Natalia

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  Después del beso salimos del recinto y nos dirigimos a su casa la que se encontraba un poco lejos de ahí, pero en el trayecto nos divertimos hablando.
Ya en la casa me dijo que esperara en la sala mientras ella iba a buscar unas cosas.
El lugar era grande y acogedor, bastante rústico con una chimenea de piedra que asía resaltar la madera oscura de las paredes, tenía unos sillones de terciopelo rojos en el centro de la habitación acompañados de una alfombra  bastante esponjosa, encima de ella estaba una mesa de centro echa de madera y vidrio, detrás de los sillones se abría paso a un ventanal enorme que dejaba ver la ciudad,  también tenía un estante con libros y álbumes de fotos los que me puse a ver, en ellos habían muchas fotos de Enrique y ella. Se veían tan felices al principio luego las fotos iban cambiando, cada vez era más notoria la distancia que había entre ellos.
Mientras veía el álbum entra Natalia  a la sala vistiendo una camiseta sin mangas y unos mini chorts que resaltaban sus largas piernas y desprendían un morbo en su figura, en las manos tenía dos copas y un vino.
Parecía asombrada al verme con el álbum pero luego el asombro se volvió una sonrisa acogedora, se acerco a mí y puso su cabeza en mi hombro.
- En esa foto estábamos de viaje asía Chiloé queríamos ver la gran isla. Me dice en un tono nostálgico.
- Y  ¿llegaron a la isla? Le pregunto.
- No, tuvimos una pelea y tome el primer bus asía Santiago para no estar con el.
- ¿Porque guardas la foto entonces?
- Porque a pesar de como termino la aventura, el transcurso fue excelente.
Luego de eso nos sentamos en el sillón, conversamos y bebimos hasta que atardesio.
Mientras los últimos rayos de sol iluminaban la sala la bese, ella me miro sorprendida, quizás no pensó que lo aria pero la luz del atardecer le sentaban tan bien que no pude aguantarme.
Luego me miro y un silencio inundo la sala, no eran necesarias las palabra para saber lo que queríamos. Solo nos dedicamos a besarnos, abrazarnos y desvestirnos poco a poco, cuando ya estábamos desnudos los dos no recostamos sobre el sillón y nos empezamos a acariciar lentamente pero cuidadosa mente. Realmente no puedo describir lo que siento pero se acercaba al éxtasis del placer.
Lo que pasa luego no es difícil de decir pero un caballero no tiene memoria.
Después Natalia me tomo de las manos y me llevo hasta la habitación donde la aventura siguió. Lo podría llamar nuestro pequeño paraíso del placer.
Durante el tiempo en el que estuvimos, em bueno eso! Lo disfrutamos al máximo, después nos dedicamos conversar de nuestras vida y entre eso ella me dijo.
- Al principio mi relación con Enrique era hermosa, de ensueño. Pero luego de un tiempo se fue marchitando  y todo por no saber comunicarnos, siempre eran cosas buenas las que hablamos el uno de otro, nunca fuimos capaces de decirnos “sabes que no me agrada esto de ti o podrías por favor no seguir con esto, me ases sentir mal” y al final se murió sin siquiera haber escuchado lo que tenía que decir.
Luego la mire por un largo rato a los ojos y escuche como su respiración se volvía mas violenta, me dedique a sentir el momento, se podía sentir el frio de la noche y el silencio de la habitación.
Para dejar todo eso atrás me acerque a ella hasta que estuvimos rozando nuestras narices.
La bese tan apasionadamente que creí haber sentido algo mas que excitación, creo que le había tomado más aprecio del que creía.

Un Solo Ser( En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora