SEIYA

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Todo cobraba sentido.

El Ko-Jutsu había podido cumplir el deseo porque en aquel instante en que Fireball lo apretaba con fuerza repitiendo su deseo en aquel rincón del Big Ben, una de las cámaras que transmitían el concierto de los Three Lights había hecho un close up al rostro de Seiya. De algún modo, el fragmento que el llevaba en su corazón había palpitado con fuerza y creo la ilusión de haber estado unido por completo.

Viéndolo ahora, con la armadura y la capa roja ondeando al viento acompañado de su espada, parecía que jamás había sido una Sailor.

- Apártate de ella... - dijo con voz varonil mientras su mirada parecía atravesar a Galaxia.

- Darién... - pronuncio ella con lentitud – acabalo.

Darién desenvaino su espada y se dirigió corriendo hacia su oponente.

- ¡Seiya! – grito Star Maker.

Con un movimiento ágil, Seiya también libero su espada. La piedra azul brillo en su esplendor al momento que detuvo el ataque de Darién. Ambos guerreros se miraron. Y en ese instante él cayó en la cuenta.

Se miró rápidamente el atuendo, era similar al de Darién, su capa roja igual a la de él.

- No es posible... yo... soy el guardián... el guerrero del Caldero Madre... - murmuro. Y al distraerse, la espada de Darién roso su rostro. Su espada cayó al suelo y un dolor de cabeza sobrevino de inmediato. Los recuerdos de su vida pasada se agolparon uno tras otro. Se vio a su mismo escribiendo el diario, corriendo por el planeta Sorenson, vigilando la galaxia entera, luchando contra los enemigos, observando a través de los libros la vida de todos... y su mente se quedó en el primer beso de Endymion y la princesa de la luna.

- ¡No lo permitiré! – escucho que Sores grito. Delante de él, protegiéndolo mientras intentaba recuperarse de aquel golpe de recuerdos, Sores impedía que Darién lo atacara.

- ¡Neherenia!... ¡Diamante!... quítenlos de en medio... y a él... a él lo quiero vivo. – grito Galaxia.

- ¡No! – Todas las Sailor se pusieron en pie. Sus heridas eran graves, pero tenían que impedir los planes de ella.

- Bien. Como deseen. – con un ademan de su mano, el cuerpo de Serena fue aventado en dirección a un árbol. Seiya se tele transporto, logrando atraparla en sus brazos. No tenía plena conciencia de sus poderes, y necesitaba dominarlos ya.

Miro el rostro de Serena, su respiración aún era muy baja. Coloco una de sus manos sobre el pecho de ella, intento concentrarse. Pequeñas partículas plateadas comenzaron a ser absorbidas por la joven quien al termino lanzo un suspiro, abrió los ojos un momento...

- Seiya... - murmuro. Y volvió a demayarse.

- Tienes que recuperar el Ko-Jutsu – le grito Kirk que cuidaba del cuerpo de Fireball muy cerca de él.

- ¿podrás cuidarlas a ambas?

- Lo hare.

Seiya recupero su espada y se decidió a combatir con Galaxia, quien tenía el núcleo.

- ¿Crees que estas a mi nivel? – le pregunto burlona. – mira a tu alrededor. Aquí y ahora yo no soy la causante de esto...

- Dame el Ko-Jutsu. Podre revertirlo, pero necesito que me lo des ahora.

- La única forma de terminarlo todo, tu y yo lo sabemos. – y sonriendo con malicia mientras evitaba los ataques prosiguió – Tu debes morir. En tu corazón está el fragmento que falta para completar el núcleo. Tu deberías entregarte a mí.

- ¿Y dejar el destino del universo en ti?... ¡Nunca! – y Seiya lazo una onda de poder que envió a Galaxia la suelo.

- ¡Rei! – grito Lita – pero era tarde. Neherenia había atacado con tanta fuerza que la joven Sailor no había podido resistir. Todos lo entendieron al ver su cuerpo en el suelo sin moverse.

- ¡Rei! – grito Mina – y tan distraída estaba en ello que Diamante la tomo por la espalda y acabo con ella tan fácilmente que incluso puede parecer patético.

- ¡Resistan! – grito Haruka mientras ella y Michiru continuaban en pie. – Michiru, vamos a tener que...

- No queda otra opción. – Respondió. – tendremos que invocar a...

- No les servirá de nada. Ellas ya no podrán venir. Sailor Pluto ha muerto al pie de la puerta del tiempo, mientras que Sailor Saturn, ni siquiera lo vio venir. Siempre supimos que ese sueño suyo seria su perdición. Supusimos que recurrirían a ellas, así que nos adelantamos.

- Con o sin ellas, las vamos a vencer...

- ¡Haruka! – grito Michiru al ver a su compañera recibir el golpe de Neherenia justo en el corazón cuando intento atacarla de frente. - ¡Haruka! – y ella también fue atacada por Diamante.

- ¡Rey Darién! ¡Tiene que despertar! – grito Sores. La diferencia de poderes se hacía cada vez más evidente. Darién apenas y mostraba un cansancio, mientras que él, estaba al límite de sus fuerzas. – tiene que despertar... por la reyna ¡Serena!... ¡Hagalo por ella! – grito con fuerza e impotencia. Pero Darién lo desarmo y apunto su espada el cuello de Sores. – Si no despierta... ella va a morir... ¿me escucha? ¡Serena va a morir!

Y aquel grito detuvo la caída de la espada que Darién dirigía para eliminarlo. El filo quedo rosándole el rostro a Sores, y luego se dejó caer al suelo.

Star Healer y Star Maker ya no podían más. Cuando Neherenia envió un ataque directo a ellas, sabían que era el fin.

- Es la hora Star Healer...

- No hay más que hacer... - respondió Star Maker.

La luz de aquel ataque se aproximó y ellas cerraron los ojos. El destino estaba sellado.

Se escuchó una explosión y sintieron el aire fuerte levantando el polvo. Cuando abrieron los ojos, Seiya estaba frente a ellas. Había detenido el ataque.

- ¿Están bien? – les pregunto. Pero ellas se mostraron sorprendidas – Aun somos un equipo. ¿No? – y ambas Sailor sonrieron. El guardián había regresado.

Sailor Moon: Antes Del Ultimo PúlsarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora