— JungKook, cielo, ¿ya tomaste tus medicinas? —
El único retoño de los Jeon, estaba jugando alegremente con uno de sus autos, imitando el ruido que hacía este al avanzar mientras arrastraba las desgastadas ruedas por el asfalto. " Dí que sí, Kookie." Kook asintió, sin quitar la mirada del automóvil rojo, dándole a entender a su madre que sí había tomado sus medicinas.— Sí, mami. ¿Puedo seguir jugando?
La jóven mujer asintió, sonriendo, esta poseía la misma adorable sonrisa del pequeño. Se abrazó a si misma un tiempo, sin quitar la mirada de su hijo y, finalmente, suspiró. Retomando su camino a la cocina.— Muy bien, bebé. Iré a preparar galletas, ¿está bien?
El menor asintió, gruñendo en voz baja por el apodo que la contraria había usado, él ya no era un bebé. levantó la vista cuando su madre ya se encontraba dentro, finalmente salió corriendo hasta otra parte del patio, algo de estaba moviendo en los arbustos y, él sabía quien era.— ¿Hyung?
— Así es, pequeño. ¿Cómo estás? — Un joven de cabello negro se encontraba parado frente a JungKook, su piel era blanca como la nieve, sus ojos rasgados y, los labios finos, rosados de forma natural. El pequeño, encantado por ver al fin a su Hyung favorito, solo habían pasado unos dos días. (Donde su madre vigilaba y le hacía tomar obligadamente esas asquerosas y estúpidas pastillas.) Y aún así, el menor estaba muriendo por volver a verlo, ese chico le gustaba, aunque claramente había una diferencia de unos 10 a 12 años.
— Adivina qué, te he traído un lindo regalo, bebé.— Ríe suavemente, sacando a Kook de su pequeño trance, logrando que este asintiera emocionado, le gustaba los regalos que su Hyung traía. Bueno, la mayoría de las veces. El mayor de ambos se agachó, rebuscando entre los arbustos y hablando en voz baja, cosa que puso al infante demasiado curioso, ya que no podía escuchar que decía. Cuando el contrario ya se había levantado, tenía entre sus pálidas manos un lindo gatito, era plomo con algunas manchas de distintos tonos, un felino bastante adorable, quitando el hecho de que estaba muerto. Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del castaño, mirando incrédulo a su mayor, mientras este no paraba de hablar.— ¿No crees que es muy lindo? Pensé que sería mejor si no hacía ruido, ya que tú aún tienes que completar tus tareas y no quería que te distragera, ya que es un gatito bastante travieso.— Una risa por parte de YoonGi fue suficiente como para que Kook diera unos cuantos pasos hacía atrás, viendo como el nombrado dejaba al animal en el suelo.— ¿Qué pasa, pequeño? ¿No te gustó tu regalo?
JungKook, dispuesto a contestar escuchó un grito bastante agudo, se notaba que era femenino. Lo único en lo que pudo pensar fue en su madre.— ¡Por dios, JungKook! ¿¡Qué le hiciste al pobre animal!?
— ¡Yo no fuí, mami, fue YoonGi!
❄❄❄
Ya una semana había pasado desde el incidente con el animal, una semana tenía Jeon que no veía a su preciado Hyung y, eso sin duda, le tenía mal, no ponía la atención suficiente en clases, no salía a jugar después de su jornada escolar. No podía ver a YoonGi gracias a que su madre de verdad vigilaba que tomara sus medicinas, se quedaba junto a JungKook hasta que esté metiera las malditas pastillas en su boca, luego revisaba que de verdad las hubiera tragado, ya que el niño era bastante pillo.
Ahora se encontraba en su recamara, sentado en su cama mientras jugueteaba con los botones de su camisa, esperando a que su madre subiera. Cosa que no pasó, dos minutos, cinco minutos, diez minutos después de la hora acordada para sus medicamentos y nada, cosa que inquietó a Kook. El pequeño salió de su habitación, bajando las escaleras completamente curioso, ya que en la casa no se escuchaba ninguna clase de ruidos, finalmente llegó a la cocina, donde en el mesón había una pequeña nota, que por la fina y ordenada caligrafía de esta, se daba a entender que era de la madre del castaño.
El ceño de JungKook se frunció con levedad, él no tenía la mejor relación con su padre. Ya que este pasaba todo el día trabajando y cada vez que tenían el tiempo de verse había una pequeña discusión, pero aún así, él no quería que algo le llegara a pasar. Un ruido en la sala de estar alertó a Jeon, ¿había alguien más en la casa? ¿Un ladrón, quizás? No, no había escuchado en ningún momento la puerta siendo forzada o una ventana rompiéndose, por lo que solo le quedó una opción, YoonGi.
