Capítulo Único

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—Shinkai— El aludido levantó la cabeza ante el llamado del de ojos amatistas que se encontraba mirando a los alrededores— ¿Sabes donde está Arakita? No lo encuentro por ninguna parte.

—¿Yasutomo?— Preguntó el pelirrojo, ayudando en la búsqueda con su mirada por los rincones del salón de entrenamiento— Ahora que lo dices, no lo he visto.

—¿Es así? — Dijo el escalador con un suspiro casi imperceptible— Es extraño que llegue tarde al club...

—¡Whoa! ¡Arakita-san se ha encogido!

—¡Abs!

Tanto Shinkai como Toudou cruzaron las miradas al escuchar aquellas conocidas voces desde las afueras del club de ciclismo, siendo el más bajo el primero en salir.

El primer pensamiento que cruzó la mente del escalador fue que, efectivamente, Arakita se había encogido, luego recordó que, a no ser que se trate de un fic con toques sobrenaturales, eso no sería lógicamente posible. Al levantar la vista, se dio cuenta que el Arakita que él conocía lo observaba con su típica mueca de desagrado que contrastaba con la de su pequeño clon que, aunque llevaba el ceño fruncido, tenía un aspecto más de temor que de otra cosa. Lo que llevaba a, básicamente, 2 conclusiones: la primera y más desagradable, es que se trataba del hijo de Arakita, que había tenido una aventura con quién sabe qué mujerzuela mientras él no estaba mirando, pero tomando en cuenta la edad del pequeño y el hecho de que su novio jamás lo cambiaría por una mujer cuando él era mucho mejor, lo terminaron llevando a la segunda idea:

—Es mi hermano— Terminó por decir el lobo de Hakone al notar su discordia mental y ante todos los espectadores que se habían aglomerado a su alrededor.

—Vaya, no sabía que tenías hermanos pequeños, Yasutomo— Dijo Shinkai agachándose junto a Manami en frente del pequeño que los miraba con desconfianza, escondiéndose detrás de la pierna de su hermano.

—Mis padres me pidieron que lo cuidara el día de hoy, ya que ellos llegarán más tarde de lo habitual. Es un chico tranquilo, así que no causará problemas.— Dijo rascándose la nuca, un tanto incómodo por tanta atención y dirigiéndose más que nada al capitán que también se encontraba observando la escena.

—Por mí no hay problema— Dijo el rubio asintiendo con la cabeza— Hay que cuidar de la familia.

Toudou soltó un suspiro de alivio que no había notado que estaba reteniendo. Al fin y al cabo, ya no tenía que preocuparse por posibles infidelidades.

—Hola, Arakita-chibi — Dijo con una sonrisa, agachándose junto a los demás para saludar al visitante— Yo soy-

—Toudou— Habló el pequeño azabache apuntándolo, ganándose una expresión sorprendida de todos.

—¿E-eh? Pues, si— Dijo el escalador aún algo sorprendido— ¿Tu hermano te habló de mí?— Preguntó emocionado.

—Si, él siempre habla de alguien que tiene una diadema de mal gusto, habla mucho y-

—Vaya, miren la hora, lo mejor será empezar con el entrenamiento lo más rápido posible— Dijo Arakita con un notable aire de nerviosismo y tratando de apartar a su hermano de la pequeña multitud junto a él.

—Vamos Arakita, deja que continúe— Lo animó el escalador con una sonrisa que contrastaba con el aura siniestra que irradiaba.

—¿Y cómo te llamas?— Preguntó Manami completamente ajeno al aire de tensión que se había formado.

—A-Arakita Takeshi— Le respondió el otro con timidez.

—Es un nombre muy lindo— Agregó Shinkai con una sonrisa, ofreciéndole una de sus barras energéticas— Ten, te la regalo.

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