Rendirse no es la única opción

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Podía seguirlas cerrada los ojos sin miedo alguno, no necesitaba dudar ni un segundo de que me iban a proteger o eso era lo que yo pensaba, pensaba que eran realmente mis amigas.
Choqué contra la realidad tan brutalmente que sigo aturdida ante tantas mentiras y falsedad en la que vivía.
Siempre quise lo mejor para los demás, no me importaba si yo me estaba derrumbando por dentro y terminando con mi vida, siempre y cuando las personas que yo consideraba especiales para mí estuvieran bien y fueran felices. Aprendí a sonreír cuando me sentía triste y a sustituir lágrimas por sonrisas, con el paso del tiempo aprendí a llorar en silencio para que nadie supiera que las palabras y actos que creían que tomaba a chiste en realidad me rompían el corazón, mataban poco a poco mi alma y terminaban de consumir las escasas ganas de vivir que me sobraban con cada crítica disfrazada de broma que decían.
Tratar de seguir adelante cuando todas las personas te obligan a retroceder es difícil, pero aun así hay personas que lo intentamos y lo logramos.
Así que aunque rendirse es más que tentador superar todo lo que nos detiene nos dará un logro más satisfactorio.

Una Chica Sin VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora