-¿Qué le pasa?
-¡Esta lleno de humo y de gente bebiendo y follando por todas partes! Tu si que estas ciega Andrews
-Como si a ti todo esto no te gustase, mira Louis si hubiese querido que alguien me estuviese dando la brasa habría traído a mi padre, pero como me apetece emborracharme y fumar hasta perder el sentido me lo he dejado en casa. Así que mejor vete y déjame en paz de una vez.- le digo chillando ya cansada de todas las gilipolleces que suelta por la boca. Puto Tomlinson, pienso.
-Mira Melissa, esto me gusta igual que a ti y a todos los que nos encontramos en este antro de mala muerte, pero creo que deberías controlarte un poco, ¿o le dirás a tu padre que no has ido a clases porque estabas drogándote junto con trescientos adolescentes más?
-Ya sabré yo lo que decirle a mi padre, por ahora ¡carpe diem Louis!
-De acuerdo, es tu vida. Yo me voy, ya me contaras como llegaste a casa-me dice este.
-¡¿Qué?! No, no, no, no. Ni pienses en irte sin mi. Hemos venido juntos, pues nos vamos juntos. Esto siempre ha funcionado así Lou.-le respondo a mi amigo mientras le pongo cara de pena. No me puede dejar sola, y menos a estas horas de la noche en este barrio.
-Ahora si soy Lou, ¿cierto? Mira Mel, te he rogado que nos vayamos, no me haces caso, pues me largo de este antro, y como tu misma has dicho no soy tu padre para estar cuidando de ti.
-De acuerdo, vete sin mi. Pero si mi padre me encuentra muerta en un barranco caerá en tu conciencia.
-Me arriesgare. Adiós.- me responde Louis antes de dejarme sola con tropecientas personas saltando a mi alrededor. Ahora si estoy jodida, no tengo con quien volver a casa y tampoco tengo dinero, el móvil se me apago hace una hora y no conozco este sitio para volver aunque sea al centro andando. De repente me encuentro a mi misma llorando en lo que parece ser el baño, no tengo a nadie. Yo y mi puto orgullo lo jodemos siempre todo.
-Oye. Eh, ¿estas bien?-me pregunta alguien, quien parece ser una chica, o eso creo.
-¿Tu me ves con pintas de estar bien? Estoy tirada en el suelo de un sitio que ni conozco llorando a lágrima viva.
-Eh, que intentaba ser amable, pero por lo visto eso a ti no te va. Sera mejor que me largue, no quiero molestarte mas.
-¡Vale, vale! Lo siento, me he comportado como una estúpida. ¿Cómo te llamas?
-Soy Gemma, pero me puedes llamar Gem, ¿y tú, cuál es tu nombre?
-Mel, encantada- le respondo a la chica, que ahora yace sentada a mi lado mirándome.
-Bueno…Mel, ¿qué te ha pasado? Porque digo yo que ha tenido que ser algo muy gordo para que estés en medio de un baño llorando.
-Resulta que he venido con un amigo, y en mitad de la noche lo perdí de vista, decidí no darle importancia, pero el mas tarde me encontró y se puso a darme el coñazo, yo me canse y lo mande a la mierda, él se enfadó y me ha dejado sola en esta mierda de sitio sin nada. Y aquí estoy, llorando como una cría de cinco años.
-Vaya… Lo siento muchísimo Mel, mira, yo me voy a ir en seguida. Si quieres te puedes venir conmigo y dormir esta noche en mi casa, y ya mañana llamar a tus padres para decirles que te vengan a recoger, ¿te parece bien?- me dice esta con una sonrisa cálida, parece una chica maja y no creo que tenga intenciones de robarme o matarme, así que decido acceder.
-¡Vale! En serio, muchas gracias. Prometo devolverte el favor.
-Tranquila, no hace falta que me devuelvas nada. Con tal de que me des las gracias me es suficiente.
-Créeme, no es suficiente, si hubieses sido otra me habrías robado o pegado en cuanto te respondí de esa manera.
-Estuve a punto de pegarte, pero me contuve.
-¿Me lo estas diciendo en serio?-respondo con algo de temor.
-¡Es broma!-grita Gemma riéndose.- Anda vamos, que yo creo que ya te han dado suficientes sustos por hoy.
-Vale…-le digo cogiendo su mano para levantarme.