Una visita sorpresa...

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Narrador P.D.V:

Día domingo por la tarde, los Eds estuvieron organizando la mercancía de la mejor forma posible para el gran día del juego a finales de semestre y las cosas no podían lucir mejor. Sin embargo, uno de ellos, Doble D, había estado desde el día de ayer pensando todo el tiempo en cierto pelinaranja, recordando el beso en la frente y la plática con Marie después de aquello.

"Tu novio ya está experimentando celos y recién se están reconociendo como amigos otra vez... Es simplemente ridículo... Y a la vez preocupante" Fue lo que le dijo Marie ayer.

A pesar de que Eddward no quería admitirlo, la peliazul estaba cien por ciento en lo correcto. Aunque quería mucho a Kevin y lo estimaba, la realidad era que Kevin era mucho más impulsivo y diferente de cuando era niño, quizá hasta errático, no lo sabía.

Edd no estaba muy a gusto con saber que Kevin tenía esas actitudes, bien sabido era por Edd que las personas así suelen armar muchos dramas internos o externos, sus emociones son intensas en todos los sentidos, así que pueden ser muy pasionales y afectivos como crueles y fríos. Algo por lo que él no estaba dispuesto a pasar.

Además, Edd ha probado hasta ahora varias de esas emociones fuertes viniendo de Kevin desde muy pequeños. Aunque quizá Kevin pueda con el tiempo darle cierto filtro a su corto temperamento, como lo ha hecho Marie, es muy poco probable, es una incertidumbre con la que no quería lidiar.

En otras palabras: Edd estaba triste porque, en el fondo, a pesar de estar contento de sentirse correspondido y entrecomillas deseado, también esos sentimientos significaban ciertas cosas potencialmente peligrosas o dañinas para su actual relación con Kevin. Edd era un chico muy cuidadoso con las personas, y pensaba que no podía ser tan egoísta como para permitir que Kevin actuase como se le antojara con él, según como se sintiera. Si Kevin estaba molesto y no tenía nada que ver con Doble D, entonces podía olvidarse de que el pelinegro le permitirá siquiera desquitarse injustamente con él.

Ya Edd había probado lo que se sentía enamorarse de alguien que sólo le hacía daño gratis. Estaba totalmente decidido a no repetir esa experiencia, y menos aún precisamente con ese mismo alguien.

"Ama descontroladamente y saldrás herido realmente. Bueno, entonces lo debo aprender a querer de otras formas, porque si le doy todo ahora, es muy probable que me exponga a mucho. Y estoy agotado de esa rutina tan repetida de mi infancia con todos" Pensaba Edd.

Camino de vuelta a su casa por la tarde, con el sol poniéndose, Edd andaba con la cabeza en las nubes como era muy costumbre en él, analizando y clasificando con esmero todos los pros y contras de la situación actual. En menos de medio mes ya estaba volviendo a ser amigo oficialmente de Kevin y este ya quería que estuviesen juntos, más que como solo amigos.

"Deben de haber más formas de enfriar toda la situación, o Kevin terminará siendo en lo único que pensaré durante mi vida cotidiana; aún debo enfocarme en mis propios estudios, y no he pasado tanto tiempo con mis amigos debido a las clases con Kevin. Por otro lado, visitar a Marie tampoco es una mala idea" Pensaba Edd, cuando de pronto pudo ver en el camino a una persona sentada en la acera de la calle, con sus brazos alrededor de sus piernas encogidas, cabello rubio rodeado por el aparato bucal de sus frenillos. 

Nadie más que el pequeño Jimmy, quien parecía estar llorando.

"¿B-buen día Jimmy? ¿Todo en orden?" Preguntó el pelinegro con cierta duda y amabilidad, acercándose al más pequeño. 

Éste había dado un pequeño salto por el susto que se llevó, a pesar del toque y trato amable de Edd.

"¡D-d-doble D!" Exclamó el chico, sintiéndose descubierto y al mismo tiempo cubriéndose la cara con sus manos "¡E-estoy b-bien!"

Razón v/s FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora