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Habian pasado ya un par de semanas desde que Taeyong y Ten gritaron su relación al instituto. El jaleo que habían causado aún no era superado pues todos en la escuela estaban al tanto de lo que hacía la pareja, cada movimiento, beso, abrazo, suspiro y respiro que daban era visto por todos en la escuela.

Pero era algo que no les importaba.

Pasaban por los corredores tranquilamente, sin importarles todos los ojos que tenían encima. Iban tomados de las manos, a veces Taeyong llevaba su brazo sobre los hombros de Ten, o el tailandés lo llevaba abrazado por la espalda y también muchas veces iban separados sin ningún contacto de por medio.

Sus demostraciones físicas no eran limitadas en la escuela, tan solo sé limitaban a ser ellos mismos.

Las manos de Taeyong eran tan delgadas y grandes que complementaban a las de Ten, mas llenas y pequeñas a comparación. Sus dedos quedaban perfectamente entrelazados y Taeyong se deshizo de aquellos anillos que había comprado en un bazar solo para que lo único que tocara la mano de Ten fuera la suya.

Los ojos de Ten se curvaban en una sonrisa más seguido y todos a su alrededor podían ver en sus ojos un brillo distinto al de siempre y era lógico, ahora lo único que se reflejaba en ellos era la figura del chico coreano que tenía el corazón de Ten en sus manos. Por que si, Chittaphon le entregó su corazón sin esperar algo a cambio.

Estaban en las mesas que quedaban frente a los edificios de la escuela, Ten tendría un exámen pronto y aún después de tanto estudiar no podía estar tranquilo antes de la prueba. Su coreano había mejorado en este tiempo y también sus habilidades en la escuela, sus calificaciones eran notablemente mejores y todo eso se había dado gracias a Doyoung y Joy.

La chica habia empezado a ayudarlo aún después de su primer y única cita, pues sabía que Ten había sido muy respetuoso con ella y sincero. Y aún con la relación de Ten y Taeyong ella presumía frente a sus amigas la cita que Ten le había concedido. Había aceptado ser su amiga, pero aún así disfruto de una tarde que debía ser recordada y si no lo hacía Chittaphon, ella estaba gustosa de hacerlo.

Su cabeza estaba recia a dejar que más información entrara pues cada cosa que Ten leía se perdía entre las hojas del libro que estaba sobre la mesa y su novio no ayudaba mucho, es un curso mayor que él y sus exámenes no empezarían, si no, hasta la semana entrante. Así que Taeyong estaba haciendo de todo para que la atención de Ten estuviera completamente en él.

—Ten— llevaba todo el tiempo que habían estado ahí hablándole.

—Ten— su voz era infantil.

—Ten— y el mencionado estaba seguro que había un puchero sobre la cara del coreano.

—Tennie~— eso era todo por que cuando Taeyong quería algo usaba ese apodo con su novio.

—Taeyong, tengo que estudiar— el tono frustrado en la voz de Ten era lo más notorio.

—Pero lo has estado haciendo todos estos dias— cuando quería Taeyong podía parecer el menor.

—No soy como tú, TY track. Necesito estudiar mucho si no quiero tomar las regularizaciones de después de clases— había estirado su mano sobre la mesa para que Taeyong la tomara.

—Te va a ir excelente— tomó la mano del tailandés y le regaló un guiño.

—Esta vez no Tae, ese guiño no me va a alborotar ahora— soltó la mano del chico su volvió a sus apuntes sin notar la sonrisa burlona que se había posado en Taeyong.

—¿Un guiño te alborota?— los ojos de Ten seguían pegados por voluntad propia en el libro de texto. Sabía que voltear hacia su novio le daría una respuesta que no quería dar pues entre sus planes no estaba el hacer crecer el ego de Taeyong.

—Ya déjame estudiar, Tae— aún con la vista sobre su libro, Chittaphon logró contestarle firme.

No escuchó nada más y se le hizo raro pues Lee Taeyong era todo menos paciente. Era un chiquillo mimado acostumbrado a tener todo lo que pide y Ten lo tenía clarísimo pues muchos de sus desplantes habían sido por un beso, un abrazo, que se tomarán las manos, etc. Y aún con todo eso se estaba perdiendo completamente por el coreano por que cada una de esas cosas lo tenían al borde.

Sé concentró en su libro de texto pues en verdad le preocupaba el examen que tenis enfrente. Sabía que reprobar significaba una notificación a Tailandia hacia sus padres y eso a su vez daría un regaño y quedaría castigado y alejado de Lee Taeyong.

Un cosquilleo pasó por su cuello, el lugar donde estaban sentados era una banca de concreto como las que suelen haber en los parques, Ten estaba pegado a la mesa que tenía enfrente casi al filo del asiento. Los vellos de su espalda de levantaron cuando sintió una respiración pegada a él. Soltó un suspiro cuando un par de brazos se enredaron en su cintura. El particular olor de Taeyong inundó sus fosas nasales y se recargó en él cuando pasó una pierna a cada lado.
Había quedado entre su novio y la mesa, aquella acción que lo sacó de balance y que amó con todo su ser.

—Vas a tener mucho éxito en tu examen, Ten— Taeyong susurró en el odio del tailandés y obtuvo como respuesta un suspiro de parte de él. Sonrió por las sensaciones que provoca sobre Chittaphon y sin pensarlo dos veces, plantó un beso en la parte trasera de su ojera.

—Taeyong— Ten apenas pudo articular, un sonrojo apareció por sus mejillas y no por el beso, si no, por no poder controlar todo lo que Tae causaba en el.

Una risita salió de Taeyong —Está bien, sigue estudiando. No voy a hacer nada más— ambos sonrieron sabiendo que era una completa mentira.

 No voy a hacer nada más— ambos sonrieron sabiendo que era una completa mentira

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Little Little ; TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora