Me siento en el regazo de Harry mientras Niall va a abrir la puerta. Cuando vuelve, un chico moreno, de piel tostada y ojos color miel aparece y se apoya en el marco de la puerta. El chico es realmente guapo.
-Zayn ha llegado, bitches -dice mientras pasa la mano por su cabello, a lo que todos reímos-. Oh, a tí no te conozco -fija la vista en mí.
-Soy Zoe, encantada -se acerca y me da dos besos.
-¿Es tu chica? -dice dirigiéndose a Harry.
-¡No! Es...es mi mejor amiga -vaya puñalada, ¿eh, Zoe?
-Ya claro, vosotros sois sólo amigos y yo el rey de Inglaterra -nótese el sarcasmo. Se deja caer en el sofá. Hay que reconocer que es jodidamente guapo. No, Zoe, calla, tu quieres a Harry.
Ya que estamos todos, ponemos la música, bastante alta, ya que Niall vive alejado de la ciudad y no tiene vecinos a los que molestar. Niall saca la comida y las bebidas, y nada más ponerlo sobre la mesa, empieza a engullir. Maldito rubio, nos ha dejado secos. A mitad de la fiesta, Liam para la música y todos lo miramos.
-¿Qué? Es la hora de la peli -dice mirándonos a todos.
-Zoe, ¿te sientas conmigo? -dice Harry.
-Claro -respondo con una sonrisa.
-¡Yo me pongo con Zayn! -dice Louis, subiéndose encima de Zayn como un koala.
-Quedamos tú y yo, Niall -Liam mira al irlandés pícaramente. En serio, estos chicos cada vez me caen mejor.
Todos nos sentamos en el gran, gran sofá de Niall, cada uno con su pareja. Louis abraza a Zayn y no lo quiere soltar. No puedo reprimir una risa, parece un niño pequeño. Cuando Harry me contó en qué consistían las fiestas mensuales, me imaginaba algo más varonil, tipo fiestas universitarias con alcohol, sexo y drogas, no una fiesta de pijamas con cinco chicos y una chica abrazados en el sofá viendo una peli juntos con una mantita.
Zayn y Niall se quedan dormidos antes de que la película acabe, así que Louis, Harry y yo nos subimos a las habitaciónes de invitados, que son muchas, por cierto. Entro en la mía. La cama es de matrimonio, con una colcha color crema y cientos de cojines sobre ella. Las paredes son de color negro y blanco. En general, la casa de Niall es de esos dos colores. Me dejo caer sobre la cama, y mis músculos se relajan al instante. Llaman a la puerta, y me sobresalto incorporándome. La puerta se abre y entra Harry.
-¿Ocurre algo? -pregunto preocupada.
-No, sólo venía a darte las noches y...preguntarte si puedo dormir contigo esta noche -hace pucheros mientras junta sus dedos índice.
-¿Y si te digo que no? -le digo desafiante.
-Pues te obligo.
-¿Y a qué se debe que quieras dormir conmigo? -obviamente le voy a decir que sí, pero me encanta hacerlo sufrir así.
-Pues...la peli me ha dado miedo -vuelve a hacer los pucheros, y yo estallo en carcajadas, no muy fuertes, para no despertar a los demás chicos-. Es coña, simplemente...porque sí.
-En ese caso, Sr. Styles, le permito dormir esta noche conmigo -sus ojos se iluminan-. Pero con una condición.
-¿Cuál? -pregunta entrecerrando los ojos.
-Necesito tu camiseta, se me ha olvidado el pijama.
Dicho esto, se acerca más a mí, se quita la camiseta, dejando ver su musculado abdomen tatuado y me la entrega. Este hombre me quiere matar, yo lo veo. No quita su mirada de mí, y queda de brazos cruzados, sonriendo.