Alicia y el Príncipe Azul

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Alicia y el Príncipe Azul paseaban por los bosques de invierno tomados de la mano. El Príncipe se había cansado de los finales felices y decidió que era momento de hacer algo más, por lo que su historia con Alicia llegaba a su fin. Alicia optó como último recurso por la mejor arma de la mujer: el chantaje. Lo amenazó con quitarse la vida si él la abandonaba, teniendo en mente la idea de que él la detendría quedándose a su lado, sin  embargo Alicia se equivocó y como respuesta sólo recibió un "haz lo que gustes", seguido por la espalda del Príncipe Azul alejándose.

Entonces Alicia dejó brotar sangre de sus antebrazos y marchó hasta el gran sauce donde solía soñar con el país de las maravillas, dejando a su paso un sendero de lágrimas carmesí. Al recostarse en los brazos de su viejo amigo se dejó llevar por un fuerte sopor y antes de cerrar los ojos para siempre, el conejo blanco apareció de nuevo con reloj en mano, felicitó  a Alicia, pues era la primera vez que llegaba temprano, aunque demasiado, para tomar el té.

¿Quién de los dos fue quien se equivocó? Podríamos decir que fue el Príncipe Azul, porqué no supo valorar a Alicia, no vio más allá de su ideal del amor y por ello la dejo a su suerte. Pero creó que quizás Alicia ha sido la más confundida, que creyendo encontrar en el Príncipe a su verdadero amor, no se dio  cuenta que la estaban transformando desde adentro hasta llegar al punto donde recurrió al chantaje para retenerlo. No puedo sentir otra cosa por ella que no sea compasión, pues sabía perfectamente quién era el Príncipe Azul, ¿o acaso pensó que él volvería y la tomaría en sus brazos mientras se alejaban hacía la puesta de sol? Eso no existe.

Aceptemos que vivimos en un mundo dónde hemos perdido todo aquello que nos hacía humanos de verdad, olvidemos esa utópica idea de encontrar el amor y la felicidad, que sepan que el alma gemela es sólo un cuento de las películas para niños y que nada de eso puede ser.  No, no lo hago porque sea un miserable condenado a vivir sin amor; es todo lo contrario, lo hago porque ya no quiero llorar de ver tantos amantes que han perecido de amor. Sólo quiero que el Amor guíe nuestras vidas, pero hemos llegado a tal punto en que éste está más pronto a agotarse que el petróleo.  Un día llegará el momento de los amorosos,  pero hasta que eso ocurra, deberán esconderse del mal y seguir amando, es lo único que pueden  hacer.




La otra Alicia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora