Capítulo 2: ¿Fútbol? Claro

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Había amanecido y el día pintaba muy agradable. Mi habitación se veía vacía, pues no había desecho la maleta. Planeé con Lewis ir hoy al instituto, así que me hice un horario mental y pensé en ir por la mañana al instituto y el resto del día organizar mi habitación. Pasé por el baño para lavarme los dientes y bajé por algo de comer. En la cocina Lewis estaba sentado tomando un café. Estaba vestido y se le veía preparado para salir.

  —Buenos días—dije mientras abría la nevera—. Que gusto es tener una nevera llena.

—Por fin te levantas, ya estaba por ir a despertarte—dijo mientras cogía su taza como todo un señor.

—Es temprano. Hay tiempo. En veinte minutos estaré lista para irnos.

—Dale. Por cierto, ¿tienes planes para hoy?

  —Pues pensé en ir ahora por la mañana al instituto contigo y luego ponerme a organizar mi habitación. ¿Por qué? ¿Tenemos algo que hacer?

—No. Yo también quería organizar mi habitación. La cosa es que cuando fuimos a comprar se nos olvidó las habitaciones.

—Cierto—dije pensativa.

—No pasa nada. Iremos a comprar cosas para la habitación después de ir a tu escuela. Y por la noche saldremos—dijo muy convencido.

—¿Saldremos?—dije con tono dubitativo—. ¿A dónde?

—Habrá un partido de fútbol. Es un partido amistoso entre mi universidad y equipo muy famoso. Según me han dicho el equipo que viene es una leyenda por aquí. Son campeones del estado.

—Suena divertido. Me apunto. Pero por ahora iré a ducharme.

  —¡Sí!—dijo Lewis mientras salia a tirarse en el sofá. 

Yo reí por el golpe que se había dado al caer y después de tomarme un café con una tostada, subí las escaleras para ducharme y vestirme. Seguía sin tener la maleta desecha así que cogí una toalla de mi mochila de mano y me metí al baño. No duré nada, al salir pude ver como Lewis me intentaba imitar el canto. Pues sí. Soy ese tipo de persona que canta en la ducha. ¿Que pasa? Todos tenemos nuestras cosillas. Solo me reí y me fui a mi habitación a cambiar.  Intenté buscar algo fresco ya que con el sol que hacia hoy no pasará frío. Cuando estuve lista, bajé y le avisé a Lewis. Él cogió las llaves y salimos. 

Al llegar al instituto me encontré un ambiente muy agradable. El centro era muy grande y bonito. Tenía campo por todos los lugares. En el centro de la entrada de fuera, una gran estatua acompañaba a una fuente de agua. No había mucha gente, pues estábamos a una semana de empezar las clases. Sin esperar a Lewis y como si fuera una niña me adentré apresurada en el instituto. Giré en busca de la administración hasta que un gran cartel me lo avisó. Un señor muy amable me atendió y me guió. Me proporcionó toda la información necesaria. Además, me dijo que ya tenían horarios y clases así que me pasó mi horario personal. Rellené unos papeles y me dio la bienvenida. El único problema y lo puedo decir entre comillas fue cuando me pregunto por mis padres. Yo le dije que tenia permiso de emancipación y le conté que vivía con un amigo. Me dijo que pasará el primer día por su despacho para hablarlo. Yo solo asentí y salí. Lewis me esperaba en la puerta. Se había entretenido con el medallero de la escuela.

  —Vaya parece que tu instituto tiene mucha fama. Mira todas estos trofeos y medallas.

—Algo había leído en la página. Tienen mucho prestigio.

—Seguro que consigues tener tu espacio en este estante.

—Quien sabe—reí—. ¿Vamos a por algo para las habitaciones?

Te quiero y me duele.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora