11. Némesis

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Las siguientes tres semanas trascurrieron en un parpadeo. La mayor parte de los maestros no atiborraban de tareas por lo que tenía mucho tiempo libre que pasaba con Emma.

Era medio día de un vieres caluroso y había quedado de ir a la biblioteca con una compañera de clase para terminar un trabajo de derecho de la información.

-Hola, Kathy -se giró al escucharme y sonrió -Ya casi término todo el trabajo -dijo, con fingida molestia.

-Entonces creo que puedo irme. -Rodee la mesa en la que ella estaba, sentándome en una silla enfrente de ella.

Kathy era una chica divertida y muy linda.

-Hmmm, como si fuera a pasar.

Después de un rato de seguir con el trabajo no pude evitar escuchar susurros. Levanté la vista y vi como unas chicas me miraban y seguían susurrando. Una sonrisa socarrona se giró hacia mí, fue inevitable no recocerla. Para mi desgracia.

-Por tu cara creo que no lo sabes, ¿verdad? -Volví a ver a Katy sin comprender a que se refería.

- ¿Qué cosa? -por la mueca que puso parecía que era algo grande. Dejó lo que
estaba haciendo y centro toda su atención en mí. Se tomó unos segundos como
meditando lo que iba a decir.

-Bueno, dicen que eres una zorra por haberte ido con el primero que se te
cruzó en el camino. Aunque por lo que me contaste, sé que no fue así -Katy
sabía lo que había pasado aquel día y era obvio que no creía eso. -es una
estupidez.

-Pero eso no es cierto -en parte no era del todo cierto.

-Lo sé, pero sabes la mala fama que tiene Leonardo -Me había costado mucho hacer caso omiso a los comentarios sobre él. En cada frase se escuchaba la palabra, alcohol, drogas, arrestos y hasta logré captar como alguien decía prostitutas, casi me había ido de espaldas al escuchar eso. -Aunque no sé de dónde ha salido todo lo que se dice de ti.

-Creo que yo sí sé -me levanté de la silla en dirección a la estúpida sonrisa de Cassandra, escuchando como Katy decía que era mala idea. Sin duda lo era, pero no podía hacer algo mejor.

-Oh, tú -puso los ojos en blanco mientras enroscaba un mecho de su rubia melena.

-Sí, yo -las chicas que estaban junto a ella lucían tan emocionadas a la espera que un nuevo espectáculo apareciera frente a sus narices.

-Te puedes retirar, estoy estudiando -tomó un libro que había en la mesa y empezó a ojearlo.

-Aunque dudo que sepas leer no me tomará mucho decir algo que debes tomar en cuenta.

- ¿Qué? -o mi comentario no le había importaba nada o era muy buena fingiendo.

-Que soy una zorra y esas cosas no las vuelva a escuchar -me estaba arriesgando al sacar mis conclusiones y decir que era ella la que había inventado todo, pero era mi principal sospechosa.

-No es mi culpa que de un momento a otro estés con Diego y para cuando te canses de él vallas con su primo.

Así que era eso, estaba celando a Diego. Me felicité a mí misma por haberlo descubierto.

-Tampoco es mi culpa que seas tan artificial para que alguien te tome en cuenta -Cassandra se puso en pie casi de un salto.

-Cuida lo que dices estúpida -podía notar en cada palabra lo furiosa que estaba. Se pasó la mano por el cabello en un intento de retomar la cordura que sin duda había perdido -así como dije todo lo que has escuchado puedo decir más...

-Inténtalo -dije antes de que ella pudiera terminar -y veremos quién es la que pierde.

-No sabes...

- ¡Shhh! -dijo algún encargado de la biblioteca que nos miró con cara de pocos amigos.

-Es mejor irnos, Cass, no vaya a ser que te metas en problemas -dijo la chica que estaba más cerca de ella.

Tomaron todas sus cosas y se llevaron a Cassandra a regañadientes. Solté un gran suspiro tratando de asimilar que me esperaba.

-Intento suicidad número uno, fallido. -dijo Katy mientras yo me sentaba en la silla.

-Esa tipa está loca. Por un momento pensé me cortaría la yugular con un solo movimiento de su mano.

-Por lo menos sabes quien ha creado todo ese chisme.

-Por lo menos -recordé lo que había descubierto de ella y tenía que saber si era cierto -Sabes si le gusta Diego, el primo de Leonardo.

-Sabes que solo les conozco el nombre, pero a una que otra fiesta que he ido siempre veo a Cassandra como una sanguijuela pegada a su presa.

-Entonces en cierto.

- ¿Qué estas tramando?

-Por el momento nada, pero estaré alerta si intenta hacer algo.

-Si quieres más de información puedo hacer un esfuerzo por conseguirla.

-Me seria de mucha ayuda. ¿Y qué dice la novia de él?

-Sé que no la tiene, y que no ha tenido nunca algo serio.

-Hmm. En fin, hay que terminar el trabajo.

-Ya era hora -me limité a mostrar mi madures al repetir sus palabras de la peor manera.





Hola.

Sé que tarde mucho en publicar pero era debido a que no lograba escribir muy bien:))))

Brenda.

Una sobredosis de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora