Capítulo 37

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- ¡Gol!- me levanté al ver que Alves había marcado.- Mi brasileño marcó.

- Tuyo no, de Joana.

- Bueno, sabéis a que me refiero.- me volví a sentar en el sofá y miré a las tres parejas.- Oye, un respeto, que Marc y yo estamos solos.

- Lo estás tú por tonta, pasa que mi novio está en Italia, pero por lo demás...

Le tiré un cojín a la cara y rieron todos menos yo por mi reacción. Seguimos viendo el partido hasta que el árbitro dio por finalizada la primera parte y yo fui junto a Pol a por más cervezas y palomitas.

- Me estoy volviendo fanática al fútbol entre vosotros y Paulo.

- Así me gusta.

- ¿Qué tal con Ariadna?

- Bien, todo va viento en popa, ¿Y tú con tus temas amorosos confusos?

- He decidido, tras un largo discurso de Bianca antes de salir de casa, que creo que podré aceptar de nuevo a Paulo en mi vida.

- ¡¿En serio?! ¡Sí, collons, a la fi! (¡Sí, joder, al fin!)- dejó caer uno de los vasos al suelo y Leo vino corriendo, sí, la familia Messi también estaba.

- ¿Qué pasó?

- Tenemos, delante de nosotros, a la chica Dybala, ¡Leo! ¡La chica Dybala!

- ¡La chica Dybala!- los chicos se abrazaron y luego a mí, saltando.- ¡La chica, la chica, la chica! ¡La chica Dybala!

- ¿Oímos chica Dybala por acá? ¿Ya se enteraron?

- ¿Cómo que si ya...Bianca?

- Lo siento, se lo conté a todos mientras que tú ibas con Pol y bueno, Leo estaba con Thiago así que no se enteró hasta que vino a ver.

- Al fin hermanita, al fin volvés al amor.- me abrazó y me separé de él.

- Empalagoso.

- ¡Papá, papá! ¡El partido comenzó!- Thiago apareció corriendo desde el salón.

- Gracias Thiago, vamo allá.- levantó a su hijo y se lo llevó al salón con nosotros detrás.- Mira, allá está el tío Dybala e Higuain.

- Y el tío Alves.

- ¿Cuántos tíos tienen estos hijos?

- Muchos, tienen muchos.- Anto rodó los ojos y reí mirándola.

Seguimos viendo el partido con alguna que otra broma de Marc hacia mí con relación a lo mío con Paulo. Pero todo se paró, el árbitro saco roja y todo nos levantamos al verlo allí, tirado y tocándose el brazo con dolor en su expresión.

- Paulo...

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- ¡Corre!- Leo tiraba de mi por urgencias.- Venga que no llegamos, boluda.

- No creo que se mueva de su habitación, cálmate que estás peor que yo.

- Yo entiendo de lesiones, creo que tengo que estar así, dale, corre.

- Ya voy, ya voy.- corrí más rápido.- Es aquí, para.

- ¿Dybala?- Leo abrió la puerta y lo vimos dormido en la cama, con un par de vendas en su brazo.- ¿Lo despertamos?

- No, dejémosle descan...

- ¡¿Paulo?! ¡¿Cómo está el boludo que nos ha hecho viajar a Italia a última hora?!- Thiago apareció, empujándonos y gritando.

Clarity (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora