Zamira se encontraba caminando por los pasillos, llevaba puestos unos jeans con bolsillos a los lados en donde colocó sus manos. En eso se encontró a Guillermo, se veía desanimado, con cabizbaja, a Zamira no le interesaba Guillermo, pero esta vez fue diferente, sintió compasión por el chico de cabello negro. Por lo que decidió hablarle.
-¿Guillermo? -Zamira se sentó al lado del venezolano.
-¿Ah? Sí, si -dijo sonándose la nariz con un pañuelo- ¿Qué pasó hermosa?
Guillermo miró a los ojos a Zamira, su mirada tenía lágrimas, lo que le dolió un poco a Zamira. Aunque el último comentario que pronunciaron los labios de Guillermo no le gustó mucho a Zamira.
-¿Por qué estás triste idiota? -Zamira frunció el ceño un poco.
-¿Yo? ¿Triste? ¿Idiota? -intentó sonreír, pero su expresión de amargura y tristeza no cambió.
-Si tú, estás triste y eres un idiota ¿Por qué lloras?
-No es nada, además ¿para qué quieres saber? Si nunca te importé. -dijo seco.
-Sabes qué, ya me voy -Zamira se levantó pero Guillermo la tomó de la muñeca y la acercó a él.
-No, no te vayas, quédate por favor. -dijo triste.
-Ok, ahora, ¿me dirás por que lloras? -volvió a sentarse junto a él.
-Extraño Venezuela, extraño a mi familia, a mis amigos, a mi escuela, a mi antigua vida -Guillermo siguió llorando.
-No estés triste idiota, mí idiota -Zamira lo abrazó.
Espero les guste :D
Bye! 💜