Salió disparado hasta la sala, encontrándose con un pelinegro jugueteando con las fotos que tenía la familia de Kook, sonriendo cada vez que veía una fotografía de su pequeño niño.— ¿Hyung, qué hace aquí? — Preguntó, algo desconcertado, aunque debía admitir que le alegraba poder ver al fin a su mayor.
— Te he venido a ver, bebé, ¿Acaso no puedo? — El más alto de la habitación hizo un puchero, acercándose al infante para dejar un casto beso en su frente, sin permitir que el contrario le respondiera.— Lindura, mi amor. ¿Tú me quieres mucho, no es así? — El castaño asintió rápidamente, dándole toda la razón al azabache.— ¿Por qué no vienes a vivir conmigo? Prometo cuidarte, cariño.
Kook abrió sus ojos, nunca se le habría ocurrido que el mayor soltara una propuesta tan descarada.— Pero Hyung. . .mis padres, no puedo dejarlos.— Hizo un puchero, quería estar con sus padres, ellos le proporcionaban todo el amor y cariño del mundo, en especial la señora Jeon, que siempre mimaba con regalos, dulces, caricias y lindas palabras a su hijo.— Lo sé, conejito. Pero ellos han estado muy ocupados últimamente, supongo que no tienen el tiempo suficiente para cuidarte, creo que sería genial darles un descanso. Prometo traerte a visitarlos.
Se quedó pensando, tenía razón. De todos modos él necesitaba más atención que un niño normal, era una carga para sus padres. Soltó un suspiro, tomando la mano del mayor y, sin más, volvió a asentir.— Está bien, Hyung. Pero debes prometer que me traerás a ver a mis padres, mi mami se preocuparía mucho si es que no vengo a verle. Ella me ama, ¿verdad que sí?
— Pero yo te amo más, mi vida.— Y sin más, salieron de aquella casa, caminando por las calles de Busan mientras se tomaban las manos, ambos, muy alegres a la vista del menor, pero de otra persona, solo lo veían como un pequeño niño que no debía estar a las 10 de las noches, solo.
Jeon se sorprendió, al ver que se encontraban en un puente, bastante alto, abajo de este había un río, no era tan profundo. Pero se veía que tenía por lo menos dos metros.— Hyung, ¿por qué estamos aquí?
— Bebé, si quieres estar conmigo tendrás que saltar.— Murmura con una sonrisa, dejando pequeñas caricias en las mejillas del pequeño, el cual le miraba aterrorizado.— Pero hyung, a mí me dolerá, no quiero saltar.— Exclamó, sintiendo como en sus pequeños ojitos comenzaban a acumularse lágrimas, que el pelinegro se apresuró en limpiar.
— Mi amor, no llores, me rompe el corazón verte llorar. Prometo que no te va a doler, a mí no me dolió ni un poquito cuando lo hice y, es la única manera de que estemos juntos. ¿Acaso no quieres estar con tu hyung favorito? — El de tez pálida hizo una mueca de tristeza, ladeando levemente su cabeza.
— ¡Si quiero, hyung! Yo. . . saltaré, podremos estar juntos.— El nombrado sonrió, dejando un pequeño beso en los labios de JungKook, para después ayudarlo a subir a la pequeña muralla de ladrillos que habían, abrazándolo con fuerza, mientras susurraba un "Te amo." en los oídos del más bajo. Hubo algo que no entendió, sí su hyung estaba feliz de que estuviera con él, ¿por qué estaba llorando? Una duda que jamás podría responder, ya que sin vacilar más, JungKook saltó, Jeon JungKook, se había matado.
❄❄❄
“ Informamos que en la madrugada del día 1 de Septiembre, dos cuerpos se encontraron en el río, uno era de un menor de edad. Y otro, de un joven que al parecer llevaba un poco más de tiempo allí, se identificaron como Jeon JungKook y Min YoonGi. ”
Sé que no fue largo, pero jamás he tenido claras mis ideas y no escribo de lo mejor. Era un proyecto que tenía planeado hace un mes, más o menos y, recién me digno a terminarlo. Yo solo espero que lo disfruten. 💕
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Voice. [ Yoonkook. ]
FanfictionDonde JungKook tiene esquizofrenia y debe tomar sus medicinas.