Louis. 3 de febrero

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La señora Kresney une las manos y me regala una exagerada sonrisa.

—¿Qué tal estás, Louis?

—Bien, ¿y usted?

—Bien. Hablemos sobre ti. Quiero saber cómo te sientes.

—Estoy bien, de verdad. Mucho mejor que desde hace un montón de tiempo.

—¿En serio? —dice, sorprendida.

—Sí. He empezado a escribir otra vez. Y a ir en coche.

—¿Qué tal duermes?

—Bastante bien, creo.

—¿Pesadillas?

—No.

—¿Ni una?

—Llevo un tiempo que no.

Por vez primera, es verdad.

En literatura rusa, la señora Johnson nos pone un trabajo de cinco páginas sobre Padres e hijos de Turguénev. Me mira y no menciono nada sobre Circunstancias Atenuantes o no estar preparado.

Tomo nota como todo el mundo. Al acabar la clase, Austin me dice:

—¿Puedo hablar contigo?

La señora Johnson me mira al pasar por su lado. Le digo adiós con la mano.

—¿Qué pasa? —le digo a Austin.

Salimos al pasillo y nos vemos arrastrados por un mar de gente. Austin me coge la mano para no perderme y pienso «Oh, Dios mío no». Pero en cuanto la multitud se abre un poco, me suelta.

—¿Adónde vas?

—A comer.

Caminamos uno al lado del otro, y Austin dice:

—Solo quería que supieses que le he pedido para salir a alguien mas. He pensado que sería más correcto que te enteraras por mí antes de que todo el instituto lo sepa.

—Estupendo. —Estoy a punto de decirle algo sobre Harry, pero no sé muy bien qué decir porque no sé de qué vamos, si es que vamos de algo—. Gracias por decírmelo. Confío en que tenga presente lo buena persona que eres.

Asiente, me ofrece su característica sonrisa y  continuación dice:

—No sé si te has enterado, pero hoy Ryan, en el gimnasio, ha ido a por Harry.

—¿A qué te refieres con eso de que «ha ido a por»?

—Bueno. A que lo ha golpeado un poco. Ryan es un cabrón.

—¿Qué ha pasado con Harry? ¿Qué les ha pasado? ¿Los han expulsado?

—No creo. Ha sido en clase de Kappel, y no me imagino que vaya a pasar un informe sobre Ryan y arriesgarse a perderlo para los entrenamientos. Tengo que irme. —Y cuando se ha alejado unos metros, se da la vuelta—. Harry ni siquiera intentó defenderse. Se limitó a quedarse allí plantado y recibir.

En la cafetería, paso de largo de la mesa donde habitualmente me siento, paso de largo de Liam y Ryan y del público allí reunido. Oigo que Ryan habla, pero no sé qué dice.

Cruzo toda la sala en dirección a una mesa medio vacía, y entonces oigo que alguien me llama. Niall está sentado en una mesa redonda junto a la ventana en compañía de una chica llamada Lara.

—Hola —digo—. ¿Les importa si me siento?

Vuelvo a tener la sensación de ser la nueva, de estar intentando hacer amigos y comprender dónde encajo mejor.

Niall coge su mochila, el jersey, las llaves, el teléfono y todas las demás cosas que tiene esparcidas sobre la mesa y las amontona en el suelo. Dejo la bandeja y me siento a su lado. Lara es tan menuda que parece de primer curso, aunque sé que estamos en el mismo nivel. Está explicando que hace solo cinco minutos, por casualidad, sin que esa fuera su intención, le ha confesado al chico que le gusta que lo quiere. Y en vez de esconderse debajo de la mesa, ríe y sigue comiendo. y en un momento dado, Niall se inclina hacia mí y me dice al oído:

—Ryan es venenoso.

Levanto mi botella de agua y ella su lata de refresco. Brindamos y bebemos.

Broken Soul (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora