"La siguiente obra es una colaboración entre 3 amigos, no buscamos gran cosa, pero esperamos te guste lo que escribiremos, gracias por darnos una oportunidad, disfruta."
Eran las tres con treinta minutos de la mañana, el clima estaba apacible, podía sentirse una tranquilidad inmensa, el aire estaba más ligero que de costumbre y la brisa acompañaba una ligera llovizna, todo era paz hasta que el fuerte y ensordecedor sonido de una trompeta se apodero de la noche. Era la alarma de Edward, un joven de quince años que vivía con sus abuelos, de piel blanca y muchos lunares, mirada consternada y tembloroso, un metro setenta centímetros era su altura, aunque, por mantenerse encorvado, no lo aparenta. La trompeta era la alarma que había colocado su abuelo para él, un sonido enérgico y ligeramente alentador para levantarse. Se levantó con una sonrisa y se limpió los ojos, arreglo lo más rápido que pudo su cama, y se dirigió a la ducha, mientras se encontraba duchándose, escuchaba como se movían platos y sonidos de metal chocando, era su abuela, Eleonor, una amable señora de 68 años, sonriente, de cabello lleno de canas pero con mucha vida en sus huesos todavía, que le gritaba a Edward que fuera a desayunar. Edward, al salir de la ducha, se vistió lo más rápido que pudo, y se dirigió a la cocina. –Buenos días abuela.- Dijo Edward mientras le sonreía a Eleonor, tomo asiento y espero a que su abuela le sirviera algo para comer.-Buen día Edward, ¿Qué tal dormiste cariño?- Sonrió y sirvió en un plato un huevo estrellado, una ración de frijoles, y dos trozos de pan. –Bastante bien, ¿y tú?- Edward siguió el plato con la mirada, se lo estaba devorando en su cabeza. –No muy bien, a tu abuelo lo llamaron muy tarde para que fuera hacer un trabajo, me quede despierta hasta tarde esperando a que volviera.- Suspiro y le puso el plato enfrente y le dejo una pequeña sonrisa. Le alboroto un poco el cabello.-Ese tipo, siempre está dejándote los pelos de punta.- Edward dio un pequeño aplauso y agradeció la comida. Al escuchar el comentario de su nieto, la sonrisa se borró de Eleonor.-¿Por qué no pueden llevarse bien?- Edward respondió con algo de comida en la boca.-Sabes bien que él me odia, no es mi culpa.- Eleonor mostro su incomodidad mostrando una cara triste, y acercándose con cuidado a Edward le dijo.-El no te odia, de verdad, él te quiere.- Edward hizo una cara de disgusto mientras tragaba, tocio un poco y tomo algo de agua, volteo la mirada y le respondió a su abuela.-¿Podemos dejar el tema?- Su abuela se dio la vuelta y sirvió un plato para ella misma.-Esta bien...- Suspiro y dejo su plato en la mesa, procedió a sentarse.-Y bueno abue... ¿Vendrás a verme a la presentación de mañana, ¿verdad?- Eleonor sonrió y asintió con la cabeza, llevo un poco de comida a su boca, masco lento y con dificultad, y trago, al terminar de pasarle la comida respondió.-No sé ni porque me lo preguntas, es obvio que iré a verte cariño.- Edward se sonrojo con levedad y bajo la cabeza con algo de pena.-¿Y el viejo?- La sonrisa de Eleonor se borró, y con intentando disimular esa incomodidad que le provoco la pregunta, respondió.-Ya sabes que tu abuelo no tiene tiempo.- Edward le dio una mirada fulminante a su pobre abuela, dejo la sonrisa de lado y murmuro.-No quiere ir...- Eleonor lo escucho, pero fingió demencia, hizo como si no hubiera escuchado nada. Al terminar de comer, Edward reviso su reloj y vio que se hacía tarde para irse, así que agradeció a su Eleonor por el desayuno. –Gracias Abue, tengo que irme, se me hace tarde.- Eleonor le dejo una pequeña sonrisa y lo despidió.-Ten mucho cuidado Eddy.- Edward asintió y fue a su cuarto, tomo una vieja mochila de color verde oscuro, con varios agujeros y un poco sucia, Eleonor, desde la cocina, le pidió que levantara a su abuelo.-¿Tengo que hacerlo?- Eleonor respondió que sí, así que, Edward se resignó y entro a la habitación de su abuelo, dijo con algo de fuerza.-Dice mi abuela que te levantes, flojo.- Se movió un pequeño movimiento en la cama, y se escuchó un pequeño gruñido, Edward repitió la frase, y salió del cuarto.-Ya está abue, ya me tengo que ir.- Eleonor grito.-Ten mucho cuidado, y llámame si pasa algo- Edward solo respondió con un "Sí" y salió de la casa.
YOU ARE READING
Hermosa Psicosis
RomanceEntre tu y yo, en el momento que leíste el titulo, creíste saber como terminara..." Esta es la historia de Edward Haver,un joven pianista de 15 años, temeroso, y algo dudoso, pero noble en el corazón, un día, durante un entrenamiento de Basquetba...