Y así fue..

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Kyungsoo mordió su lengua para no gritar en ese momento, estaba tan enfurecido que no iba a dudar ni un minuto en deslizar su navaja preferida sobre el cuello de todo este festín de hormonas dislocadas. Jongin se había excedido, demasiado, no iba a perdonarlo, iba a dejarlo a su suerte, eso estaba más que claro.

Las personas seguían riéndose a su alrededor, señalándolo sin desasosiego, envió una mirada lleno de ponzoñoso veneno a su ex juguete sexual y se puso de pie ignorando todo a su alrededor, trató de limpiar sus prendas a sabiendas que de todas formas sería inútil porque era pintura a prueba de agua. Con sus pequeñas, pero poderosas manos apartó al tumulto para salir de ese insípido circulo, tomó su mochila lleno de polvo y siguió su paso fuera de la universidad.

Sabía que haber aceptado el juego del chiquillo iba a traerle grandes consecuencias, pero le fue difícil e imposible negarse. El chiquillo tenía su encanto, tenía su exquisito aroma que había dejado a Kyungsoo embriagado hasta el punto de querer partirlo en dos en la cama.

Soltó una fuerte carcajada de lo absurdo que le parecía todo, el bravucón de la universidad era su juguete sexual, se retorcía debajo de él cada noche, suplicaba por más hasta el punto de sollozar. Kyungsoo soportaba miles de humillaciones día tras día de parte de su juguete, incluso era como un pago por su servicio de uso, pero todo tiene su fecha de caducidad y la de Jongin había llegado.

No se largó de allí en su coche porque no quería dañar su tapiz, después de todo el no tenía la culpa. Fue hasta la parada de buses con su rostro neutral, pero sus ojos ardiendo en ganas de infligir dolor.

Llegó a la casa de un conocido, sin siquiera golpear la puerta la abrió y la volvió a cerrar bruscamente.

- ¡Chanyeol!

- ¿Kyungsoo? ¿Qué haces aquí?

El pequeño de ojos redondos gruñó y estampó a su amante contra la pared, el más alto jadeó por su repentino comportamiento.

- Sabes que odio que me pregunten cosas.

Chanyeol solo asintió y trató de besar a Kyungsoo, pero esté lo volvió a estampar contra la pared.

- No dije que podías besarme.

El más alto sonrió lobunamente y cambió las posiciones, Kyungsoo no iba a domarlo, por muy aterrador que fuera, no lo iba a permitir.

- ¿A qué viniste? - lo volvió a interrogar.

- Te dije que odio las preguntas. - masculló.

- Entonces puedes irte por donde viniste, no te daré sexo, así de simple.

Kyungsoo lo maldijo por unos segundos, pero accedió responder a su conocido.

- Quiero que Kim me vea contigo teniendo sexo.

Chanyeol entre abrió sus labios que de pronto se resecaron como el desierto de Sahara.

-¿No estás bromeando?

Kyungsoo gruñó de nuevo asintiendo con la cabeza.

- No estoy bromeando idiota.

- ¿Por qué?

- Ya me harté, ¿necesitas otro dato más?

Chanyeol ladeó una sonrisa asintiendo con su cabeza.

-0-

Kyungsoo soltó un gemido al sentir un par de labios acariciando la sensible piel de su cuello, su respiración estaba agitada al igual que su conocido. Sabían el punto de debilidad de cada uno, como volver loco al otro con simples acciones.

Los labios ajenos ascendieron hasta los de forma de corazón y se fundieron entre sí, creando ruidos obsesos a propósito, las gigantes manos de Chanyeol pararon en el bien formado trasero de Kyungsoo y lo arrastró con él hasta el escritorio de la habitación. Do Kyungsoo nunca fue paciente por lo que de un solo tirón rompió la camiseta de su conocido y comenzó a recorrer su torso hasta llegar a sus tetillas donde comenzó a acariciarlas lentamente pellizcándolas de vez en cuando.

- Ojalá tarde un buen rato en venir. - jadeó Chanyeol.

- Cállate y bésame.

- Te cobraré una por una.

Chanyeol volvió a devorar los labios con forma de corazón con ímpetu, amándolo en secreto.

Las prendas desaparecieron en unos pocos segundos más, las manos iban y venían por sí solas, acariciando cada parte con locura, Kyungsoo ya había perdido la capacidad de pensar, ni siquiera recordaba el porqué de la gloriosa presencia de Chanyeol en su habitación.

Kyungsoo se había hartado de vivir una vida en donde no podía decir lo que sentía, de aceptar las migajas vacías de un chiquillo egocéntrico, y por más que se refiera a él como juguete sexual, nunca fue tratado como tal, un gravísimo error por parte de Kyungsoo, porque eso solo causó que Jongin sobrepasará los limites.

Los oídos de Chanyeol pudieron captar perezosas pisadas acercándose hacía la habitación, por esa razón abrazó con más fuerza a Kyungsoo, estaba tan ansioso de hundirse en él que no dudo otro segundo más y lo hizo, sin preparación ni nada, en una sola estocada. Kyungsoo gritó extasiado fuera de sí, ajeno a su raciocinio, movió sus caderas en busca de mayor placer.

El corazón de Jongin se aceleró al oír el grito de Kyungsoo, aceleró su paso y de un sopetón abrió la puerta, la imagen que se encontró rompió su corazón del todo. Chanyeol abrió los ojos y le sonrió, debajo de él se encontraba Kyungsoo con la boca entre abierta jadeando en busca de oxígeno.

-¿Kyungsoo?

Jongin estaba muy arrepentido por sus actos, él vino para arreglar las cosas con Kyungsoo. Sabía que lo había estropeado todo cuando sus miradas se habían cruzado esta tarde.

Chanyeol rio burlonamente, el chiquillo tapó sus ojos, pero no se atrevió a salir de la habitación, por más doloroso que fuera oír los chillidos y gemidos de Kyungsoo.

-Él está muy ocupado ahora mismo, y te pide que te largues de su vida, ya no te necesita.

-Por favor Kyungsoo, tenemos que hablar, perdóname. - dijo ignorando las palabras de su nuevo enemigo.

El de labios en forma de corazón jadeaba y suplicaba en voz baja por más. La grandiosa idea de Chanyeol había funcionado, haber tragado esa pequeña pastilla fue la maldita solución para sacarse la adicción que tenía por Jongin.

- Vete. - masculló Chanyeol perdiendo la paciencia.

- ¡No!

- Ah, por favor.

- Ya oíste, fuera.

Jongin salió de allí con la cabeza llena de los deliciosos sonidos de Kyungsoo, y con el corazón roto.

Lo había perdido efímeramente.

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