[ part 3 ]

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Las manos de Cas recorrían el suave cabello de Dean, repitiendo el mismo patrón una y otra vez. Sus respiraciones eran irregulares, y una capa de sudor cubría a ambos. El cuerpo del menor se sentía tan débil, como si estuviera a punto de desvanecerse debajo de su novio.

—Dean... N-no puedo más... —fue lo único que pudo decir.

El rubio sujetaba sus caderas con firmeza, buscando los azules ojos del otro chico. Se dirigió con sutileza hacia su boca semiabierta que tanto le hipnotizaba, para besarlo con ternura.

—Si quieres podemos tomar un descanso —murmuró sobre sus labios.

Aquella línea fue casi inaudible para Cas, lo sentía tan lejano, a pesar de que lo tenía enfrente de él. O al menos así fue, ya que de pronto la figura del mismo se empezaba a desvanecer poco a poco, hasta que un ruido hizo que Cas abriera los ojos, violentamente.

En frente suyo se encontraba una pila de cuadernos que antes no estaban. Levantó su cara del libro de matemáticas al que estaba estampado, y miró a Dean sentado en su cama con un sándwich en la mano.

—¿Dijiste algo?

—Que si quieres podemos tomar un descanso, pero al parecer ya te lo has tomado... Y creo que has tenido un buen sueño, además —le dijo, fijando su mirada al creciente bulto en los pantalones de Cas.

Éste se acomodó, miró hacia abajo, y entendió a lo que se refería. La cara del menor no podía estar más caliente de lo que estaba. Sentía como si el sol estuviese sólo a unos metros de su rostro, y lo peor es que no podía negarlo. Había sido un sueño maravilloso y el primero que tenía de ese tipo.

Las pequeñas risas de Dean llenaron la habitación, haciendo que Cas se avergonzase más de la situación.

—Eres tan tierno cuando te pones de esa manera.

—¿Dónde está el baño? —le preguntó, ignorando totalmente su comentario.

Después de haberle dado la dirección, se paró de inmediato de la silla y seguidamente se fue al lugar que le fue indicado. El espejo del baño reflejó de pronto su cabello todo despeinado, unos somnolientos ojos y un intenso rojo en sus mejillas, todo esto, acompañado del leve problema en su entrepierna que no sería fácil de solucionar.

• • •

La lluvia golpeaba con fuerza las ventanas del cuarto y la oscuridad cubría todo el cielo. Parecía que la noche permanecería así y era mejor no salir de casa a menos de que parara aquel frente de mal tiempo.

—Lo mejor es que pases la noche aquí. No pienso dejar que salgas con toda esa lluvia.

Castiel miraba fijamente el exterior, pensando que tal vez el clima estaba a su favor por el hecho de que pasaría un momento con Dean que ansiaba con ganas, y el cual no habían podido llevar a cabo por el poco tiempo que poseían ambos.

Su pequeño cuerpo se estremeció al sentir el contacto de Dean, rodeándolo por la cintura, y poniendo a descansar su mentón en el hombro del menor.

—Podría usar un espacio en tu cuarto para acomodar algunas mantas y dormir por allí.

—¿¡En el piso!? —rió cerca de su cuello, mientras movía la cabeza en modo de negación— No, no, no. Tú dormirás en mi cama. Si quieres yo podría dormir abaj-

—No —respondió de inmediato— Prefiero que duermas conmigo, Dean...

La última frase se escuchó tan bajito que hizo sonreír al rubio y, a la vez, terminó de ruborizar por completo a Cas. Un suave beso se posó en la zona de su piel expuesta y otro escalofrío corrió por toda su columna.

«Este será mi fin.» fue lo último que pensó el castaño, después de estar con la mejor compañía que pudo haber deseado en ese momento.

• • •

La mañana estaba más despejada de lo usual, por lo que los rayos de sol no tardaron en cubrir toda la habitación.

Los pesados párpados de Dean se abrieron con pocas ganas, siendo el angelical rostro de Cas lo primero que tenía a la vista. La luz chocaba directamente en sus oscuros cabellos, mientras seguía durmiendo tan apaciblemente, que ni ganas tenía de despertarlo. Estaría dispuesto a verlo una eternidad y aun así creería que no sería tiempo suficiente como para apreciar tanta belleza que desprendía aquel ser humano. Se veía tan inocente, tan frágil, como algo que quisiera proteger a toda costa. Y esa era su meta: Que nadie ni nada le haga daño.

Unos brillantes ojos celestes se incorporaron al perfecto escenario que admiraba gustoso el rubio. El menor se acomodó entre las sábanas y le dedicó una tímida sonrisa al mayor.

—No quería despertarte, te veías muy hermoso así.

Y es que el pobre Castiel ya tenía asumido que con Dean era imposible no sonrojarse por todo lo que salía de su atrevida boca. Y, que digamos, su aspecto mañanero tampoco le ayudaba mucho a calmar el calor que iba subiendo por sus mejillas; ni si quiera llevaba una camiseta puesta. ¿Acaso quería verlo morir ahí mismo?

—¿Q-qué hora es?

Dean buscó su celular en el mueble que estaba justo al lado de la cama y revisó la hora, llevándose una grata sorpresa.

—Mierda —pronunció, mientras se levantaba precipitadamente para empezar a vestirse.

Lo siguiente a eso fue un débil y culpable ''Nos quedamos dormidos''.

  • • •  

Pinche Cas y Dean que se quedan dormidos como yo casi todo el tiempo :'v

La verdad es que la cabeza no me daba para escribir antes y pues, ahora que tengo tiempo y ganas ha salido esto de improviso.

  Gracias por leer, really. ♡ 

 ♡ 

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too close to you | destiel ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora